capítulo 10

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Asher

Aidan vino a invadir mi departamento. Había insistido tanto en que esta noche fuéramos al bar con Emma y sus amigas. No quería seguir conviviendo con ellas, sobre todo con Maia. Me sentía raro cada vez que estaba con ella, y no sabría decir si esa rareza era agradable o desagradable. Tampoco deseaba descubrirlo.

—Asher, ¿por qué tardas tanto? ¿Te arreglas para sorprender a Maia? —pregunta Aidan, apoyado en la pared de mi habitación.

—Claro que no. ¿Qué te hace pensar que me arreglo para ella? —replico, colocándome mi chaqueta de cuero, la misma que le presté a Maia la vez que me quedé en su casa.

—Por cómo la molestas cada vez que la ves. Creí que era porque te gustaba —responde él.

—¿Solo porque la molesto crees que me gusta? —respondo, saliendo de mi habitación mientras Aidan sigue mis pasos.

—Claro que sí. Como no tienes experiencia con las mujeres, pensé que para conquistarla la molestabas a propósito.

—¿De qué hablas? Claro que tengo experiencia. Por algo no soy virgen —respondo, confundido.

—No hablo de lo sexual, me refiero a lo emocional. Nunca te has enamorado, así que no sabes cómo reaccionar.

—No estoy enamorado y tampoco quiero estarlo —digo—. Vamos en mi auto, hoy no beberé.

—Tu forma de mirar a Maia dice otra cosa —responde, saliendo del apartamento.

—¿Mi mirada? No entiendo qué quieres decir —digo, caminando hacia el estacionamiento.

—No creas que soy tonto, te conozco demasiado bien. Sé que te gusta molestarla, te divierte y sonríes, aunque quieras disimularlo.

—No es cierto, esas son solo ideas de tu cabeza.

—¿La encuentras atractiva? —pregunta.

—Claro que es atractiva, es muy linda. Eso no lo voy a negar.

—¡Ves! Eres el único que no quiere admitir que te atrae Maia. Hoy te darás cuenta de que es así —dice—. Me alegra que ya no bebas tanto; te ves mejor que hace un tiempo.

Aidan se enfoca en su teléfono mientras yo pongo música para el camino. Pienso en mi hermano, en que nada ha mejorado, y en que nunca aceptaré su muerte. Se fue y se llevó una parte de mí.

Llegamos al bar y busco un lugar seguro donde dejar el auto. Aidan habla con Emma, pero no logramos ver a las chicas hasta que gritan nuestros nombres. Veo a Emma y, junto a ella, está Maia. Se ve hermosa. La miro de arriba abajo sin disimulo alguno. Lleva un top y una falda que se ajusta a su cuerpo. Se ve muy linda. Alzo la mirada y ella ya me está mirando. No aparto mi mirada de la suya. A pesar de tener una mirada fuerte, refleja timidez. ¿Está nerviosa? No lo sé, pero juraría que sí lo está. Cuando estoy lo suficientemente cerca, deja de mirarme.

—Hola, Aidan, un gusto verte —habla Axel, el amigo de Maia—. Nos volvemos a ver.

—Hola, soy Asher —respondo.

—Lo sé, soy Axel, el mejor amigo de estas preciosuras —dice, tirando de Maia y abrazándola para hablarle al oído. Siento algo extraño en el pecho.

—Creo que deberíamos entrar. Alessia y Lily deben estar esperando —dice Maia, nerviosa, alejándose de su amigo.

Entramos al bar y empiezan las molestas presentaciones. Aidan fue el primero en presentarse. Esto es lo que más odio de tener que relacionarme con personas.

—Mucho gusto, soy Lily —dicen—. Y ella es mi hermana, Alessia.

—Hola, soy Asher, un placer conocerlas —digo. Y creo que es la primera vez que finjo tan bien.

Un Invierno a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora