The Prince ✙《 HyunSung 》

04

Advertencia 🔞 manipulación. Leer con discreción.

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Los ojos del menor se agrandaron y comenzó a retroceder, negó repetidas veces.

—N-No, retírese por favor...

—¿Acaso prefieres que te golpeen y te usen como juguete mis verdugos? Mira que estarán más que contentos en romper tus delicados huesos—Le tomó del mentón, Han bajó su mirada angustiado.—Vamos, evitarás estar encerrado dos semana allí...

—N-No...No quiero, aléjese...—Su labio inferior tembló. Lee suspiró.

—Te tengo una propuesta—Se alejó.—Me dejas tocarte mientras me masturbo y ya—Entrelazó sus manos y le miró sonriente, Jisung agrandó sus ojos.

¿Ser tocado por ese hombre y ver como se toca al mismo tiempo?

No sabía si podría soportarlo. Pero, era mejor y menos doloroso que ser abusado.

No tenía opción, no quería que nadie se enterara de que el Príncipe estaba dispuesto a cuidarlo y prestarle su tan prestigiosa vestimenta.

Asintió lento.

—¿Ah?

—Bi-Bien...—Respondió sin mirarle. Minho tosió sorprendido.

—¿¡De verdad!? Vaya, no creí que aceptarías, hoy es mi día de suerte—Tomó la mano del chico y lo llevó a la cama.—Quítate todo menos la camisa, le gusta la como te vez así

Jisung hizo una mueca más que incómodo, pero obedeció, con la mirada en el suelo se bajó sus pantalones y luego su ropa interior, se sentó en la cama y se quitó su calzado y sus medias.

Se sentía pésimo, había luchado tanto por no ser profanado antes de presentarse, pero allí estaba, junto a ese Alfa, que estaba por manosearle sin pudor mientras tenía un orgasmo.

Minho le observó atento, y cuando estuvo con tan solo su camisa, fue su turno de desvestirse. Se quitó todo excepto su ropa interior y su pantalón, cosa que extraño al cachorro.

—Acuéstate—Pidió acercándose a él.

Una vez ambos estuvieron recostados, fue cuando el Alfa lo acercó a él y pegó su cuerpo al suyo, comenzó con un camino de besos por su cuello y apretones en su cadera.

Han apretaba sus labios, evitando que cualquier tipo de sonido saliera, mientras intentaba no llorar.

Anhelaba que al Príncipe se le diera por pasarse y notara el aroma de su primo, así lo salvaba nuevamente.

—Oh, pequeño...Creo que tu celo se acerca, puedo sentirte un delicioso olor a rosas...—Susurró, le tomó una pierna e hizo que la pasara por su cadera, para poder pegar sus pelvis.

¿Rosas? ¿Eso quería decir que sería Omega o Alfa?

Sintió sus manos en sus glúteos, tocando y rozando con sus dedos su entrada, negó repetidas veces aterrado. Los dedos siguieron de largo hasta llegar a su miembro y apretaron suavemente.

—N-No...—Murmuró.

—Shhh...Vamos, disfruta—Dejó un beso cerca de su oreja.

Lo tomó por la cadera y cambió de posición, dejándole a horcadas suyo. Han hizo una mueca, estaba totalmente expuesto, se sentía vulnerable.

Tragó saliva y se escondió en el cuello del mayor, sabiendo lo que vendría.

Fue sujetado de la cintura con firmeza y duras embestidas fueron otorgadas, el mayor aún llevaba su pantalón, pero el bulto golpeaba sin piedad sus glúteos. Se tensó y no pudo evitar gritar sorprendido.

—Cierra la boca, no quiero que nadie se entere—Gruñó.

El menor mordió su hombro en un intento de callar su voz, pero no pensó que excitaría totalmente al Alfa, jadeó y llevó sus dedos a su entrada, tanteando y luego introduciendo un dedo.

Un grito desgarrador lo consumió y clavó con fuerza sus pequeños y casi inexistentes colmillos en su clavicula, logrando llevar al orgasmo al mayor. Pero no se detuvo ahí, su dígito comenzó a moverse ansioso, y sus embestidas no cesaron, sino que se volvieron más fuertes y desesperadas.

Un segundo orgasmo llegó, y sintió como se bajaba el pantalón.

El chico se sintió débil, inútil, totalmente usado. Dejó de morder y cerró sus ojos.

—Po-Por favor...Ya basta...Y-Ya me tocó...Déjeme solo...—Susurró.

—Oh...Bebé ¿Cómo voy a parar aquí? Necesito otro orgasmo más, me encanta tu cuerpo—Quitó sus dedos y llevó ambas manos a su cadera, amasando a su antojo.

El adolescente comenzó a llorar en silencio.

Ya no había vuelta atrás, era esto o vivir dos semanas de sufrimiento, siendo una prueba de nuevos objetos de tortura.