Aleksandra.
El aroma del perfume de Patrick me llega a mis fosas nasales en el momento en que ruedo sobre su cama, causándome cosquillas en la nariz mientras que una sonrisa tira de mis labios suavemente de forma inconsciente, al recordar los eventos de anoche.
Fue una cita de ensueño.
Nunca había tenido una cita tan increíble, divertida y maravillosa en mis veinticuatro años, como la que planificó Patrick anoche; aún cuando creía que todo podría salir completamente mal al tener citas con mi jefe fuera del ámbito laboral.
Nuevamente, el Diablo me había demostrado con acciones que era mucho más de lo que decía en palabras al mundo. No era tan malo después de todo, al menos, no conmigo, y eso debía contar algo, ¿no?
Y luego lo que hizo con su lengua anoche... ¡Uff! ¡Me había dejado alucinada!
Creo que nunca imaginé el hecho de que su boca, lengua, labios y dientes fueran capaces de hacer algo tan completamente placentero y satisfactorio al mismo tiempo, que no fueran sus chistes irónico y sarcásticos junto a su razonamiento práctico y lógico para la mitad de las palabras que salían esa boca diabólica.
Un escalofrío agradable me recorre en toda la columna vertebral ante los recuerdos del postre, y aún con la sonrisa en mis labios, estiro mi brazo para tocar un poco la piel de su pecho.
Tal vez, me volví un poquito obsesiva con la curva de sus pectorales, porque no había dejado de tocarlos casi toda la noche, hasta que me quedé dormida.
Sin embargo, lo único que mi mano encuentra son las sábanas frías a mi lado y frunzo un poco las cejas, antes de abrir uno de mis ojos para encontrar que efectivamente, mi lado derecho estaba completamente vacío, y a juzgar por la temperatura de la tela; Patrick llevaba un rato despierto
Salgo del letargo del sueño por completo mientras me incorporo en la cama, tallando mis ojos para quitarme el resto del sueño, antes de que mire el reloj digital que tiene en el buró al costado de su cama.
8:30 am.
Frunzo un poco más las cejas, eso era incluso temprano para Patrick en un fin de semana, dado que nos habíamos dormido cerca de las cuatro de la mañana, estaba segura que dormiríamos hasta más tarde el día de hoy.
Sabiendo que no volveré a dormir, aparto las sábanas de mis piernas para salir de la cama y no puedo evitar hacer una pequeña mueca de dolor, al sentir las pequeñas agujas punzantes en mis piernas, mis caderas y mi entrepierna después de la sesión del postre.
Patrick me había dejado completamente agotada después de tantos orgasmos con su boca, y en diferentes posiciones que ni siquiera mi clase de yoga tendría en su vida.
No es que fuera un dolor molesto, al contrario, era un dolor... agradable.
El tipo de dolor que te hace recordar todas las cosas sucias e indebidas que has cometido en la oscuridad de la noche; eso es lo que había escuchado de Christine y Eva después de tantas charlas obscenas que han tenido al aire libre conmigo, a pesar de mi notoria vergüenza virgen de hasta pronunciar la palabra con "S" y "C" junto a todas sus variantes vulgares.
¿Será realmente a eso lo que se refieren?
¿A que un buen orgasmo siempre vendrá acompañado de una molestia agradable que te hace querer volver a sentirlo, y no revivirlo en tu cabeza una y otra vez como lo estoy haciendo en este mismo momento?
¿O a que el orgasmo siempre traerá dolor independientemente de lo bueno o malo que sea?
Ushhh. Muchas preguntas y pocas respuestas para alguien tan inexperto en relaciones sexuales como yo; pienso con cierta frustración, y yo odiaba quedarme con la duda ante los temas fuera de mi comprensión.
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Diablo Ruso (HDLF #2)
Ficción GeneralHerederos de las Flores #2 El Diablo y un ángel. Dos mundos completamente opuestos. Ella era el cielo en la inocencia, él era el infierno en persona. Sus caminos no debieron juntarse, pero por alguna razón, el destino lo ha querido así. Patrick Stir...