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Todo parecía ir bien con el plan de Tobe y Naru

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Todo parecía ir bien con el plan de Tobe y Naru. Después de poner a Naru al corriente, tuvo que convencerle de no irrumpir en la oficina de Lyari para atacarlo por el riesgo en que podría a Kura con el tiempo. En su lugar, se aseguraron de que él mismo se enterase.

Un día en que a Naru le tocaba hacer la limpieza de esa zona, se metió a la oficina de Lyari durante su almuerzo y empezó a buscar. Encontró varios documentos que hablaban del peligro en la misión a la que envió a Kura con un énfasis que dejaba en claro que lo mandó a los sitios desde los que el templo recibía amenazas por parte de gente que estaba en contra de Lirión y su credo. Se aseguró de dejarlos sobre el escritorio y de que la puerta estuviese abierta.

Un rato más tarde, Tobe le dijo a Kura que creía que lo que Lyari estaba buscando se encontraba sobre su escritorio. Kura fue a traerlo. Estaba sonriendo cuando se marchó.

Naru le dio un codazo cuando regresó con la cabeza baja y sólo le dijo a Lyari que no encontró lo que él pedía.

—Tal vez fuimos dures —murmuró Naru.

Tobe sacudió la cabeza.

Necesitaban que Kura no pusiese en duda que era mala idea apoyar al templo antes de que Asida llegase.

Esta era la mejor manera, aunque la voz de Kura fue mucho más baja durante el resto del día y no habló tanto como solía hacerlo.

Naru le dijo que debían utilizar métodos menos bruscos. Tobe sólo le ignoró.

No le hará mal chocar contra la realidad ahora, se decía. Mucho mejor ahora que cuando lo apuñalen y abandonen en territorio enemigo.

Durante un año entero, su rutina se redujo a participar en las actividades del templo en el puesto de un nom que jamás apareció y tomar nota de los sueños y visiones de los que Kura le hablaba. La mayoría eran vestigios, imágenes borrosas. Parecía que el "futuro" del que venían esos "adelantos" se reajustaba.

Era perfecto. Tobe consiguió un esquema de pasos que debía seguir, Naru ponía distancia entre Kuatoi y su hermano de todas las formas en que podía, incluso si eso significaba sentarse apretade entre ambos en el almuerzo, y Kura ya había entendido que era mejor no confiar en Lyari.

La verdadera prueba era la visita anual de Asida. Como la nami del palacio, era la mujer más influyente de Antiqua y la única persona cuyo estatus se podía comparar con la Junta.

Antiqua estaba conformada por cuatro naciones divididas por el río rojo. Solían ser cuatro reinos separados y Antiqua era el más pequeño, hasta que un antiquense emprendió una campaña militar y se apropió de los territorios circundantes. Tobe jamás recordaba su nombre y no se preocupaba por ese detalle.

En un inicio, el conquistador fue su rey. Después el título cayó sobre su hijo. Luego le tocó a la hija de este.

Sólo cuando la Familia Real tuvo un accidente y todos los miembros se encontraron muertos o se perdieron sus cuerpos, Antiqua se quedó sin reyes. Los cuatro territorios comenzaron una guerra civil para decidir de dónde vendría la siguiente Familia Real.

Besar al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora