Capítulo 11

58 8 9
                                    

Maia

Había quedado de ver a Oliver en su casa. Estaba molesto porque el día anterior pasé la tarde con Axel. Siempre decía que él quería algo más que mi amistad, mientras yo le repetía que lo nuestro era solo de amigos. No sé cuántas veces tuve que decirle que Axel era como mi hermano. En reiteradas ocasiones, Oliver me pedía que cortara mi amistad con mi mejor amigo.

En cuanto llego a su casa, Oliver abre la puerta mirándome molesto. Ni siquiera se toma el tiempo de saludarme, simplemente me da la espalda, dejándome en la puerta, y entro enseguida. Siempre que se molesta conmigo, toma esa actitud fría, distante e indiferente. Sabe que me duele que sea así, y lo hace para castigarme.

-Tardaste demasiado, ¿con quién estabas? -pregunta, mirándome con enfado.

-Estaba con mi madre, lamento haberte hecho esperar -digo.

-¡Me crees imbécil! No mientas, es obvio que estabas con Axel -grita, tirando un vaso contra la pared.

-No estoy mintiendo, estaba con mi madre -digo, asustada, cuando se acerca rápidamente a mí.

-¿Me tienes miedo? -pregunta.

Nota la duda en mis ojos y me lleva contra la pared, tomando con fuerza mi rostro, mientras con su otra mano ejerce presión en mi cabello.

-Amor, sabes que nunca te haría daño, te amo -dice-. Lamento si te asusté. Sabes que no me gusta que me hagas enojar.

-¿Podrías soltar mi cabello? Me duele -digo, tratando de estar calmada.

-Sí, lo siento. ¿Me amas? -pregunta, sonriéndome.

-Sí, te amo -respondo, y me da un corto beso.

-Si realmente me amas, ¿cortarás tu amistad con él? -pregunta.

-Sabes que no puedo hacer eso. Es mi amigo desde hace años, y me dolería perderlo -respondo, causando que vuelva a enfadarse.

-A mí me estás perdiendo. Con estas actitudes haces que dude si me amas -dice, mirándome apenado.

-Claro que te amo, no quiero que dudes de mí. No cortaré mi amistad con él -digo con lágrimas en los ojos-. Sin embargo, pasaré menos tiempo con Axel y más contigo.

-Te amo, Maia, nadie podría amarte como yo lo hago -dice. Sonrío y comenzamos a besarnos hasta llegar a la cama.

Despierto de golpe, con el corazón acelerado por el susto, sintiéndome asqueada por el recuerdo que tuve de él en mis sueños. Pensándolo mejor, diría que es una pesadilla. Todo lo que tiene que ver con él nunca ha sido bueno.

Miro a mi alrededor, aún más asustada al notar que esta no es mi habitación. Trato de recordar la noche anterior, pero mi último recuerdo es de la pelea; después de eso, mi mente está en blanco. Salgo de la cama con cuidado, tratando de no hacer ruido. Tengo mi ropa puesta, así que, de alguna manera, siento un alivio en mi pecho. Ignoro el vaso y la pastilla que se encuentran en la mesita de noche, y camino hacia la puerta de la habitación para averiguar dónde estoy.

Al salir, me sorprendo al ver a Asher cocinando sin camiseta, con el cabello húmedo, y gotas de agua que bajan por su pecho. Verlo así acelera mi corazón. A su lado hay un pequeño parlante con música de Eminem.

-Despertó la bella durmiente -dice, recordándome la mañana que despertó en mi casa.

-¿Qué hago en tu casa? -pregunto-. ¿Qué pasó?

-Entre nosotros no sucedió nada, por si quieres saber eso -dice, mirándome a los ojos-. Te contaría todo, pero tardaría demasiado y no quiero escuchar tus gritos. Solo confía en mí.

Un Invierno a tu ladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora