CAPÍTULO 6:

125 16 2
                                    

I guess i don't know my own strenght
Just gonna stand there
and watch me burn?
Well that's alright
because i like the way it hurts
Just gonna stand there
and hear me cry?
Love the way you lie-
Eminem, Rihanna

Cómo puedes explicar el vacío que se te queda dentro tras perder a una de las personas que más quieres. Efectivamente, no puedes.

Cuando algo pasa tan rápido que no te das cuenta, cuando algo pasa tan inesperado, que era lo último que se te ocurría, incluso impensable. Pero en esta vida a tocos nos tocó responder a un mensaje incluso a varios con lágrimas en los ojos, vista borrosa y corazón roto.

Porque cuando muere una persona que amas, el único familiar que te quedaba  es una mierda.

La muerte, es algo que no entendemos, nos quita a quienes amamos y nos amarga la vida, tal vez para siempre, nos causa una herida con cicatriz que nos dura para toda la vida y eso que llega sin ser invitada. Y aun sin haberla invitado apaga nuestra sonrisa y pone nuestra mirada triste.

Y es el peor dolor incluso cuando no hay ni tiempo de decir adiós incluso si lo ultimo fueron unos gritos.

Por eso no quería abrir los ojos y ver la realidad. Solo negro y dos pares de brazos rodeándome en el suelo con las rodillas dobladas. Pero quedarnos ahí no solucionaría nada.

Me puse de pie lentamente junto con Legolas y con Gimili pero sin levantar la vista del suelo.

Entonces los dos se fueron a mirar por el barranco y yo les seguí para asomarme también.

Sin ver nada por la vista borrosa pero tras pestañear y dejar caer la lágrima vi claramente como no había ni rastro de él. El río seguía su camino normal.

- Los heridos a los caballos- habló el rey, que sin darme cuenta se asomaba también. - Los lobos de Isengard regresarán. - siguió hablando a uno de Rohan. - Dejad a los muertos. - no pasó un segundo para hacer contacto visual con él. Y para que Theoden lo hiciera también con Legolas. Pero devolví mi vista rápidamente hacia abajo hasta que la moví a mi mano al notar algo frío con una cadena. Su collar. El regalo de Arwen.

- Solo quédatelo. - dije con la voz ronca que me salió. Me di la vuelta derramando sangre de orco por las manos y asimilando todo.

Ya nada volvería a ser igual. Yo no volvería a ser igual. Tanto sufrimiento en tan poco tiempo no me hacía bien y me había dejado devastada. Cambiando mi ser y forma de pensar.

No iba a insistir, no iba a aferrarme ni a buscar explicaciones porque las cosas pasan por algo. No digo que no volveré a ser feliz pero tampoco me recuperaré. No iba a seguir llorando. Era fuerte. Y una mujer fuerte no es la que llora si no la que derrama las lagrimas por un segundo luego se levanta y lucha de nuevo. Como hice con mi padre. Y con mi madre. Y con Boromir. Y ahora con Aragorn. No me iba a hundir en mi misma y desde ese momento no lo tenía pensado.

                                                                                                            ~~~

- Ten. - cogí las riendas del caballo que me dio el soldado después de limpiarme las manos con agua. Las mujeres, niños y ancianos de Rohan debían de estar llegando ya al abismo de Helm y nos tocaba ahora a los soldados. Una vez subida, me acerqué al grupo que se estaba formando con los ya listos. Legolas ya estaba allí. Me miraba preocupado aún habiéndole dicho que no pasaba nada varias veces. Él era lo único que me quedaba ahora con Gimili y lo entendía.

Después de que el rey dijese unas palabras, cabalgamos hacia el abismo de Helm. No quedaba mucho camino, les alcanzaríamos antes de que estuviese todo Rohan en el abismo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Mar 25 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Siempre Juntos [El Señor De Los Anillos «Legolas»]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora