ASTRIDEl chico con el que a veces me escapaba se llamaba Alain. No sentía nada por él, y estaba segura que yo tampoco le gustaba tanto. Solo nos queríamos divertir.
—Hoy haremos algo diferente —me dijo mientras conducía.
Íbamos en su carro, yo estaba sentada en el asiento del copiloto y miraba las calles por la ventana.
—¿Diferente?
—Si, algo prohibido, excitante. Te encantará, ya verás.
—Espero que me guste. —Prendí un cigarro.
Agradecía que no se quejara cuando fumaba cerca de él.
Nos habíamos acostado un par de veces. Él no lo sabía pero la tercera vez sería la última y ya no lo volvería a ver.
Cuando tuvimos relaciones me concentré tanto en su rostro que no pensé en Delia. Estaba tan orgullosa de mi, podía mejorar. Y aunque siguiera pensando en ella, trataba de distraerme lo más que podía.—¿Adónde me llevas? —Pregunté cuando vi que salimos de la ciudad.
—Déjate sorprender.
—¿Me llevarás a algún lugar romántico? —me burlé.
—Mejor que eso. —Me volteó a ver un segundo y sonrió.
No sé cuánto tiempo hicimos de camino, tal vez media hora. Se estacionó en frente de una casa enorme y blanca, tenía una cochera grande, el césped estaba muy verde y todo se veía bien cuidado. Lo raro es que estaban tres hombres vestidos de negro afuera de la casa.
Alain bajó todas las ventanas del carro y los hombres se acercaron a nosotros.
—¿Qué mierda hacemos aquí? —estaba confundida.
Él me ignoró y se bajó del carro.
Uno de los hombres abrió mi puerta y me sacó del carro a la fuerza.
—¡Suéltame! ¡¿Qué haces?! ¡Alain! —grité enojada
Él entró a la cochera despreocupado.
—Calla niña, camina —dijo el grandulón.
Me tenía tomada de las manos, trataba de soltarme de su agarre pero tenía más fuerza.
—¡Idiota! ¡Ya déjame! —Me resistía a caminar.
El hombre se desesperó y me cargó, me apretó con fuerza para que no me moviera. Entramos por la cochera y después a un cuarto pequeño. Me aventó al piso, enseguida se fue y cerró la puerta.
—¡Pendejo de mierda! —rápido me paré para abrir la puerta pero ya estaba cerrada con seguro. La pateé y le di golpes con fuerza para intentar abrirla pero fue inútil.
—¿Ya terminaste? —dijo Alain atrás de mi.
Me volteé asustada, creía que estaba sola ahí.
—¿Qué haces, idiota? —Me dirigí con él dispuesta a pelear pero el grandulón me detuvo.
—Tengo planes para ti, bueno... Tenemos. —Se sentó en una de las sillas del cuarto.
Solo estábamos el grandulón, Alain y yo.
—Oye, no entiendo nada ¿Qué está pasando? —Me sentía estresada por la situación.
Se escuchó que abrieron la puerta y al voltear ya estaba una chica adentro.
—Astrid ¿Cierto? —dijo la versión femenina de Alain. Muy guapa—. Toma asiento. —Me acercó una silla para que me sentara.
Quería golpearla, pero sabía que sería peor si no me controlaba, así que me senté.
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¡NO ME ALTERES! (Crossover)
Novela JuvenilALTERAR: Perturbar o trastornar el estado normal de algo. Segunda parte de... "Ella me arruinó la vida" "La odio" "Experta en ilusionar" Segunda parte de cada historia en un crossover. No es necesario leer "experta en ilusionar" para que puedas lee...