»TACOS, CABRAS Y ANILLOS«

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Herby

La luz de una lámpara me despertó, instantáneamente llevé una mano a mi rostro para cubrirme.

–Quieta ahí, están arrestados– Dijo uno de los cuatro policías que nos rodeaban.

Tragué saliva, miré a un lado, Miguel abría los ojos lentamente y levantaba las manos, volteé a la banca, Kaine ya no estaba.

Todo después de eso eran solo partes de recuerdos. Miguel y yo medio dormidos en la parte trasera de la camioneta de policías, dos oficiales que nos vigilaban, luego Miguel y yo dando nuestras huellas... Ahí él vomitó sobre su camiseta y sobre los policías... Me reí, se enojaron conmigo, le dieron una camiseta nueva a Miguel... Una del PRI que estaba en las cosas olvidadas, luego nos tomaron las fotos y la siguiente imagen era de nosotros encerrados en una celda junto a varios weyes con caras de tontos... ¡Ah, no! ¡Mis amigos, eran mis amigos! Hobie, Miles, Gwen, Margo, Ben y Peter.

–¿En donde está Kaine?– Preguntó Miguel recargándose en la reja.
–Nooo, pa que lo atrapen está canijo– Dije recargada en la pared.
–¡Oigan! ¡Oigan! ¡¿Y mi llamada que?! Quiero hacer mi llamada– Decía Miguel con la cabeza entre los barrotes– ¡¿Tiene un teléfono interdimensional?!
–Este está muy drogado, ya dice locuras– Decía un policía afuera.
–Oye, oye, oye, si estoy drogado, pero lo que digo es real– Dijo Miguel y suspiré.

Me dejé caer contra la pared, me recargué en el brazo de Hobie y me abrazó, ahí me volví a quedar dormida.

Narrador

Toda la noche Miguel estuvo ignorando a Lyla cuando le decía que los niveles de alcohol en su sangre ya eran muy altos, así que no era de sorprenderse que la chica no se molestara en atender los llamados de Miguel para que lo ayudara y marcara a alguno de los Spiders disponibles. Lyla y Miguel eran muy amigos, por eso la preocupación por el estado de hebriedad de Miguel, pero este solo quería divertirse.

Se rindió después de un rato, además de que no quería que los policías supieran de ese reloj o se lo podrían quitar, en tal caso él empezaría a pixelearse y no sería cool.

Por la mañana...

Las puertas de la celda se abrieron, nadie se movió, absolutamente todos estaban dormidos formando una bolita de abrazos... Hasta que el policía golpeó las llaves contra la reja. Los chicos se quejaban, el dolor de cabeza, la luz en los ojos, el cuerpo adolorido, la sed...

–Llegaron por ustedes, pueden irse– Dijo el oficial con aburrimiento.

Levantaron las cabezas, vieron la celda abierta y solo volvieron a dormir.

–Los quiero a todos fuera de la estación en cinco minutos o voy a enviarlos a los backrooms– Dijo Jess parada afuera, con los brazos cruzados.

No lo dijo dos veces, todos se levantaron. Daban la impresión de pertenecer a una película de zombies. Ni siquiera escuchaban la diatriba que Jess, muy enojada, les daba. Caminaron por un largo rato hasta llegar a la casa.

Herby

Me dolía tanto la cabeza que sentía que iba a estallar, los ojos me quemaban por la luz del sol, el cuerpo me dolía como si estuviera enferma. Entramos al jardín, todo estaba hecho mierda. Había un caballo comiéndose lo que quedaba del pastel, Noir dormido sobre la mesa...

–¿Qué pasó aquí? Les pedí que se portaran bien– Dijo Jess viendo a su alrededor.
–Ni que fuéramos Didi Food para andar aceptado pedidos– Contestó Ben medio dormido.

Miguelito Mussolini Parker O'Hara estaba en el techo inclinado de la casa, masticaba lo que parecía el cabello castaño de Kaine que dormía al borde de las tejas.

SILK HEART - MIGUEL O'HARA Donde viven las historias. Descúbrelo ahora