- ¿Ese es Oliver Greyson? - pregunté con curiosidad, mis ojos siguiendo el delgado cuerpo cubierto de negro que caminaba solitario por la calle. Reduje el volumen de la música que sonaba en el descapotable negro y lancé una mirada a Connor. Este se quitó las gafas de sol y me devolvió la mirada.
- Si tiene el cabello como si quisiera parecerse a una chica, sí, ese es él - respondió Connor antes de volver a colocarse las gafas y seguir tecleando en su teléfono. Observé a Oliver una vez más y no pude evitar sentir cierta intriga al verlo arrastrar los pies y caminar de manera un tanto peculiar. Decidí acelerar un poco para acercarme más a él.
- Eh, Nick, ¿Qué carajos estás haciendo? - me preguntó Connor con sorpresa desde el asiento trasero al notar mis claras intenciones de acercarme a ese idiota de Oliver. Sin embargo, lo ignoré por completo y, justo cuando estábamos a su lado, frené bruscamente. - ¡¿Qué demonios te pasa?! - gritó mientras se sujetaba al asiento delantero debido al inesperado frenazo. No pude contener la risa al ver su rostro enfadado, y observé cómo Oliver se giraba lentamente, mirándonos con una expresión extraña, confundida y, probablemente, asustada.
Ese era Oliver Greyson, conocido como la "rata de biblioteca" del instituto, un chico solitario con solo un amigo. Todos se aprovechaban de él para que les hiciera las tareas o les diera las respuestas de los exámenes. Siempre obtenía calificaciones sobresalientes y, como resultado, formaba parte del club de "Los imbéciles", mientras que nosotros éramos parte de "Los populares" quienes ocupaban los últimos asientos del aula y a quienes no les importaba suspender.
Cuando le ví y supe que era un chico por sus inexistentes curvas y tetas, sentí, junto un poco de asco que se me fue pasando al cabo del tiempo, curiosidad. Muchísima curiosidad al ver que iba maquillado todos los días al instituto como si fuera un evento realmente importante, además de ser un chico.
- Eh... ¿Hola...? - murmuró Oliver, subiéndose las gafas que se deslizaban por su nariz y acomodando nerviosamente la mochila en su hombro.
- Ya vámonos - demandó Connor con impaciencia, pero yo simplemente bufé y lo ignoré por completo. Connor no disfrutaba relacionarse con las personas consideradas "imbéciles" en el instituto, simplemente porque no nos lo permitíamos. Nuestro objetivo era mantener nuestro alto estatus en la jerarquía escolar, ya que teníamos muchísimas facilidades más.
- ¿Dónde está tu amigo? - pregunté con curiosidad. Siempre me había fascinado observar a las personas a mi alrededor, y sabía que Oliver tenía un único amigo, casi tan nerd como él; Dan Cooper, quien asistía a la clase contigua a la nuestra.
- ¿Dan? Bueno... estaba enfermo, así que hoy tengo que ir solo a casa - respondió de manera formal, revelando un destello de vulnerabilidad en su mirada.
- ¿Quieres que te llevemos? - pregunté sin más, sin siquiera pensar en lo que había salido de mi boca.
- Nick, ¿Qué carajos te pasa? ¡Es Oliver Greyson, el idiota! - Connor se inclinó hacia el asiento del conductor, donde yo estaba al volante, y pronunció esas palabras en un tono ligeramente elevado, lo que probablemente permitió que Oliver también las escuchara. Giré mi cabeza para mirarlo directamente a los ojos, y al encontrarse con mi mirada, Connor simplemente suspiró y se reincorporó en su asiento, dejando en claro su desaprobación.
- Lárgate, imbécil. Nick, arranca - demandó con aires de superioridad, dejando en claro su desdén hacia Oliver y su rechazo a cualquier tipo de interacción con él.
Yo... - murmuró Oliver, alternando su mirada entre los dos, mientras se mordía el labio con nerviosismo. - Gracias, pero no hace falta. Me voy solo - dijo con amabilidad, esbozando una sonrisa de agradecimiento antes de girarse sobre sus talones y retomar su camino con pasos lentos y cautelosos. Con un gesto de exasperación, rodé los ojos y aceleré unos metros, solo para volver a frenar bruscamente.
- Te he dicho que yo te llevo. He notado cómo caminas y preferiría no verte dando tumbos por ahí con un tobillo probablemente dolorido. Cuando te ofrezca ayuda, no me digas que no, ¿Entendido? - le dije a Oliver con determinación, fijando mi mirada en la suya mientras lanzaba mi mochila, que estaba en el asiento del copiloto, hacia atrás. Me incliné hacia delante y abrí la puerta, para que subiera. Connor parecía más que indignado en silencio. Oliver me miró y tragó saliva.
- Yo...
- Vamos - le incité moviendo la cabeza, y sin más él asintió dudoso y se adentró en el descapotable, junto a mi en el asiento del copiloto.
Esa ocasión marcó el primer contacto que tuve con Oliver, el chico al que había etiquetado como "Imbécil"
En ese momento, desconocía por completo hasta dónde podría llegar él y cómo su presencia en mi vida podría impactarme.
Lo que no sabía era que si ese día no le hubiera recogido con el auto, nada de lo que pasó entre nosotros existiría.
Y ahora me encontraba con las rodillas hincadas en el asfalto, con lo único que tenía de él entre mis manos; la carta que me dejó. Explicándome todo lo que sucedió, todo lo que no fui capaz de ver. Empapándome por la lluvia mientras mis huesos se calaban de frío, mirando al final de la carretera durante largos minutos como un completo idiota.
Esperando que quizá volviera... Esperando ver cómo pasaba por mi lado y me dirigía una mirada que tan solo yo sabía descifrar. Esperando que cruzara los dedos, frente a mi como lo hacía siempre.
Esperando quizá a decirle todo lo que había callado este tiempo junto a él.
Pero sabía que no iba a suceder nada.
Le había perdido.
¡Bienvenidos a "Enamorado del imbécil"!
Quiero expresar mi sincero agradecimiento por dedicar su tiempo a adentrarse en esta novela corta. Para mí, esta experiencia representa un desafío personal, ya que es la primera vez que me comprometo seriamente con una historia, lo cual me llena de emoción. Por ello, quiero agradecerles enormemente todo el apoyo recibido. 💌
Sin más preámbulos, espero que disfruten de esta historia y espero verlos en los próximos capítulos. 💋
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Enamorado del imbécil |BL| ©
RomanceSi aquel día Nick no se hubiese parado cuando vio a Oliver caminar solo, probablemente nada de esto hubiese pasado. Porque Oliver no se hubiera fijado en su sonrisa, y Nick no se hubiera fijado en sus ojos. ¿El popular enamorado del imbécil nerd? Im...