capítulo 20

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Brooke parpadeaba lentamente al sentir que todo a su alrededor le ardía cada vez más y al abrir del todo sus ojos, contempló donde estaba y rápidamente se levantó del suelo viendo como las llamas casi la alcanzan.
Daba pasos hacia atrás intentando no caer hacia el vacío cuando notó en su espalda el tope que le frenaba.
Se veía chocando contra una pared de rocas que le ardían, vió el hueco que llevaba hacia un pasadizo y decidió adentrarse para salir de la altura y sentirse algo más segura.

Solo observaba la oscuridad al adentrarse en esa especie de cueva que no terminaba nunca, sus ojos se iban adaptando muy lentamente y el pitido en sus oídos, había cesado, algo que le llamó profundamente la atención.
¿ Estando en el infierno, el dolor de la realidad ya no estaba ?

Siguió caminando hasta que por fin, veía la luz de unas llamas que parecían hacer un pasillo con ellas, las seguía despacio y con calma, aunque notaba el temblor en sus piernas por no saber lo que se iba a encontrar.
Detuvo el paso al sentirlo en su cuello, miró y allí estaba ese colgante con el que Elisa había hecho el conjuro.
Lo veía brillar y lo inspeccionó, parecía como un mapa, o más bien, una brújula que iba a guiarla.
Comprendió ahora para que le iba a servir exactamente, la iba a guiar hasta Abby.
Con más fuerza en su mente, comenzaba a caminar con paso más firme, aunque el miedo estaba presente, en estos momentos, le producía más fuerza ese temor, le provocaba más valentía dentro de ella.

Avanzando con paso acelerado, iba observando a su alrededor, todo parecía estar demasiado tranquilo, veía las celdas en donde se iban asomando rostros de almas que temblaban sin parar, eso le hizo estar durante todo el camino con escalofríos recorrerle por todo su cuerpo.

Se detenía al instante ahora al ver una estancia más grande, parecía una especie de gran salón en donde pudo ver a demonios que no parecían ser íncubos.
Estos eran otros, estaba claro que el diablo no iba a dejarla cerca del territorio de ellos.
Los contempló con curiosidad, escuchaba su conversación y aunque no llegaba a entenderlos del todo bien ya que usaban un idioma muy antiguo, tenía cierta semblanza al latín.
Solo pudo llegar a entender algunas palabras y si las juntaba todas, formaban una frase de lo más escalofriante.
Parecía que estaban hablando de nuevas torturas pero también de ella, la estaban buscando.

Eso la hizo retroceder lentamente para no hacer ruido y al darse media vuelta, se quedó paralizada al verlo.
Lo tenía pegado a ella, mirándola detenidamente.

Sus ojos eran de un rojo muchísimo más intenso que el resto, se podía contemplar el fuego en ellos, sus pómulos estaban bien marcados, sus labios, eran finos pero con esa sonrisa dibujada abiertamente que conseguía paralizar a cualquiera que lo tuviera presente.
Sus cabellos eran muy oscuros, algo ondulados, su cuerpo era delgado pero fibrado, contempló sus alas, eran de un tono sangre muy potente, casi negro, pero con el brillo de esas plumas que alborotaban a su alrededor, se podía apreciar ese tono rojizo.

Tragó saliva despacio, no iba a salir bien parada e iba a retrasar su búsqueda hacia Abby, estaba claro que tendría que hacer lo que él quisiera para poder encontrarla a ella y al hijo de Elisa y sacarlos de allí.

El diablo ladeaba su cabeza como de costumbre, curioso, mirándola y repasandola de arriba a abajo sin detenerse, poniéndola cada vez más temblorosa y aterrada, decidió hablarle.

— Te estaba buscando, no sabía donde te había dejado.

Le habló en inglés y ella parpadeaba confusa por ello. — Parecía un abismo.
— Consiguió responder.

Sonrió brevemente sin dejar de mirarla — Si, eso me pareció. — Le cogía de la mano y le hizo dar una vuelta sobre sus talones despacio. — ¿ Has pensado en convertirte en algo más que una simple mestiza Brooke?

ÍNCUBO 2 : La venganza de Brooke ( TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora