Debíamos partir a primera hora de la mañana. Yo ya estaba lista desde hace un rato y estaba preparando un caballo para que llevase la comida y cosas útiles.
Ayer por la tarde estuve hablando con los demás miembros de la comunidad del anillo para conocerlos. Gimili resultó ser igual de gruñón con todo el mundo pero se le notaba y era bastante claro su odio hacia los elfos.
Estuve hablando con Boromir, quien se disculpó varías veces por haberme insultado. Yo le conté porque casi nadie sabía quién era realmente y el me estuvo contando sobre Gondor. En la reunión yo pensé que estaba loco pero después pareció entrar en razón.
Con quien no hable fue con Legolas. Después de lo del bosque le vi alguna en la distancia observando a mi y a Aragorn pero decidí no acercarme al igual que él tampoco. Ya tendría tiempo.
Decidí pasarme por mi cuarto a recoger las ultimas cosas y ver que llevaba todo lo necesario. Fui a mi tocador y me miré en el gran espejo cuadrado que tenía. Mi largo cabello rubio oscuro caía por mi pecho y vi mi rostro. Si que era joven todavía. Tal vez no estuviese preparada para esto.
Estos pensamientos solían venirme de repente a la cabeza. "No eres capaz" "Ya viste lo que te pasó la ultima vez que peleaste" "No estás lo suficientemente preparada". Intentaba pensar lo contrario y normalmente funcionaba pero era Aragorn el que me ayudaba y decía que mientras fuera con él, estaría protegida.
Aragorn apareció de repente detrás de mi y se quedó allí. Nos veíamos a través del espejo.
Aragorn y yo teníamos un poco de parecido pero no tanto. Él había salido idéntico a nuestra madre. Se parecía mucho a ella en el rostro y los ojos oscuros. Excepto el pelo, el castaño oscuro que era de mi padre.
Yo, en cambio tenía los ojos café con un poco de verde al igual que mi padre. En rostro me parecía a los dos, más a mi padre ya que decían que era idéntica a él. Yo ya no me acuerdo. Y, a diferencia de Aragorn, yo había sacado el pelo de mi madre. Un rubio oscuro que con el sol se hacía más claro. Lo único que nos diferenciaba el color de pelo.
- ¿Estás lista? Tenemos que irnos ya. - me preguntó.
-Si. Ahora voy. - se fue de la sala y yo me quedé frente al espejo. No podía ir con el pelo así o sería muy incomodo. Ya lo tenía suficientemente largo. Me hice un moño alto revuelto el cual resultó quedar bien y abandoné el palacio para reunirme con todos en la entrada del palacio.
Ya estaba toda la comunidad del anillo, preparando sus mochilas. En la entrada, también había bastantes elfos, para despedirse supongo. Localicé a Arwen hablando con Aragorn. No quise interrumpir así que me fui con los demás.
Unos minutos después Aragorn se incorporó con nosotros y Elrond se acercó.
- El portador del anillo comienza en la misión del Monte del Destino. - dijo refiriéndose a Frodo. - Ustedes que viajan con él, ni juramento ni obligación se requiere de ir más allá de su voluntad. Buen viaje. Mantengan su propósito. Reciban las bendiciones de los elfos, hombres y todos los hombres libres.
De repente se empezaron a escuchar unos gritos de una mujer.
- ¡Rae! ¡Gilraen! Espera- era Rosita. - fui corriendo a dónde estaba y le di un abrazo. No había podido despedirme antes. - Se dejaba esto. Se que es muy importante para usted. - de su mano sacó mi navaja. ¿Cómo me la podía haber olvidado? La cogí de su mano y me la guardé en mi bolsillo del pantalón.
- Muchísimas gracias de verdad. ¿Qué haría yo sin ti?- Rosita se rio.
- Te voy a echar de menos. Ahora vete, que te están esperando.
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Siempre Juntos [El Señor De Los Anillos «Legolas»]
FanfictionGilraen, la hermana de Aragorn debe dejar atrás su pasado y ayudar a salvar el mundo uniéndose a la comunidad del anillo. Ayudar a salvar el mundo no va a ser lo único difícil si por el camino se le aparecen problemas tanto amorosos cómo familiares.