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Kura conoció a "la mujer más hermosa del mundo" durante la cena

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Kura conoció a "la mujer más hermosa del mundo" durante la cena. Por lo que Diha les explicó, gran parte de la ciudad cenaba junta dos veces por semana y ese era uno de los días que lo hacían, así que les abrieron un espacio en las mesas que colocaban alrededor del pozo y les ofrecieron de su comida.

La comida baldía no era la gran cosa. Bien condimentada, bien cocida, pero había poco que cazar tan cerca de la frontera con Antiqua y aún menos que pudiese crecer en un suelo de arena cargado de magia. Los vegetales tenían un sabor peculiar algo salado que le daba a entender que debían infundir su energía en ellos.

Lo que sí destacaban eran las bebidas. Kura no se podía explicar cómo preparaban batidos cremosos y frescos y yogurt allí y Naru no paraba de hablar con Diha acerca del proceso de enfriamiento y los artículos que utilizaban para lograr que tuviesen esta temperatura en un desierto. La baldía le pedía que hablase más lento y no podía evitar reírse de la emoción de Naru, pero a elle no le importaba y seguía trabándose con sus propias palabras por las ganas de saber más.

A pesar de sus observaciones, Kura no tenía ninguna queja. Incluso si eran los mismos tres ingredientes presentados con otros condimentos, tenía mejor sabor que la comida del templo y él estaba acostumbrado a comer en silencio.

En una de las mesas centrales, estaba Daura. Utilizaba uno de los bordes de la mesa para acomodarse desde su silla de ruedas y no paraba de sonreír y explicar diferentes conceptos. Tenía la piel negra y el atuendo colorido para la noche mostraba diferentes trenzados de cuerda que parecían ir a juego con las múltiples trenzas de su cabello que le llegaban hasta la cadera.

Más importante: era la única persona que había conocido que hacía reír a Tobe.

Kura hizo un rápido repaso de su estadía en el templo y recordó que lo más cercano a eso que había visto de él era cuando se burlaba, no una risa real, no esa risa.

Tenía una risa muy bonita. El sonido parecía vibrar y hacer que su entorno también vibrase con él. Le cambiaba el rostro por un momento.

Naru le dio un codazo cuando notó que Kura había dejado de comer y estaba en silencio.

—¿Qué pasa? La comida está buena. ¿No quieres? ¿Me la como yo?

Kura meneó la cabeza y siguió comiendo deprisa. El riesgo de que su hermane se comiese su parte era bastante real.

—¿Qué pasa? —Naru pareció más extrañade por esto y volvió a darle un codazo. Miró hacia donde estaban sentades Daura y Tobe y arrugó el entrecejo al volver a fijarse en su hermano—. Pareciera que se conocen desde antes.

Kura abrió la boca para responder que eso no tenía sentido porque Tobe le dijo que creció en las avenidas rojas de Antiqua y ninguna estaba remotamente cerca de las tierras baldías, pero la cerró al darse cuenta de que Tobe sí sabía de ella desde antes de su viaje. Pensó en la forma en que se refería a ella y el tono en que lo hacía y decidió seguir atacando a la comida de su plato como si tuviese la culpa de todo lo que Kura no entendía.

Besar al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora