SILK HEART - MIGUEL O'HARA

»JAPI BIRDEI«

Herby

Terminamos de comer y nos quedamos ahí en la mesa, eran como las dos de la tarde y varios estaban bebiendo como si fueran las 8, entre ellos Miguel, Kaine, Hobie y yo mera.

Kaine enfrente de mí me veía como pensando quien era yo.

–¿Qué me ves?– Pregunté frunciendo el seño, él hizo el mismo gesto.
–Que pareces pendeja– Contestó y lo señalé con el dedo índice.
–¿Apoco sí muy salsas?– Pregunté tomando una botella vacía.
–Párate, wey– Dijo con media sonrisa de diversión.
–Chicos, ya cálmense, hay niños presentes– Dijo Margo y señaló a May a quien Peter le tapaba los oídos– Hoy vamos a disfrutar.
–Key, vamos a hacer un trato, no hay que pelear hoy– Dije estirando el brazo y asintió– Somos super amigos y... Sabemos quién ganaría.
–Está bien– Contestó y me tomó la mano– Para que quede claro, sabes que yo ganaría ¿No?
–Claro– Mentí con media sonrisa.

Todos nos miramos unos a otros. Margo estaba alegre, Miles me veía y luego a Kaine, Hobie me veía y luego a Pav que parecía confundido, Gwen tenía una ceja levantada y la boca entre abierta, Jess estaba seria, Peter veía a su hija, ella parecía tener sueño, Ben veía a Kaine, Miguel veía el cielo, Noir veía un vaso.

–Aaaaaaaaay vamos a bailar– Dije poniendo las manos sobre la mesa– Miguel, sácame a bailar.
–No... Yo creo que no– Susurró viendo a un grupo de globos que flotaban por ahí– Sigo demasiado sobrio.
–¡Oh de menos pongan algo! ¡Esto parece funeral!– Me quejé y tomé el teléfono de Parker– Vamos a poner... Playlist de perreo bien asqueroso.
–¡No!– Gritó Peter y me quitó el teléfono– Mejor esto ¡Hobie! ¡Ve por eso que te encargué!

Y empezaron las mañanitas... De... Wtf ¿Cepillín? No era malo pero... Todos empezaron a cantar, se notaba que no se la sabían, claro, no era de su dimensión, no era en su idioma, no era de su cultura... Pero parecía que habían intentado aprenderla... Sentí un nudo en la garganta, mi padre y mi madre la cantaban en mis cumpleaños cuando era niña y eso... Solo lo sabían Hobie, Kaine y Miguel. No sabía que hacer, si de por sí nadie sabe que cara poner cuando le cantan las mañanitas... Menos ahora.

–¡Estas son las mañanitas! ¡Sí, para ti; sí, claro, para ti! Es que hoy cumples años, ¿cuántos? ¿Uno o dos? a lo mejor son tres o cuatro, a lo mejor son cinco o seis o siete, machete... Ocho, Pinocho– Repetían algunos y yo estaba muy nerviosa– Nueve, diez, jajajaja, ¿o veinte? ¿Treinta? ¿Cuarenta? ¿Cincuenta, sesenta? ¿Setenta, ochenta, noventa o cien? ¡No importa! No importa los años que cumplas ¡Felicidades!

Hobie llegó con un pastel enorme y colorido, lo puso sobre la mesa y puso el cuchillo a un lado.

–Feliz cumpleaños a la mejor Spider-Woman que ha pisado el multiverso– Dijo Hobie y me abrazó con fuerza.

Todo el esfuerzo por no llorar se fue a la basura en ese momento. Lágrimas salían de mis ojos y no lo podía parar. Miguel me abrazó también, sin que Hobie me soltara, luego Peter, todos se unían al abrazo.

–¡Esto no ayuda si quieren que deje de llorar!– Grité desde adentro, sentía muy bonito.

Y me soltaron suavemente. El pastel tenía una parte de cada uno de mis amigos, todos nosotros dibujados en él... Era perfecto... Además de las velitas en forma de gallinas, no tenían que ver en nada con el pastel pero eran adorables.

–¡El que no cante no come pastel!– Gritó Jess y me reí secando las lágrimas– ¡Qué linda está la mañana en que vengo a saludarte, venimos todos con gusto y placer a felicitarte! ¡El día en que tú naciste, nacieron todas las flores y en la pila del bautismo cantaron los ruiseñores!

Todos gritaban, de vez en cuando no se entendía nada de lo que decían pero me daba risa. Luego todos me veían cuando la canción se terminó.

–¡¿Vas a soplar, anciana?!– Preguntó Ben y me reí viéndolo.
–Clones, les pones tantita atención y ya se creen parte de la sociedad– Suspiré rodando los ojos, él se rió.
–Pide un deseo– Dijo Miguel con seriedad y sonreí.