»EMBOSCADA, EMBOSCADA«

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Herby

El día anterior fue muy extraño con todo eso de la mamá de Miguel.

Cuando salió de la habitación parecía molesto y solo nos fuimos, yo no sabía lo que pasaba pero Gabriel dijo que todo estaría bien y que nos veía en la semana para comer o pasar el rato. Miguel después me dijo que su madre no quería ir a la boda, no me dijo por qué pero yo sabía que era mi culpa... Le pregunté, negó todo y dijo que para él todo eso que le dije a su mamá había sido genial.

Esta mañana fuí al médico y todo bien con el Spider-Feto, apenas iban a ser dos meses y todo cool. Después de eso recibí un correo del director de la universidad en la que daba clases, estaba de acuerdo en que regresara después de los meses que había pedido de descanso... Claro, volvería un tiempo y luego me iría de descanso por maternidad.

Decidí pasar a ver a Miguel después del médico, le llevaba una cajita de empanadas.

Entré a la oficina y ahí estaba él, en la plataforma flotante revisando cosas.

–Buenas tardes corazón– Saludé emocionada y él volteó rápido.

Subí con una telaraña y me abrazó, tuve que hacer malabares para que la caja no se me cayera.

–Perdón por no acompañarte, es que Lyla detectó un fallo en la sala de retención de anomalías y es una locura, no encuentro exactamente lo que ocurre– Explicaba con calma, aún abrazándome con fuerza– ¿Cómo te fue? ¿Como está nuestro Spider-Feto?

Me reí y luego me alejé un poco, le extendí las empanadas.

–Está perfecto– Contesté abriendo la caja y dándoselas.
–Eres increíble– Suspiró mordiendo una de las empanadas– Me moría de hambre.
–¿Y no has comido? Ay Miguel, unas empanadas no son comida, te voy a traer algo de comer– Dije negando con la cabeza.
–No hace falta, Gabriel nos invitó a comer a las tres, solo faltan dos horas, alcanzo a revisar el contrato con la señora esta que va a planear la boda, tenemos dos meses, nos casamos en dos meses– Decía rápido y dando mordidas a su empanada, luego me miró detenidamente– Ese labial es nuevo ¿Es otro tono? Se te ve muy... Muy bien.

Me reí y asentí, ya tenía este labial pero no lo usaba, era rojo, un rojo muy rojo, satinado. Me le quedé viendo mientras comía como si no hubiera probado alimento en días, se veía adorable.

Pobrecito, tenía tanto trabajo sin mí aquí, no tanto como antes pero si era difícil, además de que se ofreció a ayudarme con todo lo de la boda, obvio me ayudaba desde antes, era trabajo de ambos, pero ahora hacia la mayor parte de todo para que yo pudiera relajarme y concentrarme en las clases que comenzaría a dar. Era un gran compañero.

–¿Haz pensado en dónde quieres que sea la luna de miel?– Pregunté mientras terminaba sus empanadas.
–Sinceramente no me importa, contigo vivo en una constante luna de miel– Contestó sin interés y sonreí mucho.
–Lo sé, lo sé, contigo también me siento así, todos los días, es increíble– Suspiré taaaaan enamorada, ladeando la cabeza, veía sus bellos ojos rojos y brillantes– Eres mi mejor amigo.

Me miró y dejó la caja por ahí, lo abracé fuerte, me besó la mejilla.

–Y tú la mía, no puedo creer que pasé años lejos de ti, ahora no me imagino sin ti– Contestó pensando con calma– Bueno, no como si no pudiera hacer algo sin ti, si no que... Eres tan especial para mí que incluirte en mis cosas es muy natural.
–Lo entiendo– Dije acariciando su rostro, viendo hacia arriba, apenas lo alcanzaba y estaba inclinado hacia abajo– Te amo, Miguel O'Hara... Mira que ojos tan preciosos.
–Y yo a ti Olivia Morgan– Dijo entre una risa nerviosa, ladeando la cabeza con vergüenza.

SILK HEART - MIGUEL O'HARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora