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Choi Yuna

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Choi Yuna

Por unos leves segundos volví a recordar los besos que me daba a escondidas detrás del restaurante, esas veces en que tomaba mi mano detrás del mostrador, las noches en las que quedábamos en vela después de acostarnos. Unos momentos de felicidad antes de la tragedia que hizo que todo se desmoronara, que todo se quedara en el pasado, guardando lo más bonito que creía.

Me separé con prisa, separándolo de mí. En verdad no tenía ni un tipo de derecho de hacer esto, no, esto no debía volver a pasar. Me puse de pie, volviendo mis manos en un puño, sintiendo aún sus labios sobre los míos.

Este siguió mi acción, colocándose enfrente de mí. Cuándo sentí que iba a tocar mi mano, lo solté con fuerza.

—Detente —Musité— No quiero que jamás en tu vida vuelvas a besarme.

—Pero lo aceptaste.

—No lo hice, si lo hubiese hecho lo seguiría. No siento nada.

Exclamé sintiéndome un tanto alterada.

—Algo dentro de ti seguirá sintiendo lo mismo que alguna vez, ambos compartimos. Te juro que no hay día que no pueda recordar lo que teníamos, mi corazón aún te pertenece.

—No Rowoon, tú no me perteneces, ni yo a ti tampoco.

Fruncí mis labios, sintiendo como mi corazón latía rápido. Lo dejé ahí, rezando que no me siguiera. Necesitaba llegar a casa y hacer algo, para olvidarme de lo confundida que me sentía, en como la emoción de mi salida con Namjoon se había arruinado por él.






Ya había hecho todas las tareas del hogar. Limpieza de toda la casa, lavar ropa, los platos sucios, arreglar un poco el pequeño jardín, ordenar mi cuarto, la habitación con mis pinturas y trabajos.

Ayer me encontraba distraída, y mi padre parecía conocer esa parte de mí. Me interrogó tanto, que acabé diciéndole que Rowoon me había besado sin mi consentimiento. Se volvió una furia, insultando por primera vez al chico, cuándo parecía siempre adorarlo. Tuve que detenerlo para que no fuese a hacer algo, no valía la pena.

Lo dejaría así. Al menos me dijo que hoy no era necesario que fuese al restaurante, por eso aproveché desde temprano a los quehaceres. Pero, ya no tenía nada más que hacer.

Me quedé en el sofá tirada, viendo la televisión un rato, mientras mantenía controlada la comida. El timbre sonó, así que me levanté para ir a ver quién era.

—Al fin encontré tu casa

¿Son Chaeyoung? Se trataba de mi compañera de clase, con la única que apenas hablaba.

—Hola, ¿ocurre algo?

—Sí, soy un caos de persona. El último día de clases, antes de las vacaciones, debía entregarte un par de libros, se me olvidó. Lo lamento, estuve buscando tu dirección durante todo este tiempo, hasta que una chica de un restaurante cerca me dijo que vivías aquí.

WARM | KIM NAMJOON [Sinful #2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora