»TU Y YO, YO Y TU«

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Herby

Habíamos estado un rato besándonos y hablando también. No sé cómo pero él estaba recostado sobre mí, yo abrazándolo por el cuello. El sillón era espacioso y estábamos muy cómodos.

–Jess mencionó que algunos de los Spiders pensaron en meterte a los premios del mejor Spider-Man y la mejor Spider-Woman del mes– Dijo Miguel de la nada y me reí– Les dije que te parecería ridículo.
–Y si ¿Lo siguen haciendo? También me parece estúpido, es como el empleado del mes, aunque es preocupante, si ya pensaron en incluirme algo estoy haciendo mal, debo estar entrando en el arquetipo de Spider-Man– Expliqué viéndolo y me miraba con calma– No planeo parecerme a ellos más de lo que es necesario, mi objetivo es ser lo más contracultural posible.
–Lo sé, eres demasiado inteligente como para mantener el status quo de un Spider-Man o para dejar que esa necesidad de pertenencia te absorba de más... Solo que... Me alegra que todos estén viendo lo especial que realmente eres– Explicó y sonreí, él creía que yo era especial, si lo era, obvio– Espero que se den cuenta de lo muy que aportas al multiverso.
–Ah... Miguel O'Hara... Es lo mismo que yo pienso de ti– Dije en voz baja y con una sonrisa torpe– De verdad espero que en todos los universos en los que nos encontramos, podamos ser felices.

Sonrió con tristeza y miró a otro lado, luego a mí.

–Ay tanto que tengo que decirte– Dijo y negué, acaricié su rostro.
–No ahora, solo... Abrázame un rato– Contesté jalándolo con fuerza a mí.

Acariciaba su rostro, sus pómulos marcados, su linda nariz, su mandíbula... Y él pasaba su mano por mi pierna, su mano la abarcaba casi toda y eso que mis piernas eran gruesas gracias al ejercicio de ser una Spider-Woman. Mi otra mano acariciaba su otro brazo, con enormes músculos.

Lo besé y me apretó la pierna, pasé mis dedos entre su cabello y le dí un suave tirón. Me mordió en labio inferior y suspiré... Entre el beso suavemente me metió la lengua a la boca y enredé mis piernas en su cintura. Estaba sobre mí, me acorralaba contra el suelo, pero él se recargaba en su otro brazo para dejarme caer todo su peso.

Su lengua jugaba con la mía y sus colmillos de vez en cuando me mordían... Después dejó un beso en mi mejilla, luego uno en mi mandíbula subre las marcas que él me hizo hace años... Y fue dejando besos hasta mi cuello. Eché la cabeza hacia atrás, dándole acceso y siguió besando mi cuello. Su mano derecha apretaba mi pierna y la acariciaba suave... Después un poco más rápido. Jadee un poco y en un solo moviendo nos dió la vuelta. Quedé sentada sobre él y empecé a besarlo con fuerza, solo deteniéndome en el momento en que le saqué la sudadera por la cabeza, después la playera... Y me quedé sin aliento al ver la perfección de su torso desnudo.

Pasé mis manos lento por cada centímetro de piel, cada músculo... Clavículas, pectorales, los dorsales, los intercostales, los abdominales... Señor... La V abdominal donde se juntaban los oblicuos y los abdominales inferiores... Si hubiera tenido a Miguel en mis clases de anatomía todos hubiera sido más sencillo... Pero me detuve un momento al ver las marcas de mis garras en su brazo derecho... Sobre el bicep braquial.

–Miguel...– Dije pasando los fideos sobre esos pequeños rasguños.
–Si, ambos tenemos marcas de ese día– Contestó con las mejillas rosadas– Llevó algo de ti conmigo.

Sonreí y volví a besarlo, rápido. Apretaba sus músculos tan duros y... Ya no eran lo único así... Él llevó sus manos al borde de mi sudadera y la sacó al igual que mi playera. Mis manos no eran nada a comparación con sus brazotes...

–Miguel... Eres enorme– Jadee entre una risa.
–No te preocupes... Vamos a encajar bien, te lo prometo– Susurró, pude oírlo casi ronronear esas palabras contra mi oído.

Y lo jalé, le dí vuelta de nuevo y ahora estaba sobre mí otra vez. Mientras me besaba me saqué rápido los tenis y el pantalón. Cada centímetro de piel que él tocaba empezaba a arder. Acarició mi muslo desnudo y luego de darle un apretón llevó los dedos a la tela de las bragas y las jaló hacia abajo.

Empezó a besar mi cuello y a dejar pequeñas mordidas con los filosos dientes... Muy suave para no hacerme daño... Arquee la espalda cuando sus dedos empezaron a acariciar mi parte baja. Mis brazos estaban al rededor de su cuello y lo atraía a mí. Me besaba la mandíbula y luego volvió a mis labios... Solté un suspiro cuando metió dos dedos dentro de mí...

Sus dedos se movían primero con suavidad, luego con más rapidez, casi sincronizado con el ritmo de mis jadeos. Mis gemidos morían en los labios de él, mi boca era prisionera de la suya y todo mi cuerpo solo quería que el de él lo reclamara como suyo. Un dedo más y tuve que chillar de placer.

–Mm... Miguel... Mm-Mi-Guel– Chillaba entre sus labios, quería más, solo quería sentirlo más cerca.
–¿Qué quieres... Corazón?– Preguntó y sentí que terminaría en cualquier momento.

El reloj de Miguel empezó a sonar y yo me quejé, era la alarma de emergencia, solo deseaba que Lyla no apareciera en ningún momento.

–No otra vez– Dijo Miguel algo molesto– Ah... Ya me vale verga si el multiverso se colapsa.

No se detuvo, incluso lo hizo mucho mejor, ni siquiera sabía que era posible que tocara lugares tan sensibles. La alarma ni siquiera me importaba. Solo arqueaba la espalda mientras me besaba el cuello, jalaba su cabello y... Luego solo terminé... Daba gracias al universo por los multi orgasmos que permitían seguir y seguir por horas. Pero la alarma de emergencia no se detenía.

–Ooo que la ¿Ahora qué? ¿Por qué en este momento?– Preguntó Miguel, se lamió los dedos y suspiró.

Tragué saliva y mis ojos estaban muy abiertos mirándolo. Perlitas de sudor recorrían sus brazos. Mi reloj empezó a sonar también. Ambos nos miramos y levanté una ceja.

–No es posible– Bufé y empecé a ponerme la ropa de nuevo.

Ya con la suficiente ropa apretamos el botón de la alarma. Era Jess.

–Chicos ¿En dónde están? Tenemos un problema– Dijo ella en el holograma– Lyla solo dijo que estaban juntos en algún lugar, necesitamos que el equipo venga.
–Si, en seguida vamos para allá– Dijo Miguel con su expresión de siempre la que era la de enojo con aburrimiento.

Jess desapareció y Miguel y yo nos miramos con molestia. Bufé pero al ver su linda cara me puse feliz de nuevo y salté sobre él para abrazarlo. Se rió por mí enredada en él, con las piernas al rededor de su aprecho y espalda, mis brazos al rededor de su cabeza. Y empecé a dejarle besos por toda la cara.

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👁️👄👁️ Hola

No sirvo para escribir cosas así, perdón.

Procederé a correr al lado contrario y esconderme debajo de una piedra.

Oigan no sé por qué pero pienso que Miguel si sería super celosote, pero no de celoso malo, si no celoso divertido. Suave para el setzo las primeras veces pero lo que siempre quiere es ser bien rudo. Oh y como que le gusta hacerte chistes sexuales al oído, pero no que alguien más los haga refiriéndose a ti. ¿Si o no?

SILK HEART - MIGUEL O'HARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora