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Soltaba quejidos, estaba cansado, su cuerpo se encontraba adolorido y punzante, sobre todo en su espalda baja y sus piernas.

El Príncipe cumplió con su palabra, lo hicieron veinte veces en dos días.

Se sentó como pudo, sosteniendo las mantas sobre su pecho para no dejar ver su cuerpo desnudo, observó la habitación con pereza buscando a su Alfa, pero se extrañó al no verlo.

Respiró profundo, inhalando su aroma, y así logró saber hace cuanto se había marchado.

—Se fue hace varias horas...Y parecía molesto...—Hizo una mueca preocupado, pero decidió quedarse en la cama de todos modos. Hyunjin le había pedido que no saliera por nada en el mundo, que reconocerían su aroma y lo mandarían a matar por enredarse con el futuro heredero de la corona.

Así que, como un buen Omega se quedó resguardado bajo las mantas hasta su regreso.

Cerró sus ojos y se quedó dormido luego de varios minutos.

Cuando la noche cayó, unos pasos se oyeron, luego llaves, y la puerta fue abierta, luego cerrada con seguro.

—Jisung—Dejó las llaves sobre el mueble del espejo y se acercó al menor.—Hey, despierta, ya pedí la cena, está en mi despacho—Observó el bulto en la cama.

Tras varios segundos sin recibir respuestas, decidió quitar la manta.

—Hmm...—El pequeño frunció su ceño y buscó la manta aún dormido. Hwang enarcó una ceja y sonrió.

—Belleza, despierta, vamos a cenar—Acercó su mano a su rostro y corrió su cabello para verle mejor, suspirando al apreciar sus mejillas abultadas. Se inclinó y dejó un beso en sus labios.

Como por arte de magia, los ojos del Omega se abrieron y lo observó atento y sorprendido.

—Mi señor...—Susurró una vez se alejó.

—Oh, Jisung, despertaste—Pellizcó un cachete y rió.—Levantate, apresurare que se enfría la comida—Se alejó y se dirigió a su ropero para cambiar su vestuario.

Han hizo un puchero pero obedeció, con cuidado se quitó las mantas y se sentó en la orilla de la cama, pero no se bajó, se quedó allí mirando al Príncipe desvestirse y colocarse una camisa y un pantalón formal tiro alto, junto a zapatos con plataforma.

—¿Cuál es tu color favorito?—Preguntó revisando sus camisas.

—¿Eh...? Uh...No lo sé...—Sonrió tímido, Hyunjin lo miró extrañado.

—¿No lo sabes?

—Pues no...Nunca me lo pregunté... Tampoco me lo preguntaron...

—Debe haber algún color que llame tu atención

—Hm...—Observó todo a su alrededor y luego volvió a mirar al Príncipe, y su corazón se aceleró al ver una camisa azul en su mano.—El azul...

—Oh—Volteó a ver la camisa y sonrió en grande.—Estupendo—Tomó un pantalón holgado tiro alto y le entregó las prendas al menor, este las tomó inseguro.—Vistete—Entrelazó sus dedos sin quitarle la mirada.

Han asintió y se colocó la camisa, luego la abotonó.

—Oh, espera, necesitas ropa interior—Caminó al ropero y sacó una y se la entregó,  Han con sus mejillas encendidas la tomó entre sus manos y las pasó por sus piernas, pero le costaba subirlo hasta su cadera, ya que le dolía aquella zona a horrores. Hwang al notar aquello decidió ayudarlo.

Se acercó y lo cargó en brazos, lo hizo apoyar sus pies en el suelo, pero lo sostuvo firme de su cintura con un brazo, con su mano libre tomó la prenda y la subió.

Lo volvió a sentar en la cama y repitió todas las acciones con el pantalón, acomodando la camisa debajo para dejar relucir su cintura. Se alejó y observó su cuerpo. Le temblaban las piernas por los dolores y tenía una expresión incómoda, nunca había usado un pantalón tan ajustado desde la cadera hacia arriba, pero holgado en sus piernas.

—Te vez estupendo, precioso, magnífico—Comentó con sus manos entrelazadas a la altura de su cuello, como si estuviera realmente asombrado y feliz. Jisung lo miró sorprendido y se sonrojó totalmente, sonrió tímido y bajó su mirada.

—No me mienta...

—No miento—Se acercó y lo tomó por las caderas.—Vamos a cenar—Tomó una de sus manos y lo hizo dar una vuelta sobre si mismo para verle mejor.—Te vez fantástico

"¿Será por su celo que me habla como si fuese su pareja?". Pensó el menor entre emocionado y confundido.

—Vamos a cenar...—Lo miró a los ojos, y pudo notar un destello distinto en ellos, sintió que se veía más vivo.

El Príncipe asintió y sin soltar su mano lo llevó a la puerta, tomó la llave y le dió dos vueltas en la cerradura, abrió la puerta y salió primero para comprobar que no hubiese nadie husmeando en su piso. Sonrió y salió junto al menor, cerrando la puerta con seguro.

Caminaron por el pasillo hasta llegar al despacho, entraron y cerró con llave.

El cuarto estaba casi a oscuras a excepción de las velas en el escritorio. Hwang soltó su mano y dejó que se acercara por el mismo

—Hoy cenaremos verduras y pasta—Comentó caminando hasta su escritorio, se sentó y palmeó su regazo, de inmediato se sentó sobre él y le dió la espalda.—Espero te guste la zanahoria entera

—Oh...Si, me gusta—Sonrió tímido. Hwang levantó una ceja y evitó reír.—Mi madre tenía un huerto en el pateo de mi casa, plantaba zanahorias, patatas, tómate—Suspiró sintiendo nostalgia.

—Me dijiste que eran pobres

—Si...Lo eramos—Observó la bandeja de comida.—Con aquellas verduras y frutas nos abasteciamos, vendíamos en las ferias y a los vecinos de la zona—Jugó con sus dedos.

—¿Qué hizo tu padre para tener que emtregarte como intercambio a la realeza?—Llevó sus manos a la bandeja y la destapó para mostrar la abundante comida.

—Pidió un préstamo...Nunca me dijo la suma de dinero que exigió, pero sabía que era demasiada...—El mayor comenzó a cortar las verduras.—La pidió para poder arreglar la casa y armar una carreta, pero pasó un año y no logró saldar ni siquiera el cuarto del total a pagar y los reyes le amenazaron con quitarle todo, pero si entregaba a un familiar como esclavo todo quedaría en el olvido—Sonrió, el mayor comenzó a comer.—Como mi madre y el mismo era más importantes que yo, decidió entregarme a mí, después de todo, eso les facilitaría la vida, no debían alimentarme ni gastar dinero en mí...—El Príncipe dejó de comer y lo miró apenado.

A decir verdad, Hyunjin tampoco tenía los mejores padres, no le dieron una infancia digna, nunca le dejaron tener amigos, tampoco salir del castillo, cuando cumplió la mayoría de edad logró salir. Su madre era estricta y juzgaba todo lo que hacía y decía, su padre era frío y malvado, nunca recibió afecto de su parte, ambos eran crueles y jamás vieron a su hijo como un hijo, sino como el futuro Rey, obligándole y forzándole desde pequeño a actuar como uno, como alguien digno de respeto y poder. Muchas personas se preguntaban por qué el era distinto a sus padres, porque no era malo, no maltraba esclavos ni les faltaba el respeto, la respuesta era simple, le gustaba un esclavo, y su mente le repetía constantemente que no podía tratar mal a nadie, porque todos son humanos y nadie es quien para ser superior. Por más cargo social que tuviera.

Nunca comprendió su propio pensar, ni el porque de sus acciones, pero decidía no pensarlo tanto y solo actuar y esperar a que un día sus padres murieran y tuviera a Jisung en sus brazos para siempre.

—Lo lamento, te habrá dolido que te entregaran como paga—Soltó los palillos y lo abrazó por detrás, Han comenzó a llorar discretamente.—Y lamento haberte hecho esa pregunta

—Descuide...—Tomó los palillos y comenzó a comer en silencio, mientras el Alfa se concentraba en acariciar su cuerpo y verle la marca en su cuello.

 The Prince ✙《 HyunSung 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora