11.~ Creo que me gusta...

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ELLY

¿Acaso es raro dormir en la misma cama con la ex novia de tu mejor amiga?

Porque eso estaba haciendo desde que se mudó Jenell.
No fue mi idea, Aleyda me ofreció dormir con ella, ya que la cama era grande y yo siempre despertaba con dolores de espalda por culpa del sofá.

Aleyda lloraba por Jenell en las noches y me pedía que la abrazara hasta que lograra quedarse dormida. Siendo honesta me ponía nerviosa tenerla pegada a mi todas las noches.

Cuando regresamos del bar en la madrugada la tuve que consolar porque decía que Jenell la había reemplazado con alguien más. Aunque yo no estaba enterada de ese supuesto reemplazo, Jenell solo me dijo que la tal Sharon era su compañera de trabajo.

Mientras tanto yo había conocido a una chica hermosa, Adeline. La atraje gracias a mis dones de atracción, solo se acercó y pasó la magia.
Ese mismo día quedamos en vernos otro día, y en definitiva iba a pasar un buen rato con ella.

También estaba pensando en regalarle algo a Aleyda. Quería alegrarla, no me gustaba verla todos los días desanimada. No sabía que darle, ¿Tal vez una mascota? ¿Un caballo? ¿Chocolates?
Pero al final decidí regalarle un perfume, no era uno cualquiera, era uno famoso y caro.

—¿Y esto? —me preguntó Aleyda mientras sostenía el perfume que le acababa de entregar—. Es decir, gracias pero no es mi cumpleaños.

—¿Tiene que ser una fecha especial para poder regalarte algo? Creí que te gustaría —dije apenada.

—Si me gusta, gracias, solo que se me hace raro, ¿Acaso huelo mal? —dijo asustada.

—No, no, nada de eso, hueles muy bien de hecho. Solo quería alegrarte y no sabía cómo hacerlo, lo único que se me ocurrió es darte un regalo.

—Gracias Elly. —me sonrió y me abrazó—. No es necesario que me des nada. —me dió un beso en la mejilla.

—¿Sabes? Deberíamos de volver a fingir ser novias —le propuse cuando nos dejamos de abrazar.

—Que graciosa eres. —me pellizcó la mejilla con levedad y se fue a la cocina.

—No lo decía de broma —susurré, pero ella no me escuchó.

A los días siguientes Adeline me contactó y quedamos en tener una cita.

En realidad no quería nada serio con ella, pero un poco de coqueteo no le hacía daño a nadie.

Quedamos en ir a uno de los mejores restaurantes de la ciudad, ella lo eligió.

Así que con la ayuda de Aleyda me vestí lo más sofisticada que pude. No me podía vestir como quisiera, ya que era uno de esos restaurantes que te podían discriminar por como lucías. Aunque lo negaran.

Al llegar al lugar, Adeline ya me estaba esperando sentada en una mesa. Se veía muy guapa, más que la primera vez que la vi. Como deseaba que hubiera menos plática y más acción. Pero tenía que esperar.

—Hola. —me sonrió—. Te ves muy bien.

—Gracias guapa, tú igual. —sonreí de lado y me senté en frente de ella.

—Me alegra volver a verte, en serio me llamaste la atención en cuanto te vi.

—No te culparé, es normal —dije orgullosa—. Pero tú también llamas la atención de cualquiera.

Una mesera nos interrumpió y enseguida ordenamos nuestra comida.

—Cuéntame más de ti, Elly —La voz seductora que tenía me hacía querer obedecerla.

¡NO ME ALTERES!  (Crossover)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora