»FLORES«

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Narrador

Miguel tocó la ventana, nadie salió. Lo pensó mucho pero entró por ahí y la buscó en la casa, no estaba. Seguramente en el estudio. Salió del departamento y escuchó la música que venía de enfrente. Abrió la puerta y tragó saliva.

Herby estaba ahí sentada en el suelo, manchada de pintura y en ropa interior. Traía un camisón corto de seda, no traía sostén y se notaba. Él miró hacia arriba al techo y se aclaró la garganta.

Ella volteó y lo vió, enseguida apagó la música.

-Cielos, Miguel ¿Qué haces aquí tan temprano?- Preguntó la chica poniendo todo en un escritorio.
-En realidad son seis cincuenta, llegué solo cinco minutos antes- Contestó y ella abrió mucho los ojos.
-¿De verdad? ¡Mierda! Lo siento, en serio, me cambio rápido, pediré la comida, el tiempo se va volando cuando... Ah, en verdad perdón- Decía ella saliendo de la habitación y entrando a su departamento- Siéntate en el sillón, enseguida vengo.

Tomó el teléfono en la pared y marcó el número mientras se recargaba. Miguel la miraba, no sabía si se daba cuenta de que estaba en ropa interior. Evitaba mirarla, no quería incomodarla, pero lo que más le llamaba la atención era su rostro, rodeado de rizos salvajes, con manchas de pintura en la nariz, frente y mejilla derecha. Ella pedía la comida y él solo la veía como si fuera la primera vez... Y esas piernas...

Herby

Colgué el teléfono y suspiré. Noté que Miguel tenía unas lindas flores en la mano... También que me veía las piernas, no me molestaba que él lo hiciera, tampoco que me viera en ropa interior, consideraba que el cuerpo era importante y que debíamos verlo como algo sagrado, algo puro y sin tenerle vergüenza. La piel era perfecta como fuera. Los medios se encargaron de sexualizar el cuerpo y de despojarlo de esa belleza pura que tenía. El cuerpo humano ahora era algo para exhibir, algo para vender.

-¿Son para mí?- Pregunté caminando a su lado.
-Si- Contestó y vió que yo lo veía atentamente, se puso nervioso- No sabía si debía traer flores en la primera cita o si...
-¿Es una cita?- Pregunté sonriendo ampliamente.
-¿Qué? No, no, bueno...- Dijo y borré mi sonrisa- Es decir... Si ¿Es una cita?
-¿Quieres que sea una cita?- Contesté acercando mi rostro al suyo- Yo si- Le dí un beso en la mejilla y me alejé- Me voy a cambiar... O más bien... Me voy a poner ropa... Oh espera, gracias- Tomé las flores y fuí corriendo a ponerlas en agua.

No escuché si contestó, fuí a mi habitación. La verdad no me quería poner ropa, estaba más cómoda así y... Si él quería... Me la podía quitar más rápido... ¡No! Cielos, Herby, no te controlas cuando lo ves. Bueno es que hacía también algo de tiempo que no hacía esas cosas. Tampoco era una persona cerrada a eso, pero no me importaba mucho el placer sexual. En mi vida eran muy pocos los chicos con los que hice eso... Mmm si, Harry Osborn, Hobie Brown y... Pues Kaine... Otros dos chicos pero no vale la pena mencionarlos. Kaine hacía años, años, creo que el año siguiente a cuando lo conocí, Hobie era el más reciente, un año antes y... Harry, en medio de ambos.

Narrador

Miguel solo veía toda la casa, no tenía más que hacer. Era linda, muchas plantas, pocos muebles, algunas fotos, en la mesa solo una silla. Y Herby volvió. Tenía un short negro, unas calcetas blancas, sus vans, una sudadera negra. Sacó unas cosas y empezó a acomodar todo en el suelo.

-Espero que no te importe, pero cenaremos en el suelo, solo tengo una silla- Dijo ella poniendo algunas alfombras muy bonitas en el suelo, luego unas velas aromáticas coloridas, cojines, platos, vasos- ¿Té de menta? ¿Frambuesa? ¿Mora? ¡Ya se! ¡Lo revuelvo todo!

Miguel solo la miraba, parecía que hablaba más con ella misma que con él. Luego tocaron la puerta.

-¿Puedes ir? Porfis- Dijo Herby en la cocina.

SILK HEART - MIGUEL O'HARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora