ִ ࣪𖤐♬ ₊˚. Kerim. ⋆☾⋆⁺₊✧
Después de todo lo que había ocurrido, llegó finalmente el momento en el que me vi enfrentado a la necesidad de adentrarme en el cubículo y llevar a cabo todo el protocolo correspondiente. Es una experiencia que, por cierto, preferiría no abundar en detalles, pues aún permanece en mi mente esa escena embarazosa que desearía borrar de mis recuerdos. ¿Cómo no pude simplemente cerrar la boca?
Durante el transcurso de todo el lapso en el cual me permití entregarme a la tentación de postergar mis responsabilidades tras mi regreso del laboratorio donde fui sometido a los exámenes correspondientes, me vi invadido por imágenes relativas al suceso protagonizado por aquella joven de estatura excesivamente diminuta. Jamás había visto a una persona tan, pero tan bajita. Esa chica, si bien no me hallé lo bastante próximo para precisar la comparación de nuestra talla, estimaría que no superaba, con gran margen, el metro cincuenta de elevación.
Curiosamente, su semblante me resultaba familiar, aunque confieso que no puedo precisar con exactitud el motivo. Quizás fueran aquellos ojos, dotados de una mirada insondable que momentáneamente me arrebató el juicio. Algo en aquella chica, algún rasgo o atributo, despertaba en mí una extraña familiaridad, una proximidad inexplicable. Era como si ya la hubiera conocido con anterioridad o, quién sabe, en un contexto similar...
De todas formas, en realidad no puedo afirmar conocerla en absoluto. Es probable que posea una apariencia bastante común, lo cual invalidaría cualquier especulación al respecto. Igualmente, no debería por qué importarme.
De regreso a casa, recibí la sorpresa de Laura que me estaba esperando, sentada en el sillón con su característico cabello ondulado desordenado, sus pantalones azules que siempre se pone y los zapatos tenis que nunca se quita. Entré a la sala, y al pasar frente a ella, nuestras miradas se cruzaron en un silencio cómplice, como si nuestros ojos fueran capaces de sostener una conversación sin palabras. Con naturalidad, le dediqué un saludo, elevando mi mano en un gesto amistoso, aunque decidí, sabiamente, hacerle entender con disimuladas señas que necesitaba un instante para atender algún asunto pendiente, bañarme.
Apresuradamente, me adentré en la ducha con el propósito de no mantener a Laura en espera por mucho tiempo, esa mujer encarna la personificación misma del color rosa, pero sorprendentemente puede verse envuelta en un halo de oscuridad cuando su ira se desata.
Incluso con mi cabello aún húmedo, bajo y me acomodo frente a ella en la sala de estar. Con su audacia en su máximo esplendor, tiene la capacidad de interrogarme sobre mi matutina visita al laboratorio. Maldita sea, creo que toda esta situación es culpa suya. Su mirada parece develar el conocimiento de lo acontecido, acompañada por una chispa traviesa que se refleja en sus ojos, relamiéndose los labios y frotando sus manos, cual si disfrutara del padecimiento ajeno.
Sintiéndome incómodo y reacio a dar cualquier tipo de detalles que no quiero mencionar, me encuentro con la necesidad de expresarlo con una voz cargada de seriedad y firmeza. Cruzo mis brazos sobre mi pecho, tratando de protegerme de la emotividad que podría desencadenar.
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CLAROSCURO © 𝙻𝚒𝚋𝚛𝚘 𝟷 『𝙀𝙙𝙞𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤』
Romance¿Haz experimentado alguna vez la paradoja de desarrollar afecto hacia alguien a quien inicialmente albergabas aversión? Es un fenómeno intrigante que refleja la complejidad de las relaciones humanas, donde las emociones fluctúan y evolucionan de man...