- CAPÍTULO 5:

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Nos quedamos todos frente a la abertura de la puerta. Dentro estaba oscuro pero debíamos entrar. Estaba un poco asustada. No creía que nos encontraríamos nada de lo que Gimili dijo pero tampoco tenía un buen presentimiento.

Noté como la mano de Legolas agarraba la mía, entrelazando nuestros dedos de nuevo. Después de eso, nos adentramos a la cueva detrás de Gimili y Gandalf. La luz de la luna no ayudaba precisamente con la iluminación pero nosotros seguíamos avanzando.

- Pronto, señor elfo, disfrutará de la famosa hospitalidad de los enanos. - dijo Gimili. - ¡Rugientes hogueras, cervezas de malta, rica carne deshuesada! - yo me fijé en el lugar. Veía una especie de siluetas pero no las distinguía bien aunque no parecían moverse. - Este, amigo mío, es el hogar de mi primo Balin. Y lo llaman "mina". ¡Una mina!- Gandalf de repente encendió su bastón con magia, iluminando el lugar.

- Esto no es una mina. Es una tumba- dijo Boromir. Después de eso, observé el lugar gracias a la luz. Las siluetas eran esqueletos muertos y el lugar estaba lleno de calaveras. Pero los esqueletos que estaban completos tenían flechas clavadas.

- ¡No!- dijo Gimili. Y corrió hacia un esqueleto. - ¡NOO! - gritó de nuevo súper alto.

Legolas se acercó a otro y le arrancó una flecha.

- Trasgos. - dijo. Tras eso, todos sacaron la espada de la vaina, incluso los hobbits. Excepto Legolas que se preparó con su arco. Los hobbits eran los que estaban más pegados a la puerta en fila pero por si acaso me puse delante suyo. Saqué también mi espada haciendo una especie de maniobra con la espada.

- Debimos ir al paso de Rohan. No debimos entrar aquí. - dijo Boromir ya en posición de guardia. - Salgamos de aquí ahora mismo.

- ¡Fuera!- grité. Y los hobbits empezaron a dar pasos hacia atrás volviendo a la puerta. Hasta que sucedió lo inesperado. Se escuchó un estruendo y yo me giré para ver a los hobbits pero Frodo no estaba con los demás. Estaba en el suelo y estaba siendo arrastrado por una criatura que venía del agua.

Solo se veían unos tentáculos gigantes que sobresalían del agua y uno de ellos estaba agarrando la pierna de Frodo.

- Frodo - gritó Sam

- ¡Ayuda!- empezó a gritar.

- Trasgos. - me acerqué corriendo a ellos pero en ese tiempo, Sam ya le estaba cortando el tentáculo que sostenía a Frodo. Y lo cortó. Después los tentáculos se volvieron a sumergir en el agua y pareció que había acabado pero no.

Unos segundos después salió la criatura completa del agua. Era una especie de calamar pulpo gigante. Sacó más tentáculos los cuales agarraron a Frodo de nuevo pero esta vez le adentraron más hacia el fondo. Vi como Boromir y Aragorn luchaban contra unos tentáculos en la orilla pero Frodo seguía lejos.

- ¡Rae!- me llamó Legolas- me giré. - Tu arco. - vi que lo tenía en la mano. Guardé mi espada en la vaina y fui hasta Legolas. Lo cogí y también cogí un par de flechas. Legolas ya estaba disparando al calamar. Yo me preparé y apunté. Vi como el calamar pretendía comerse a Frodo entonces disparé justo en la boca. Lo cual hizo que del dolor trajera a Frodo más cerca. Boromir y Aragorn empezaron a cortarle más patas incluida la de Frodo y así sacarlo del agua.

Teníamos que meternos otra vez en la tumba. La criatura era muy grande y las flechas lo frenaban un poco pero no lo mataban.

Teníamos que entrar ya. No íbamos a aguantar más. Los hobbits, Aragorn y Boromir se cruzaron con nosotros para adentrarse en la tumba ya que nosotros disparábamos desde la puerta y el calamar estaba saliendo del agua para perseguirnos. Lo único que aminoraba su avance eran nuestras flechas.

Siempre Juntos [El Señor De Los Anillos «Legolas»]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora