Ariana.
Kerim y yo llevamos casi medio año tiendo una especie de batalla de "tú me tiras una piedra, yo te lanzo un misil", no es que sea la cumbre de la madurez en mi vida hacer estas cosas, pero es que cada vez que él se mete conmigo no puedo evitar enojarme a niveles jamás registrados. Además, creo que la justificación para responderle, en lugar de quedarme ahí, tranquila, sin hacer nada, es el hecho de que se está metiendo con algo que me lleva afectando toda la vida. La cosa es que ese tipo parece que se ha convertido en un experto en sacar mis botones de enojo. Cada vez que hace cosas, comentarios o "accidentes" como arruinar mis cosas, tropezarse conmigo para intentar tirarme al suelo o pisarme los pies, no puedo evitar sentir ese fuego ardiente en el pecho que me dice que le saque los ojos de sus cuencas. Así que ahí vamos, atacándonos mutuamente, como dos gladiadores en el coliseo moderno. Pero claro, repito, no es como que me sienta orgullosa de esta situación, sé que podría ser más madura, pero es que, maldita sea, a veces no puedo resistirme a la tentación de ponerlo en su lugar.
Mi estatura es menor al promedio, eso quiere decir que cuando alguien suele preguntarme por mi estatura normalmente exagero un poquito en cuanto a la respuesta. Tiro el dato de que ando por el metro sesenta, cuando en realidad mi estatura se queda en un mísero metro con cincuenta y cinco. Es algo complicado para mí. La escuela fue un campo de batalla, y eso de la altura no era precisamente una bendición, Así que, no es que me divierta andar mintiendo, pero es mi forma de sobrellevar un poco todo esto.
El problema es que Kerim, parece tener un radar especial para identificar mis inseguridades. No para de meterse conmigo por eso y no es nada divertido.
De niña, solía evitar defenderme porque no me tomaban en serio o ya directamente sabía que era mejor alejarme o quedarme callada porque un empujón de otros niños podía perfectamente desarmarme. Era algo de lo que estaba acostumbrada en gran medida, pero simplemente no podía vivir nunca tranquila por este detalle. Era como un hábito, pero no era como que me gustara. Nunca podía tener paz, en cualquier sitio siempre había algún idiota con sus comentarios hirientes y cosas similares. Así que sí, me había acostumbrado a esa historia, pero eso no significaba que pudiera vivir de lo más contenta todo el tiempo. Siempre había algún rencor en el horizonte, y eso, no era bonito.
Las tensiones entre Kerim y yo han ido en aumento a medida que nuestras interacciones se vuelven cada vez más intensas. Parece que estamos compitiendo por ver quién puede herir al otro de manera más profunda. En un principio, nuestras hostilidades eran puramente verbales, aunque siento que esta batalla de palabras se gestó desde el primer momento en que nos cruzamos en el laboratorio. Recuerdo claramente el día en que todo comenzó, cuando Kerim lanzó un comentario sarcástico sobre mi estatura, lo que desencadenó una respuesta instantánea de mi parte.
Pero no fue el único incidente; también está el episodio de su teléfono, en el que nos atacamos mutuamente en un intercambio de reproches. Luego vino el asunto del disco duro y todo lo que ocurrió a raíz de ello, incluyendo las disculpas ridículas que me sacaron de quicio. Sin embargo, a partir de ese punto, las cosas empezaron a tomar un giro más oscuro y problemático. La rivalidad entre Kerim y yo se ha vuelto cada vez más feroz, y nuestras acciones y palabras se han tornado más agresivas. Cada uno de nosotros parece estar determinado a superar al otro en esta extraña competencia de hacerse daño.
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CLAROSCURO © 𝙻𝚒𝚋𝚛𝚘 𝟷 『𝙀𝙙𝙞𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤』
Romance¿Haz experimentado alguna vez la paradoja de desarrollar afecto hacia alguien a quien inicialmente albergabas aversión? Es un fenómeno intrigante que refleja la complejidad de las relaciones humanas, donde las emociones fluctúan y evolucionan de man...