⁵Alicia y la Orden del Fénix [LRYEA]

16¬HARRY IS LOSING HER

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↻Harry la está perdiendo 

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━━━━━━━AL IGUAL QUE LAS DOS NOCHES ANTERIORES, ALICIA se había quedado en la sala común terminando los deberes que le habían mandado ese día y así no llevarlos atrasados. Aprovechaba la soledad y el silencio de la sala mientras que esperaba a Harry llegar de su tercer castigo. 

—¡ALICIAAAAAAA!

La nombrada levantó la mirada de su pergamino y vio con el ceño fruncido cómo Ron corría hacia ella con Harry detrás, el último tratando de detenerlo.

—¡Cállate, Ron! —gritó Harry, al parecer no quería que el pelirrojo le contara algo a su novia. Ali se levantó del sofá y se quedó con los brazos cruzados frente a ambos amigos. 

—¡No, Harry! Debe saberlo.

—¿Sabe qué? —cuestionó Alicia, muerta de intriga.

—Ron... —siseó Harry mirando seriamente a su amigo. Pero el pelirrojo no le hizo caso. Ron agarró a Harry por la muñeca, le levantó la manga y le enseñó a Alicia el dorsal de su mano derecha.

La rubia palideció al ver un corte enorme en la piel de Harry. Era una frase y las palabras ensangrentadas cubrían todo el diámetro del dorsal de su mano. 

No debo decir mentiras

—Sólo es un corte... No es nada..., es...

Pero Ali ya había agarrado a Harry por el antebrazo y se había acercado el dorso de su mano a los ojos. Hubo una pausa durante la cual Alicia miró fijamente las palabras grabadas en la piel; luego, sintiendo una rabia dentro de ella que jamás había experimentado, soltó a Harry:

—¿No decías que sólo te había mandado copiar?

Harry vaciló y al final fue Ron quien acabó hablando.

—¡Es lo mismo que le he dicho yo! —exclamó furioso. 

—¿Ese es el castigo que te pone Umbridge? —preguntó Alicia con cautela, mirando a Harry a los ojos. Él asintió muy lentamente, tragando saliva.

—¡Vieja arpía! —exclamó Ron con repugnancia—. ¡Está enferma! ¡Díselo a McGonagall, haz algo!

—No —repuso Harry tajantemente—. No quiero darle la satisfacción de descubrir que me ha afectado.

—¿Que te ha afectado? ¡No puedes dejar que se salga con la suya!

—Harry, no estarás hablando en serio, ¿verdad? —dijo Alicia estupefacta.

—No sé hasta qué punto la profesora McGonagall tiene poder sobre ella. 

—¡Pues a Dumbledore! ¡Díselo a Dumbledore!

—No —dijo Harry por toda respuesta.

—¿Por qué no?

—Él ya tiene bastantes preocupaciones —contestó.

Alicia meneó la cabeza con desaprobación mientras Ron y Harry seguían peleándose a gritos. Murmuró un «ahora vengo», pero ninguno de los dos la oyó. Ali salió de la sala común por el retrato y caminó por los pasillos hasta la enfermería, allí cogió un cubo, un trozo de tela y una pomada. Le dejó una nota a Madam Pomfrey explicándole que ella había cogido esas cosas porque un niño de Gryffindor se había hecho un corte y que iba a ayudarlo, no era del todo mentira.