¿Haz experimentado alguna vez la paradoja de desarrollar afecto hacia alguien a quien inicialmente albergabas aversión? Es un fenómeno intrigante que refleja la complejidad de las relaciones humanas, donde las emociones fluctúan y evolucionan de man...
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‧₊˚✧[Ariana.]✧˚₊‧
Es impresionante observar cómo el tiempo transcurre de manera acelerada, ya que podría afirmar sin temor a equivocarme que treinta días se desvanecen ante nuestros ojos en un parpadeo. A lo largo de este período, me he aventurado a explorar más rincones de la ciudad y, asimismo, a establecer nuevas conexiones con diversas personas, o al menos eso he intentado. Mi relación con Lauren evolucionó positivamente, convirtiéndose ella es una buena amiga, confidente y consejera. Por otro lado, la convivencia con el resto de mi familia también ha experimentado una notable mejoría, resaltando especialmente mi relación con Gerard, quien si bien no pertenece exactamente al círculo familiar, puedo afirmar que se ha acercado a mí de manera significativa. Gerard ha sido un visitante constante en incontables ocasiones, ofreciendo su apoyo y aportando valiosas ideas para enriquecer mis creaciones artísticas. Increíblemente, hemos descubierto que compartimos más intereses y afinidades de lo que inicialmente imaginé.
También debo mencionar que precisamente, hoy es mi primer día de clases. Quisiera decir que no estoy ansiosa por eso, porque realmente estoy sumamente inquieta, más por el simple hecho de que parece que estoy reviviendo la escena del inicio de clases en el lugar que compartía con el espécimen que tenía como novio en ese entonces.
Me desperté temprano, un par de minutos antes de que mi alarma sonara. Gerard también me había dejado varios mensajes de la noche anterior y de hoy mismo por la mañana deseándome suerte.
Me levanté de la cama e hice mi rutina matutina antes de bajar a desayunar. Todo esto lo hice rápidamente para no sentirme más nerviosa de lo que ya estaba. Tampoco pretendí vestirme tan extravagante o como si pareciera que le hubiera dedicado tres horas a escoger cuidadosamente cada prenda, simplemente usé algo cómodo y que no pareciera demasiado informal.
Saliendo de casa, noté que mis padres se hallaban ausentes, pero me dejaron las llaves del auto, lo cual me llevó a suponer que me habían concedido el permiso de llevarlo y movilizarme en el mismo. El reloj mostraba una hora relativamente temprana, así que salí y conduje con cautela mientras que en el radio sonaba una suave melodía que se filtraba por mis oídos y me permitía calmar mi ansiedad. El tráfico, para el momento en que me aventuraba en el camino, mostraba su presencia de manera considerable, sin embargo, esto no disminuyó mi diligencia, manteniéndome atenta al cronómetro para evitar llegar con tardanza a mi destino.
Tras transcurrir unos cuantos minutos de un recorrido considerable al volante, pude divisar los edificios universitarios alzándose en el horizonte, entré al estacionamiento y aparqué lo más cerca de la entrada a los bloques de la facultad para tener un acceso más rápido en cuanto al estacionamiento y las aulas de clases.
Mirando el horario, estuve buscando el salón específico donde nos habían informado anteriormente por medio de un correo electrónico; a pesar de ello, me vi en la necesidad de preguntar a ciertos estudiantes, que según yo, tenían conocimiento de cada una de las estancias de este lugar. Con esto en mente, y luego de una búsqueda diligente que se extendió por un lapso considerable, finalmente conseguí dar con el salón de destino que estaba anhelando hallar.
