Wednesday solo ha pasado unas semanas en Nevermore, pero seguro que se ha ganado una reputación. Conocida por nunca mostrar la más mínima debilidad, la mayoría de los estudiantes le temen. Pero Enid la ve de una manera que ningún otro estudiante lo...
Mi cerebro está empezando a freírse por todas las horas que pasé editando esta historia... Este capítulo fue editado mientras no dormía, así que me disculpo si es un poco complicado, pero pensé que ya era hora. estos dos idiotas finalmente hicieron algo sobre su amor eterno el uno por el otro...
Además, el tío Fester recientemente cambió un riñón por un hacha, ¡y ha comenzado a cavar un buen túnel!
(Consulte el final del capítulo para obtener más notas ).
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Como siempre, la semana siguiente a su quimioterapia pasó en una niebla borrosa y desagradable. Enid se fue y Wednesday la echó de menos, la extrañaba. Se durmió, se despertó, volvió a dormir.
Dos días después de su tercer tratamiento, tomó su inyección de Neulasta por primera vez. El Dr. Sanderson le había dado instrucciones sobre cómo hacerlo en su última reunión, y se sintió lo suficientemente preparada como para no sentirse nerviosa.
Para lo que no estaba preparada era para el horrible dolor en sus huesos que siguió mientras su cuerpo trabajaba más duro para producir glóbulos blancos. La dejó sin ganas de moverse durante un par de días, y estuvo prácticamente pegada a su almohadilla térmica hasta que el dolor disminuyó.
Morticia y Gómez hicieron que Pugsley los ayudara a colocar decoraciones navideñas, con la esperanza de que pudiera distraerla un poco de la realidad en la que se encontraban. Pero no parecía hacer mucho para aligerar la atmósfera en la casa. Era difícil ver pasar el tiempo, cuando todos estaban atrapados en la misma burbuja. Hasta que Wednesday volvió a estar mejor, el tiempo se congeló en su hogar. No podían hacer ningún plan para el futuro, cuando no sabían lo que el futuro les tenía reservado.
Cuando terminó la primera semana y media, en realidad comenzó a sentirse más bien. Este ciclo fue definitivamente mejor que los dos últimos. Su peor problema era que estaba empezando a volverse absolutamente loca por estar encerrada en la casa durante tanto tiempo. Prácticamente los únicos lugares en los que había estado durante meses eran la casa de sus padres y el hospital. Había pensado en salir en múltiples ocasiones, pero si era demasiado pronto después de un tratamiento, apenas podía levantarse de la cama, y si estaba demasiado cerca del siguiente tratamiento, no quería arriesgarse a contraer una infección y tener que posponerla.
Pero una noche, cuando estaba hablando con Enid en una videollamada, surgió una ocasión para salir de la casa que no quería perderse. Estaban en medio de hablar sobre sus planes de fin de semana cuando Enid mencionó algo sobre una ceremonia de premiación el próximo sábado.
—¿Qué tipo de premios? Wednesday la interrumpió, tan aburrida por su propia rutina agotadora que en realidad estaba intrigada por algo tan trivial como una ceremonia de premiación escolar.
