XV

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Desde ese día, Oliver faltó una semana o más, Dan siempre me esquivaba o me ignoraba cuando intentaba preguntarle por qué Oliver no venía, aunque tan solo se lo pregunté un par de veces porque siempre estaba con mi pandilla y no podía acercarme a él.

Le pregunté por mensajes a Oliver por qué no venía, pero nunca me contestó. Ahora siempre salía con Connor y mi panda por ahí todas las tardes y por ello no iba a su casa, fui una vez tan solo, pero estaba todo oscuro, no había nadie, así que me resigné y todas las mañanas me quedaba mirando su taquilla, esperando que apareciera por la puerta y dejara sus libros allí, para después ir a alguna de las aulas y poder besarnos. Cada vez mi preocupación era más extrema, mi teléfono estaba lleno de mensajes y llamadas a Oliver sin contestación.

¿Por qué esto tan repentino cuando estábamos tan bien? Cuando él mismo me había confirmado que me quería y yo... Yo cada vez estaba más confundido. Todas las noches cuando llegaba a mi casa, le mandaba un mensaje, preguntándole por qué no venía, pero siempre era lo mismo; mensajes sin contestar. Y cuando mandaba el mensaje, comenzaba a dar vueltas en la cama durante horas, y de vez en cuando conseguía dormir al menos unas dos horas.

El césped de mi jardín ya estaba vivo y perfecto, cada vez que lo miraba, durante esas dos semanas sin ver a Oliver, me recordaba a él. Hasta hoy, cuando después de dos semanas, el jueves, apareció tras la puerta con una muleta en una mano y la mochila en la otra. Me había resignado después de dos semanas esperando que cruzara esa puerta, y hoy, por fin, vino. Cuando le vi, sentí que algo en mi pecho se oprimía y se movía algo dentro, miré alrededor y Connor estaba hablándome de algo que en ese mismo instante no me importó una mierda. Quería hablar con él, quería que se fueran para poder acercarme a él. Quería abrazarle y que me dijera todo lo que había pasado.

Pero lo único que obtuve fue una fugaz mirada de su parte, tan rápida, que ni siquiera pude observar sus ojos. Enseguida bajó la cabeza y se acercó a nosotros, mi corazón retumbaba con fuerza contra mi pecho y, cuando estuvo cerca, Connor se giró y lo miró. Pude ver que en su mano también tenía un sobre, un sobre que con cuidado le tendió a Connor. No pude ver su cara, pero cuando habló, descubrí que ese Oliver, no era el alegre que tanto me gustaba.

- La tarea... Siento no haber venido y... - le tendió la carpeta, pero él seguía sin mirarme. Sabía que estaba ahí, pero no se giró.

- Piérdete, inválido - y eso lo dijo por la muleta que llevaba. ¿Por qué la llevaría? Oh, no ¿Habría tenido algún accidente? Mierda. Oliver asintió y esperé pacientemente que me mirara, esperé que se diera cuenta de que le había echado de menos aquí dentro y todas las tardes que tuve que pasar con la pandilla y no con él. Pero no, no me miró, ni siquiera lo intentó, y ni siquiera, al menos, cruzó los dedos. Tan solo anduvo un poco cojo hacia su taquilla para meter los libros y después, simplemente, se fue. Miré el reloj, faltaban unos minutos para que las clases empezaran, tenía que hablar con él.

- Oye Connor - le dije, mirando de soslayo a Oliver, que se metió en el aula de química - Me voy, luego hablamos - él asintió y se giró para hablar con los otros de la panda. Yo caminé rápidamente hasta el aula de química, donde solo estaba Oliver, el cual se giró y en cuanto me vio, anduvo unos pasos y me abrazó. Me quedé confundido por un momento, pero también le abracé y cerré la puerta con el pie - Te he estado llamando todos los días y no me has contestado ni una vez - no lo dije en forma de reproche, parecía más un tono preocupado que él entendió.

- Mi... Mi teléfono se cayó por las escaleras y se rompió, lo siento, pero esta tarde me darán otro - al menos no había tenido un accidente, así que suspiré más que aliviado - Tuve gripe y estuve una semana enfermo, y como soy tan torpe además del teléfono, yo también me caí por las escaleras, por eso llevo la muleta - escuché una suave risa que me tranquilizó. Quizá cuando fui a su casa estaba en el médico, sí, seguramente hubiera sido eso.

Enamorado del imbécil |BL| ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora