009.

121 11 1
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Choi Yuna

Sin querer seguir ahí, decidí dar media vuelta para salir del mostrador. Llegué a la cocina, aprovechando a revisar que Lia dejase los fogones apagados. Todo estaba reluciente, y en orden, menos una sartén que seguía en la estufa, con aceite. Supuse que estaría fría, pero no era así, estaba excesivamente caliente.

Al haberlo tocado, y por inercia, le di un golpe a la sartén, haciendo caer el aceite en el suelo. Maldije. Moví mi mano, viendo lo rápido en que se me puso rojo justo la parte baja de la palma. Quería llorar, en verdad me había dolido, me había quemado, al menos el aceite no me cayó encima.

—¿Yuna?

Alcé mi vista, viendo a Namjoon entrar y al ver aquel desastre corrió hacia mí. Mi labio temblaba por el dolor que sentía, que apenas fui capaz de procesar en el momento en que me alejó del caos.

Sin preguntarme, sus manos tomaron mi cuerpo y me subió en la encimera.

—No hace falta —Su entrecejo se frunció, viendo la palma de mi mano— Abre la puerta que está ahí, encontrarás un botiquín.

Mencioné. No tenía absolutamente algún pensamiento, solo el sentimiento de querer llorar por qué me ardía la mano. Seguí en cabizbaja, viendo mis piernas en el aire y mi mano sobre mis muslos, hasta que este apareció.

Apenas cruzamos alguna palabra, ya que se dedicó a poner un poco de pomada en mi mano, especial para esto –mi padre la tenía por si acaso–, soplaba con cuidado y luego trató de ponerme una leve venda. Si lo veo bien, no fue para tanto, y al menos fue en la izquierda.

No voy a negar que ver como lo hacía con delicadeza, me hizo perderme.

Guardó todas las cosas en el mismo lugar de donde las encontró y volvió a mí, deteniéndome ya que quería bajarme.

—Espera un momento —Sus brazos se apoyaron a cada lado de mi cuerpo, acorralándome. Este hombre hacía que cayera literal en sus brazos. —Ahora, que al menos pude curarte, no te dejaré ir hasta que me digas donde será esa fiesta a la que irás.

Tan cerca, olía tan bien. Maldición, que me estaba sucediendo, yo no quería, no quiero sentir esto, pero me atraía con cada cosa que hacía. Tragué saliva, negando mis propios pensamientos. Seguidamente, traté de bajarme, aun estando acorralada, pero simplemente me resbalé, haciendo que Namjoon pusiera sus manos sobre mis muslos, teniéndome encima de la encimera aún, pero más cerca.

Mi respiración iba tan rápido, pero me ahogaba. Sin darme cuenta, su cuerpo estaba entre mis piernas y yo no dejaba de ver sus malditos labios, juntos a sus ojos que lucían tan diferentes ahora, tan gélidos, penetrantes que me hacían sentir débil. Era como si viese al Namjoon del club que me besó.

Tragué saliva con fuerza al ver como sus labios se separaron, viéndose tan deseables que perdería la razón. Quedé tan absorta en el tacto caliente de su mano contra mi piel desnuda que podía estar drogada ahora mismo.

WARM | KIM NAMJOON [Sinful #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora