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—...y Kuatoi dijo...

"No te quiero cerca de ese tipo"

La habitación de Tobe continuaba siendo tan austera como el día en que se la entregaron, sólo que ahora el espacio se reducía de forma considerable por la presencia de una cama extra.

Asida lo entendió como que Tobe pretendía ser un apoyo en esta "situación irregular", como la llamó ella, y aceptó este tipo de acuerdo. Lyari no tenía opinión frente a la Nami Mayor y Kura ya se había resignado a que si quería estar en ese dormitorio, sería pegado a Tobe.

No podía decir que no estuviese ayudando. Una extremidad invisible le partió el cuello a un nom que quiso hacerle una broma de mal gusto a Kura por ser un chico y otra le cortó las cuerdas vocales mientras dormía a una nami que se burló de él. En ambos casos, todo lo que vieron fueron los ojos rojos de Tobe. Podían reconocerlo, pero la nami, que era la que seguía con vida, no se atrevería a delatarlo.

Kura no aprobaba sus métodos, a pesar de que mostraba mucha más confianza en su uniforme de nom que durante los primeros días. Tobe tampoco le preguntaba si los aprobaba, sólo lo hacía.

Esto era otro tema.

Kura exhaló y dejó a un lado el uniforme que estaba doblando. Parecía cuidar sus nuevos uniformes mucho más que los de nami.

Tobe se encontraba tendido sobre una alfombra que robó de un cargamento de artículos para el cuarto de Lyari y repasaba el cuaderno de apuntes sobre el plan. Tenía todo escrito en la lengua media.

—Kuatoi es bueno —aclaró Kura.

¿Bueno apuñalándote? Sí.

"No me importa"

Kura se demoró un poco más en responder esa vez.

—Creo que me gusta Kuatoi. Como...ya sabes.

"¿Crees que tienes permitido que te guste alguien?"

—¿Disculpa? —La voz de Kura salió más aguda que la que había estado practicando durante esa semana.

Tobe agitó el índice para indicarle que se acercase a él. Kura caminó hacia la alfombra de mala gana.

"Los amantes te distraen. Tú no tienes permitido distraerte así. Toda tu atención es mía"

Kura frunció el ceño.

—¡Pero...!

"Se hace lo que yo digo"

—No me parece justo —replicó Kura, seguido de un ruidito frustrado.

"¿Yo dije que sería justo?"

—Dijiste que me escucharías.

"¿Esto sobrepasa un límite vital para ti?"

Kura abrió la boca y la cerró cuando no tuvo nada para argumentar.

"Lo supuse"

Tobe volvió a tenderse en la alfombra y siguió leyendo.

Besar al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora