WARM | KIM NAMJOON [Sinful #2]

023.

Choi Yuna

Pasé la página del libro, tratando de leer lo que decía, pero no podía dejar de pensar en mi padre. Estos días ha seguido internado, los médicos dicen que notan leves cambios, al menos algo bueno. Pero me encantaría que abriera sus ojos, que además de preguntarle la razón de porqué lo dejaron así, no importa nada, solo quisiera que hablaramos un minuto.

Casi no he podido acompañarlo, ya que justo el lunes regresé a las clases de la universidad, así que estaba tratando de ordenar mi tiempo para saber como hacer todas mis tareas, puesto que la semana que viene iniciaría a trabajar en la escuela de artes, otra vez a ver a mis niños, aunque no sé si habrán nuevos.

Me concentré nuevamente en el libro, ya que me había perdido. Hace un par de días, el domingo para ser exactos, miré este libro en una estantería y lo compré sin pensarlo. "Una guía sobre el Arte de Perderse", tengo diversos post-it en las hojas y apuntes sobre frases que me dejaron reflexionando y que en definitiva me encantaron.

"No nos encontramos a nosotros mismos hasta que no estamos perdidos, o en otras palabras, hasta que no perdemos el mundo y podemos reconocer dónde estamos y cuál es la infinita extensión de nuestras relaciones". Solo me hacía pensar en como llegué a sentirme perdida cuándo creí que perdí todo, pero era tan inconsciente e inmadura, porqué aún así, lo tenía todo.

Alcé mi vista, viendo como Namjoon salía de la cocina, con una bandeja de comida en sus manos. Se acercaba a mí sumamente concentrado que me daba ganas de darle besos por toda la cara.

No me puedo creer que él sea mi novio, estoy tan agradecida con él. A penas llevamos días juntos, y me ha apoyado más que nadie, me siento mal por el hecho que justo en nuestro primer día no pude hacer nada por él, todo por el accidente de mi padre. Por eso me gustaba, por que al menos podía entenderlo, por sus palabras consoladoras.

Después de lo que hemos vivido en poco tiempo, ese "me siento mal por haber hecho tal cosa" pesa cada día, al recordar que le sigo mintiendo, por hacerle creer que soy dos personas distintas, por haberlo confundido enormemente.

Quería disfrutar por ahora, solo por ahora. Dejé el libro a un lado del sofá, mientras me centré solo en él.

—Te miré tan concentrada, ¿es interesante?

Hablaba del libro.

—La verdad es que sí.

Dejó las bandejas enfrente de la mesa, todo para acercarse a mí y darme un corto beso en los labios.

—Sería genial que me lo prestaras para leerlo.

—Con gusto lo haría. Te podría dar los apuntes que tengo sobre...

—No, está bien así. Haré mis propias conclusiones y te las daré.

Tantas cosas compartíamos, que los temas de conversación no se acababan nunca. Nos sentamos mejor, y empezamos a comer de lo que había preparado. Quise molestarlo diciendo que a la ensalada le había echado demasiada sal, pero no era capaz porqué su esfuerzo era demasiado. Así que solo guardé silencio mientras este comentaba su gran proceso de cocinar.