05

796 83 38
                                    

Advertencia 🔞 no consencuado / sin consentimiento / violación / uso de objetos de tortura. Leer bajo responsabilidad propia.

En la madrugada, el Alfa se fué mientras Jisung dormía.

Luego de unos cinco orgasmos, decidió dejarlo descansar, no creyó que se quedaría dormido, fue tierno verlo acurrucado en su pecho.

Quizás Jisung se sentía cómodo con él. Aunque no lo vió tan feliz mientras le metía los dedos.

En la mañana siguiente, el chico fue levantado por mujeres esclavas, estaban desesperadas por sacarlo de su cuarto, se sintió realmente angustiado y confundido. Pero entró en verdadero pánico al ver que lo llevaron al sótano, es decir, al calabozo.

Como fue llevado tan de repente, no le fue permitido cambiarse, así que tan solo contaba con una camisa larga, que lograba cubrir su intimidad.

—¡Te quedarás aquí siendo maltratado hasta que yo lo diga!—Dijo la Reina caminando delante de él. Han bajó su mirada.

Al pasar por cierto pasillo, logró ver a Minho, sus ojos se agrandaron e intentó soltarse.

—Lo siento, se me escapó—Dijo divertido.

Llegaron al calabozo, y fue lanzado al suelo sin piedad, soltó un quejido y volteó a ver a la Reina, quien le miraba con asco.

—Le robaste al príncipe, obligaste a Minho a acostarse contigo, y desobedeciste las órdenes de la realeza, serás castigado por un mes, y el verdugo es libre de elegir tu destino—Sus ojos se agrandaron y miró al hombro corpulento, quien parecía entusiasmado.

Entonces comenzó a llorar.

—N-No...Por favor, mi alteza...Juro por mi vida que no volverá a repetirse—Se puso de rodillas.

—Oh, claro que no, no volverá a repetirse, porque estarás muerto—Sonrió.—En una semana pasaré a verte y me tocará a mí saber que te harán—Rió y se retiró.

Han respiró agitado, un agobiante silencio logró hacerle temblar, miró a su izquierda y allí estaba, el verdugo afilando un cuchillo.

Cerró sus ojos con fuerza y cubrió su rostro, no logrando ocultar más su miedo, comenzando a sollozar con fuerza.

Minho lo había usado, había jugado con él, su sufrimiento no había valido la pena. Ahora estaba en el calabozo, y su vida dependía de su resistencia física.

Sintió al hombre acercarse.

—Deja de llorar, niño—Tomó su brazo y lo llevó a una silla con amarres.

¿Por qué la silla tiene un agujero y un palo que por muy poco atraviesa el agujero?

Sus ojos se abrieron y comenzó a gritar al caer en cuenta de lo que pasaría.

—¡No! ¡No...!—Intentó soltarse pero no podía, el hombre era mucho más grande y fuerte que él.

No podría evitarlo, iba a doler demasiado y no podía hacer nada.

Entre lágrimas fue dejado sentado, sus manos fueron amarradas al igual que sus piernas, miró al hombre buscando piedad, pero el simplemente lo ignoró.

—¡Po-Por favor! ¡So-Soy vírgen...! ¡N-No me haga esto...!—Sollozó.

—Tan virgen que quiso seducir a Lee Minho—Rodó sus ojos.

—¡E-Eso es mentira! ¡El se aprovechó de mí...!—Hizo fuerza intentando liberarse.—¡Di-Digo la verdad! ¡No me haga esto...!

El hombre sonrió y palmeó su cabeza.

—Te acostumbrarás, se nota que tu celo está por llegar, tienes la cara roja y un olor exquisito, ya verás que cuando te entierre el palo te mojarás—El menor vaciló.

El hombre se puso detrás de él, tomó el palo de escoba y comenzo a subirse, pues la mitad del palo se encontraba en un agujero en el suelo. Con su mano libre buscó su entrada y al encontrarla llevó el palo a ella, comenzando a meterlo lentamente, Han gritó aterrado y adolorido.

El palo entró profundo, no tenía punta, era liso, por lo que Han sufrió varias heridas internas.

Se levantó y rodeó la silla para verle.

Temblaba notoriamente, estaba cubierto en la lágrimas y observaba el suelo con la mirada perdida.

—Te vez delicioso—Sonrió. Llevó sus manos a su pantalón pero en eso tocaron la puerta, volteó a ver extraño. Suspiró y caminó a ella, la abrió y se asombró al ver al príncipe.—Mi señor—Hizo una reverencia.—¿Qué hace en un lugar cómo este? ¿Viene a ver la tortura del esclavo?—Se hizo a un lado y dejó que ingresara, Hwang entró a paso calmado, volteó a ver al chico y sintió su corazón romperse.—Parece que se está por desmayar, es débil a decir verdad, tan solo metí veinte centímetros del palo dentro—Rió.—¿Quiere que arranquemos sus uñas?

Soltó un sonido ahogado cuando el jóven Alfa lo tomó del cuello y ejerció fuerza.

—Más bien vengo a echarte—Lo observó con veneno en sus ojos. El hombre frunció su ceño extrañado.—Me robó a mí ¿No tiene sentido que sea yo quien decida su castigo?—Ladeó su cabeza.

—Ti-Tiene toda la razón, lo siento—Tosió. Al instante Hwang lo soltó y se limpió la mano con su ropa.

—Retírate, y si alguien pregunta, dí que yo me encargaré—Sonrió.—Después de todo traicionó mi confianza, le pedí que trajera un simple pastel y aprovechó a robarme, es un descarado

—Si, mi señor, enseguida me retiro—
Tomó sus cosas y corrió a la puerta.

—Ey, ey, ey—Lo detuvo mientras movía su dedo índice para que se acercara.—Si vuelves a tocar a este chico, serás tú el que pasara por todos estos juguetes ¿Entendido?—Lo miró con sus ojos más grande de lo usual, transmitiéndole terror, el hombre asintió varías veces y salió de allí cerrando la puerta.

Hwang esperó un minuto para volver a mirar al chico, y de inmediato corrió a él y lo desató, se agachó y rompió el palo con tan solo ejercer fuerza con su mano.

Dejó salir un gruñido descomunal.

—Voy a matarlos a todos...Voy a matarte Lee Minho...No quedarán ni rastros de tu existencia—Sus colmillos se dejaron ver, sacó el asqueroso palo de dentro del menor y lo tomó en brazos, notó que ya no estaba consciente.

Lo cargó con cuidado y lo llevó a una cama, la cual servía para atar a la victima y abusar de ella, pero Hyunjin la usó para poder abrazarlo por horas.

Se preocupó más al ver el camino de gotas de sangre que había comenzado a dejar.

Se sentía culpable, era culpable, le dió su ropa sin creer que alguien lo descubriría, y mucho menos creyó que lo llevarían al calabozo sin consultarle antes, pues, fue a él el robo, por ley se le pregunta por su castigo.

Cerró sus ojos con fuerza, pequeñas lágrimas se deslizaron por sus mejillas.

—Espero me perdones, Han Jisung, no fué mi intención hacerte vivir esto...—Susurró.

Cuando la noche cayó, el aroma a Rosas se sentía en toda la habitación, pero sin embargo Hyunjin se encontraba dormido, con el chico entre sus brazos, abrazándolo protector. Han abrió lentamente sus ojos, estaba perdido.

¿Dónde estaba? ¿Qué hora era?

Frunció su ceño y observó a su alrededor, era el calabozo, pero no había nadie.

Iba a sentarse, pero entonces sintió un agarre en su cintura, se tensó y volteó a ver a su lado. Quedó petrificado al encontrarse con el príncipe dormido.

Sus mejillas se encendieron al instante y su corazón se aceleró.

¿Qué hacía el príncipe aquí? ¿Dónde estaba el verdugo? ¿Por qué ya no estaba en la silla?

 The Prince ✙《 HyunSung 》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora