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Habían transcurrido dos días desde que Hyunjin le salvó de su muy posible destino final y no podía estar más feliz, Minho ya no se le acercaba, tan solo lo miraba o le dedicaba obscenidades desde lo lejos, pareciera que Hyunjin lo hubiese amenazado muy bien.

Por más que el Príncipe haya evitado su abuso por el simple hecho de que no estaba permitido el enlace con esclavos, sentía que debía devolverle el favor. Después de todo no solía pasarle que alguien le defendiera y mucho menos alguien perteneciente del linaje real.

Por lo que le pidió a su amigo, Lee Felix, el Chef principal de la Familia, que horneara un pastel para el Príncipe Hwang, que hiciera su favorito. Se excusó nombrando que el mismo le pidió ya que se lo encontró de camino.

Felix no dudó mucho, pues solía mandar exclavos a todo por él con tal de no salir, lo que le extrañó fué que exigiera un pastel entero solo para él, quizás vendrían amigos y no se enteró.

Pronto, Jisung tuvo el pastel en sus manos, protegido por una bandeja de plata y su tapa.

—Ese es el pastel, es de frambuesa y arandano—Sonrió dulce.—Suerte llevando el pastel

—Uh...Pero...¿A dónde tengo que llevarlo?—Preguntó inseguro, Lee enarcó una ceja.

—¿No sabes? ¿No te dijo?—Negó lento.—Hm...Bueno, suele pedir para su despacho o su cuarto, supongo que estará leyendo algún libro en su despacho—Levantó su dedo índice.

Jisung asintió y se retiró sin más.

Estuvo varios minutos subiendo escaleras, el despacho del príncipe Hwang se encontraba en el último piso junto a su cuarto, y era el único que habitaba en todo el piso. Lujos de ser hijo único.

Con sigilo se adentró al pasillo.

Al llegar respiró profundo tras el cansancio y tocó la puerta con cuidado de no tirar el pastel. Además de llevarle el regalo, había cogido un plato, un cuchillo y un tenedor para que degustara sin problemas.

Tras unos segundos, oyó la voz del mayor.

—Pase—Tragó saliva y abrió la puerta. Hwang leía un libro con atención, ni siquiera se fijó en quien había ingresado hasta que la bandeja fue apoyada en su escritorio sutilmente. Volteó a ver de inmediato extrañado y más que molesto.—¿Qué demonios haces? Oh—Pestañeó varias veces al encontrarse con Jisung, un esclavo más del montón.

—Bue-Buenas tardes, Príncipe Hwang...L-Le traje este obsequio...Por haberme salvado de su primo Minho..
—Hizo una reverencia y se aferró a su camisa nervioso.

Sentía que había hecho mal en no comentarle al príncipe su sorpresa, no creyó que se molestaría.

Hyunjin enarcó una ceja.

—¿Qué trajiste? Muéstrame—Se apoyó en el respaldar de su silla y se cruzó de brazos. Han obedeció al instante, tomó la tapa de la bandeja y dejó que viera el pastel. El mayor levantó sus cejas asombrado.—¿Todo eso es para mí?

—S-Si...Espero lo disfrute, provecho...—Volvió a hacer una reverencia y comenzó a caminar a la puerta.

—Oh no, tú te quedas aquí—Han se detuvo y volteó a verlo confundido.

—¿Disculpe...?

—¿Acaso crees que podré terminar todo el pastel yo solo? Claro que no, no como tanto—Sonrió.—Ven y come conmigo, pero antes cierra la puerta

—¿Qu-Qué...?—Agrandó sus ojos y se dió vuelta por completo.—Pe-Pero los esclavos no tienen permitido comer con la realeza...Y-Y mucho menos permanecer con ellos por razones ajenas al trabajo...—Hwang rodó sus ojos.

 The Prince ✙《 HyunSung 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora