Tres siglos antes:
Arangorn:
Mi padre dando vueltas de un lado a otro de la caverna con pasos firmes alza el tono de su voz refiriéndose a mí:
— Fue un mandato de tu abuelo, las princesas de la naturaleza verde serían de nuestros príncipes, pero no, Arangorn, la princesa Isabella no será tuya.
Desobedecer no está en mis planes, es ya que el reino cae en sus manos, más sin embargo averiguaré las razones por las que todos actualmente se oponen a dicha unión, ya que el Concejo de Hadas de Greenworld ha demandado que es una maldición, una razón para nada válida y mucho menos concreta.
—Te casarás con Elentari, es una dama audaz, de tu misma etnia y una elfa pura. Mañana mismo te mudarás al castillo, Elentari te estará esperando. Hasta entonces, mantente en tu lugar y por favor, no te acerques y mucho menos busques a Isabella, ustedes no son correspondidos. — termina diciendo y a paso apresurado sale de la caverna que constituye mi habitación en dirección a la caverna real en la que descansa mi madre mientras yo me decido por ir hacia la caverna que resguarda el árbol mágico, salgo también de allí en busca de un caballo.
Mis pasos son interrumpidos por la voz de mi hermano menor que en su trayecto se ha cruzado con la corpulenta figura de mi padre, al llegar a donde me encuentro ubicado, expresa:
—No entiendo por qué tanta inconformidad con la unión entre Isabela y tú, hermano, es una joven hermosa y tiene buenos modales, aunque no me sienta cautivado por las humanas, admito que Isabella es una muchacha envidiable, tiene muy buenos atributos, y ni hablar de sus ojos verdes. —dice entusiasmado, mientras mi mente solo se dedica a divagar en algún plan que evite mi llegada al castillo mañana y mi casamiento con la dama Elentari.
—Es una humana, eso explica todo. Los humanos se han encargado de mantenernos avergonzados por ser lo que somos y nuestro padre solo se desborda de coraje ante la idea.
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Actualidad.
Calegorm:
Aparto mi mirada de los verdes ojos nerviosos de Esmeralda que recorren todo el salón en busca de ayuda. Está tardando mucho en decidir la sanción, y si desea mostrarse como una decidida heredera al trono, no debería mostrarse tan nerviosa y menos tan desorbitada.
Recorro con la vista a los miembros del Consejo encontrándome con la mirada de la hija de la mandataria de mayor jerarquía en el centro, con sus lentes cuadrados observando pacientemente a Esmeralda y sonriendo de lado.
Está disfrutando poner a Esmeralda en esta situación.
Sigo recorriendo en lugar con la mirada y observo como el puesto de varios mandatarios que no se encuentran presentes ocupados por conserjes haciendo el papel de mandatarios.
Curioso
Pero más curioso aún me resulta el hecho de que han nombrado Reina Esmeralda II, a la princesa. Devuelvo mi mirada al frente retando a Esmeralda para que exprese palabra alguna, su nerviosismo no está ayudando en nada a la situación y es cuando distingo como sus labios se entreabren para emitir sonido, que expresa:
—Creo que si se está acusando al Rey Calegorm, deberíamos permitir que declare o confiese algo en su defensa. Deberíamos escuchar su criterio también, no solo el vuestro. — dice en una carretilla de palabras evitando el tono nervioso en ellas, dato que no le resulta tan bien.
Asiento a su pedido ladeando mi cabeza hacia el lado en una débil sonrisa y me giro encarando a la señora de lentes cuadrados, que al parecer es la única capaz de hablar en esta reunión.
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La reina de la naturaleza verde |Terminada
FantasyNo creía que podrías existir. Todas las noches mi madre contaba tu leyenda... o más bien creo que debería de decir: nuestra leyenda; porque tú eres ese chico que trae consigo el frío y la tranquilidad mientas yo, traigo conmigo el fuego y la adrena...