No soy nadie relevante como para depositar la convicción que en la mera casualidad leyeras mis palabras. Sin embargo, el hálito de esperanza es el último tesoro que se desvanece... O de esa manera me musita al oído la brisa al acariciarme.
No quiero entrar en detalles ni adornar con ínfulas filosóficas o poéticas, porque definitivamente carezco de estas dos cosas, pero debo confesarte que no puedo faltarte a la verdad, y es en este preciso momento cuando aflora la chispa de lírico que anida en mi ser.
Desde este momento presente, te hago la solemne promesa de que nunca más profanaré la verdad con falsedades. Soy consciente de que mis comportamientos hacia tu persona distaron de ser los más virtuosos, y que en mi totalidad fui un insensato en tu presencia. No pretendo encontrar excusas para justificar mi cobardía, sino que, simplemente, el anhelo de mantener oculto mi proceder resultó en una tarea ardua e inalcanzable para mí.
Te juro por lo más valioso que tengo, que jamás volveré a comportarme de esa manera tan... Infantil.
Jamás, en ninguna circunstancia, mereciste el trato que recibiste de mi parte. Lo digo con toda sinceridad, desde lo más hondo de mi ser. Jamás tuve la intención de causarte sufrimiento, lo afirmo con total seriedad... Desearía hallar alguna forma de reparar el daño que te causé, pero temo que el tiempo haya avanzado demasiado.
Desconoces la complejidad que atravieso al trazar estas líneas destinadas a ti. ¿Una epístola? Sí, quizás me aferro a lo anacrónico, un simple residuo del pasado, aunque solo ligeramente. Si te encuentras inmersa en la lectura de este mensaje, es porque he reunido el coraje necesario para aproximarme y llevar a cabo lo que he estado maquinando durante un prolongado lapso. Sin falsedades, he ensayado una y otra vez todo el soliloquio con el fin de que se desenvuelva a la perfección con la esperanza de que brote de mis labios con una delicadeza suprema, anhelando evitar cualquier atisbo de bochorno ante tu presencia. Sin embargo, reconozco que he sido suficientemente insensato como para admitir que me apena lo sucedido, aunque en realidad, ¿sabes?, no me avergüenzo en absoluto. Siento un orgullo genuino al expresar mis sentimientos, de una forma tan singular, a la persona adecuada. Después de transcurrir un extenso lapso representando el papel de un estólido, he adquirido la lucidez necesaria para comprender que únicamente requería de una presencia que, mediante un gesto sencillo como una sonrisa, desencadenara un encuentro fortuito entre las dos únicas células cerebrales que residen en mi interior, desatando así una suerte de desequilibrio emocional en lo más profundo de mi existencia.
Lo que acontece en mi ser no obedece a las convenciones habituales, carezco de una comprensión plena acerca de la naturaleza de los efectos que generas en mi interior, sin embargo, mi deleite es inmenso.
Ariana, mi dulce criatura, te aborrezco con toda mi alma, pero a la vez mi ser se consume de un amor indescriptible. La intrincada maraña de sentimientos que nos une es inefable, y la línea que separa el aborrecimiento del amor es tan frágil como un suspiro. Imploraré incontables veces el perdón, hasta que la propia palabra se despoje de su significado y se convierta en un mero eco en el viento.
Con amor, Kerim.
Este hermoso prólogo en el que me gasté como siete millones de neuronas, tuvo el privilegio de ganar en el concurso en la categoría al mejor Prólogo.
También quiero agregar que el último párrafo es ganador del primer lugar en el concurso en la categoría a Mejor frase.
Publicación: 4 de agosto de 2023.
Edición (1): 15 de octubre de 2024.
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CLAROSCURO © 𝙻𝚒𝚋𝚛𝚘 𝟷 『𝙀𝙙𝙞𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤』
Romance¿Haz experimentado alguna vez la paradoja de desarrollar afecto hacia alguien a quien inicialmente albergabas aversión? Es un fenómeno intrigante que refleja la complejidad de las relaciones humanas, donde las emociones fluctúan y evolucionan de man...