Capítulo 10

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Aleksandra.

¿Qué hace él aquí?

De todas las cosas que podrían pasarme en un sábado, ver a mi jefe fuera del horario laboral y frente a mi puerta, era de las que menos hubiera imaginado, sin duda. Sí alguien me hubiera dicho que tendría que vivir este momento, me reiría ante lo absurdo de las palabras.

Parpadeo un par de veces para ser más consciente de que mi jefe está frente a mi puerta y no sea producto de mi imaginación.

Realmente, es él.

En especial, porque no usa uno de sus típicos trajes, lleva unos simples pantalones caqui y una camisa blanca junto a unos tenis blancos, pero no dejaba de desprender esa vibra de sofisticación de la clase alta con dinero.

Ambos nos miramos fijamente por un par de segundos, como si alguno de los dos no creyera que esta situación, realmente está sucediendo en este momento y finalmente, soy la primera en romper el silencio con una risa baja que se mezcla con incredulidad.

—No puede ser usted, quién esté frente a mi puerta— exclamo, antes de alzar la mirada al cielo, pero no es el cielo, sino, el techo de mi apartamento—. ¿Qué hace aquí, señor Stirling?

Arquea una ceja en mi dirección, noto como la curva de sus labios se eleva nuevamente de forma tenue, antes de recobrar parte de su serenidad y asiente en mi dirección, esta vez con algo de diversión irónica.

—Se lo diría, sí me dejara pasar, señorita Death— responde en tono tranquilo, pero el brillo divertido no pasa desapercibido para mí—. A menos que quiera que sus vecinos escuchen toda nuestra conversación.

Enarco una de mis cejas, antes de cruzar mis brazos encima de mi pecho y me recargo en el marco de mi puerta con una sonrisa irónica.

—Pensé que le gustaba llamar la atención de todo el mundo, asno satírico— exclamo, arquea más su ceja—. Ya sabe, al Diablo le encanta la atención de todos los seres mortales para tener la sensación de ser superior a los demás.

Nuevamente, la curva de sus labios se eleva un poco más con cierta diversión, antes de que de manera inesperada, una risa baja termine saliendo de sus labios y niega, aún con las manos metidas en los bolsillos de su pantalón.

—Por un momento, pensé que el suceso de anoche la haría moderar su lengua afilada conmigo, como muestra de agradecimiento—bufo, antes de colocar mis ojos en blanco—. Sin embargo, creo que lo tomaré como una buena señal de que no ha quedado tan mal por lo anoche.

Asiento de forma breve, mientras que me quedo en silencio por un par de segundos ante sus palabras.

No negaré que lo que pasó anoche, me dejó completamente mal en mi cama. Estaba demasiado asustada y nerviosa, mientras que las chicas no me soltaron en toda la noche a la par que me consolaban en mis lágrimas de temor ante la situación.

Sin embargo, esta mañana, me levanté agradecida con mi jefe, y tranquila por el hecho de que las cosas no hayan pasado a algo más grave como el hecho de que podría haber terminado siendo violada e incluso asesinada, para después ser abandonada como un objeto sin valor en un callejón, hasta que me encontraran.

No hubiera soportado haber sobrevivido a una violación, hubiera terminado con todo de mí.

Tampoco hubiera soportado les generaran todo ese dolor a mis padres y mis amigas.

Un estremecimiento involuntario de inquietud me recorre de pies a cabeza, y claramente, mi jefe lo nota al tener su atenta mirada en mí y pero decide dejarlo pasar, antes de que me mire con un poco de diversión.

Diablo Ruso (HDLF #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora