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Tobe miró de reojo a través de la ventana

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Tobe miró de reojo a través de la ventana.

Ya lo había notado antes.

Era como si estuviese siendo observado.

Estuvo ahí cuando dejó el palacio del conocimiento después de contarle a Daura sobre el futuro que no se creyó. Estuvo ahí cuando le decía a Kura sobre el resto de su equipo para completar sus objetivos.

Estaba aquí ahora, mirándolo sentado junto a la cama donde un Kura herido descansaba.

Naru le había advertido antes de mandarlo a esta época que su poder podía llevarlo de regreso, pero sólo eso. No podía cambiar las cosas por él, Tobe se tendría que ocupar de todo por su cuenta. Más importante que eso: elle no conocía las consecuencias que podían tener sus acciones. Esa era la verdadera razón que tenía para no utilizar su poder.

Esta debía ser la consecuencia que tanto esperaba Tobe.

Escuchó que Kura balbuceaba. Lo hacía justo antes de despertar.

Él inclinó la cabeza a manera de despedida de esa presencia que lo estaba vigilando, cerró las cortinas de cuencas de la ventana, la tapó con sus otras extremidades y se acercó a la cama.

Kura parpadeó varias veces nada más abrir los ojos. Parecía desorientado.

Cuando notó que Tobe se inclinaba sobre su cuerpo, él extendió el brazo y le tocó el rostro con las puntas de los dedos. Sus ojos se enfocaron lentamente.

"¿Otro sueño del futuro?" Tobe arqueó las cejas y dejó que le tocase la cara tanto como quisiera. No estaba seguro de qué intentaba comprobar, sólo parecía estar tanteando su piel.

Kura exhaló y sacudió la cabeza, pero no paró de tocarle el rostro.

—Creo que te vi...rodearme de guardias...

Tobe vio de reojo hacia la ventana sellada. Todavía percibía esa presencia. Esa atención constante puesta sobre él.

Sus extremidades formaron una especie de barrera en torno a ellos, poniéndose unas sobre otras, mientras Tobe lo escuchaba balbucear.

—...pero tenías los ojos de otro color...y la forma en que hablabas también era diferente, ni siquiera me llamabas por mi nombre, usabas un apodo...

Tobe se metió a la cama donde descansaba Kura. Él no lo encontró extraño, siguió hablando con los ojos puestos en el techo ahora. La barrera de Tobe rodeaba la cama cuando él se acomodó junto a Kura, poniendo su cuerpo de lado para verlo mejor.

Kura se percató entonces de lo cerca que estaban y parpadeó otro par de veces.

—Era un sueño tonto —concluyó.

"Yo también he tenido ese sueño" señaló Tobe. "Todos los guardias están vestidos de rojo, ¿verdad?"

Kura asintió.

Besar al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora