Capítulo 4

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Ambos caemos al suelo, mis manos aún amarradas amortiguan un poco mi caída, él queda arriba de mí y mi cara choca contra el cemento raspando gran parte de mi mejilla.

-¿¡No escuchaste a mi padre!?, ¿¡Quieres morir!?-grita muy cerca de mi oído.

-Perdón-suplico sollozando.

-¿¡Eres tonta!?, ¡Nunca podrás marcharte!, ¿¡Oíste!?-toma mis hombros hasta levantarme.

Lloro del dolor y le suplico que no me haga daño, pero él ni siquiera me está escuchando.

Una reja se abre y me obliga a entrar, el jardín es exageradamente enorme. Caminamos un buen rato hasta dar con la puerta principal, en ese entonces él ya ha dejado de darme empujones con fuerzas, esta vez solo me agarra del brazo, pero su tacto sigue siendo bruto.

Un hombre nos abre la puerta, pero no dice nada por mi presencia, creo que él ya está al tanto de que esto iba a suceder o seguramente acostumbrado, quizás no soy la primera y acabaré muerta como todas las otras chicas anteriores.

La casa es hermosa, pero trato de no mostrar mi asombro.

-Dormirás conmigo-me saca de mis pensamientos y lo miro incrédula.

-¿Quieres que duerma con un asqueroso y enfermo psicópata?-no mido mis palabras, debo tener más cuidado si se trata de un asesino.

-Mi casa, mis reglas-dice sacando un pequeño cuchillo de su bolsillo y me alejo, pero me sujeta de las manos y corta de la cuerda con suavidad, me mira a los ojos con una mirada distinta a las que me ha dado desde que lo conocí y vuelve a guardar el cuchillo de vuelta a su bolsillo-.No lo entiendes-dice y sonríe-.Vas a dormir conmigo las veces que yo quiera-se sienta en uno de sus sillones, se sirve vino en una copa y la comienza a beber como si yo no me encontrara aquí secuestrada por culpa de él y su padre.

Sigo en el mismo lugar sin poder moverme y trato de sobar mis muñecas porque la cuerda estaba tan apretada que ha dejado marcas en toda la zona.

-Siéntate, estás en tu casa-dice con falsa amabilidad.

Me obligo a mirarlo con odio y rabia, pero por dentro muero de miedo, si me hubiese querido muerta ya lo hubiese hecho...¿Y si quiere maltratarme primero?, ¿Y si quiere destruirme de a poco? Voy a morir aquí y nadie lo sabrá.

-¿Me conoces de algún lugar?-la pregunta sale por sí sola de mis labios.

Pero no me responde y bebe nuevamente de su copa con vino.

-Warren's Wine-saborea el líquido luego de decir aquello-.¿Quieres una copa?

-Tú y tu padre son las peores personas que he podido conocer, no me imagino cómo puede ser tu madre, de hecho, sí, debe ser una triste perra sin vida.

Su cara cambia en tan solo un segundo, se levanta para romper la copa contra la mesa de centro y acercarse a mí. Me alejo lo más rápido posible de él hacia atrás, pero choco con uno de sus muebles.

-No vuelvas a mencionar a mi madre...nunca más-está tan cerca de mi cara que puedo sentir su aliento a menta y a vino. Acerca la copa quebrada a mi cadera y presiona un poco en esa zona, pero no me hace daño.

Trago saliva.

Tira la copa quebrada hacia el suelo, me agarra del brazo y me dirige hacia las escaleras, subimos con calma, pero su agarre es muy firme y temo que deje otra marca en mi piel.

Saca las llaves de su bolsillo cuando quedamos al frente de una puerta y la abre con una facilidad impresionante.

-Aquí dormiremos-me obliga a entrar a empujones.

-¿De verdad crees que podré dormir después de todo lo que me hiciste?-enarco mis cejas.

-¿De verdad crees que me importa?

Golpean la puerta estando abierta y una mujer entra después de que él le haya dado la orden de que podía hacerlo.

-Señor, la ropa de la señorita está lista, ¿Dónde la dejo?

La miro con asco. ¿Cómo puede trabajar para él?

No quiero llorar, no quiero mostrarme débil, pero una lágrima traicionera cae con lentitud. ¿Esto será permanente? Quiero mi vida de vuelta.

-Déjalo por ahí, Lucy, luego la ordeno yo-él le responde.

-Sí, señor, también vine a avisarle que la comida ya está casi lista-sin más que decir se va.

-Bajemos a comer, no has comido nada desde que llegaste-se acerca a mí, pero no lo miro.

-No tengo hambre-digo dándole calor a mis brazos con mis manos-.Quiero irme a casa, es todo-mi voz sale temblorosa y con súplica, pero él se niega ante mi petición saliendo de la habitación.

Salgo detrás de él después de meditar algunas cosas y bajo las escaleras con rapidez.

Doy unos cuantos pasos al llegar hacia abajo y la sorpresa con la incertidumbre nacen dentro de mí cuando choco con el hombro de una cabellera rubia.

-¿Darío?, pero ¿Qué haces aquí?...¿Ellos también te hicieron esto?-digo con los ojos bien abiertos sin poder creerlo-.¡Tenemos que salir de aquí!

-Elizabeth-me mira con tristeza, ¿Por qué me mira de esa forma?-.Yo...

-Tenemos que escapar-lo interrumpo. ¿Por qué no hace nada?

-Veo que se volvieron a encontrar-el secuestrador habla interrumpiéndome y apareciendo a un lado de Darío.

Observo con incredulidad a Darío quien tiene sus ojos cerrados como si no quisiera encararme.

-Este es Darío, mi hermano, sin él no habríamos logrado nada, te ha estado observando por mucho tiempo, cada movimiento, cada paso que has dado-toca los hombros de Darío y los aprieta-.Bien hecho-le susurra.

Por un momento llegué a pensar que Darío también estaría aquí por secuestro, pero no es nada más que otro enfermo desquiciado, solo me utilizó, fui su carnada todo este tiempo.

Salgo corriendo sin pensarlo abriendo todas las puertas a mi paso, logro dar con la puerta principal y sé de antemano que no será nada fácil escapar, pero nadie me está persiguiendo, esto es algo completamente extraño.

Sigo corriendo y llego al jardín, es grande, pero logro ver la reja que lo separa de la calle y sonrío porque cada vez estoy más cerca, cada vez más cerca de ir a casa.

Agarro la reja y una corriente inmensa llena todo mi cuerpo, instantáneamente la suelto y caigo al suelo sentada, todo mi cuerpo duele y maldigo sobando mis brazos.

-Debes ser más inteligente-se trata de él, del secuestrador, él camina lentamente a mis espaldas.

-No te me acerques-me paro con dificultad poniendo ambas manos delante de mí para hacer que se detenga.

-Hay algo que me he obligado a hacer desde pequeño-habla mientras sigue caminando a pasos lentos-.Y es que siempre debes idear las cosas con inteligencia antes de ejecutarlas-levanta ambas manos al aire como si yo estuviera apuntándolo con un arma imaginaria.

-Todos ustedes están desquiciados.

Pero él ya está a dos pasos cerca de mí, me toma para cargarme en uno de sus hombros y me dirige nuevamente hacia la misma habitación de hace un rato.

A través del tiempo: El experimento [1] BILOGÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora