SHARONNo entendía que pasaba con Adeline, y aunque tenía mucha curiosidad por saberlo. Tal vez era mejor ya no meterme en su vida. Después de todo las cosas habían cambiado y al parecer ella también. Tenía que seguir adelante y olvidarla por completo, confiaba en que sería más fácil ahora. Aunque ella siempre tendría un lugar en mi corazón porque fue mi primero amor, jamás la olvidaría aunque cada una siguiera con su vida.
En el trabajo todo marchaba bien, contrataron a dos empleados nuevos, lo que nos ayudó bastante. Aún así Jenell decidió trabajar horas extras varios días, según ella para facilitarnos más el trabajo. En realidad no me parecía correcto, tenía que descansar, ya ni siquiera comía conmigo, lo que hacía muy aburrido todo.
-¿Te quedarás otra vez? -Le pregunté cuando estaba a punto de irme.
-Si, la señora Gabriela me pidió que le ayudara a terminar unos informes.
Suspiré y me di la vuelta.
-Sharon. -caminó y se puso en frente-. ¿Estás molesta?
-¿Por qué debería de estarlo? -Sonreí.
-No sé, creí... -Me sonrió-. Tienes una pestaña cerca del ojo. -me quitó la pestaña y me mostró sus dedos-. Pide un deseo.
-No pediré nada. -le quité su mano de mi vista y reí.
-¡Oye! ahora no se cumplirá nada.
-Adiós, Jenell. -le sonreí y la aparté. Me ponía nerviosa cuando estaba tan cerca de mi.
Admitía que si estaba molesta por no acompañarme a comer, por eso quise irme pronto.
Empezaba a tener un problema con Jenell, y es que todos los días que la veía en el trabajo, no podía evitar verla de más. Su cabello, su cara, esos labios... Y qué bien le quedaba la ropa del trabajo. No sé si era demasiado precipitado pero creo que comenzaba a sentirme atraída por ella. Aunque sabía que no me haría caso por la reciente ruptura con su ex. De todos modos no quería una relación con ella más allá de la amistad, la apreciaba como amiga.
Pero al día siguiente ni siquiera me podía concentrar en mi trabajo, ya que tenía que salir de mi oficina a cada rato y Jenell siempre estaba afuera de un lado para otro saludándome al pasar ¿Cómo me podía concentrar con esa mujer ahí? que linda era. Y no solo su físico, era muy amable y divertida. Me hacía sentir bien.
Convivir tanto con ella me afectó, había logrado que me acostumbrara a estar con ella y de repente se le ocurre quedarse a trabajar horas extras, dejándome varada como una tonta esperando que se le ocurra ir a mi casa de nuevo.
No sé porqué sentía que me volvería loca en cualquier momento por su culpa, la extrañaba aunque la veía todos los días, ya no se pasaba a mi oficina tan seguido porque estaba más ocupada ayudando a los demás.
Uno de los empleados nuevos parecía que le coqueteaba. No era cualquier chico, era encantador, tenía una sonrisa brillante, ojos muy bonitos, cuerpo atlético, y estaba alto. Seguro que cualquier chica caería rápido ante él. Lo que me preocupaba...
Cada vez que el chico se acercaba a Jenell y le obsequiaba una sonrisa, ella se la devolvía sin problemas. Lo que me provocaba un ardor en el estómago.
Así qué en una de sus múltiples mini conversaciones, decidí robarme a Jenell. No podía seguir soportando que estuviera cerca de él.
-Necesito que me ayudes -Le dije a Jenell cuando llegamos a mi oficina.
-¡Claro! ¿Qué necesitas? -dijo con entusiasmo.
-Necesito que... -Miré alrededor para ver qué le ponía a hacer. No necesitaba ayuda, solo quería que estuviera conmigo y lejos de él-. Necesito que me acomodes estos papeles de la A a la zeta. -Le di unos papeles que había olvidado tirar a la basura.
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¡NO ME ALTERES! (Crossover)
Teen FictionALTERAR: Perturbar o trastornar el estado normal de algo. Segunda parte de... "Ella me arruinó la vida" "La odio" "Experta en ilusionar" Segunda parte de cada historia en un crossover. No es necesario leer "experta en ilusionar" para que puedas lee...