- CAPITULO 6:

339 20 1
                                    

No sentía nada. Solo las lágrimas cayendo por mis ojos. Me quedé mirando como acababa de desaparecer una de las personas más importante de mi vida. Todo se ensordeció, mis oídos pitaban y no escuchaba nada. Todo pasaba lento y yo no me movía ni apartaba los ojos de la mitad del puente como si Gandalf fuera a aparecer de nuevo. Subiendo por el abismo diciendo que era todo falso.

Tenía la sensación de que los demás me decían cosas pero solo escuchaba palabras lejanas. No podía gritar, no podía ni moverme, no era capaz. Todos se habían dado la vuelta pero ya ni veía a causa de mi vista borrosa. Aragorn no me había soltado y me puso una mano en el hombro para irnos. Debíamos hacerlo pero yo no podía.

Pronto noté como mis piernas lo hacían en dirección a la salida. Yo estaba en shock. No podía haber pasado. Eso no era real. ¿Que íbamos a hacer ahora sin Gandalf? Todos estos pensamientos seguían pasando por mi cabeza hasta que algo iluminó mis ojos. Luz. Ya estábamos fuera después de cuatro días.

Tenía que reaccionar. Gandalf se había ido y nosotros teníamos que continuar. Nada más salir empezamos a correr en línea recta ya que nos estaban atacando los bichos creo pero nos paramos dos minutos después. Todos nos sentamos en rocas o lo que fuera. Yo seguía con los ojos empapados y solo me dejé caer al suelo y tapé mi rostro con las manos mientras seguía llorando.

Todos los recuerdos con Gandalf se me pasaron por la cabeza. El me conocía desde que nací. Escuchaba gritos y llantos lejanos a mi alrededor y sentí como un cuerpo se tiraba a mi lado y me arropaba con sus brazos. No sabía quién pero al esconder la cabeza en el pecho unos mechones de pelo largo me rozaron la cara. Legolas. Al saber quién era simplemente me desahogué. Puse mis rodillas en mi pecho y me acerqué mas quedando escondida. Dejé de llorar silenciosamente para hacerlo en alto.

- Shh - dijo susurrando con us brazos rodeándome - No pasa nada, estoy aquí. - me acunaba como un bebé y yo seguía llorando. No podía hacer otra cosa, no me salía.

¿Por qué me había echo esto? Era como mi padre. No podía aceptarlo pero había que dejarlo ir.

Unos minutos después ya no me salían las lágrimas. Sabía que teníamos que continuar. Si no, los orcos nos alcanzarían.

- Legolas, que se muevan. - le dijo mi hermano. No parecía dolido. Lo dijo tan tranquilo y eso fue lo que me sorprendió. Yo, me levanté. Me limpié la cara. Miré a los hobbits. Estaban todos en el suelo tumbados, destrozados también.

- ¿Estás bien? - me dijo. Yo asentí la cabeza.

- Ve. - le dije. Yo empecé a recoger las cosas para avanzar.

- ¡Dales un momento! Ten compasión - le gritó Boromir.

- Al anochecer estas colinas serán un hervidero de orcos. - le respondió Aragorn. - Debemos llegar a los bosques de Lothlórien. Vamos Boromir, Rae, Legolas, Gimili que se levanten.

Yo me acerqué a Sam. Estaba sentado solo apartado, con la cara negra llena de suciedad y encima llorando restregándoselo más.

- Rae... - dijo y me dio un abrazo. Yo se lo devolví.

- Venga Sam, tenemos que irnos. - le cogí de los brazos y le ayude a levantarse. - Espera- Sam se paró. Me agaché a su altura y con un pañuelo le limpié la cara.

- Gracias - dijo suavemente y se fue con Gimili. Aragorn se fue a buscar a Frodo y Legolas estaba con Merry y Pippin.

- ¿Estás bien? - me sobresalté al escuchar a Boromir detrás mía. Otra vez. Se me vino el recuerdo de Gandalf a la mente y unas cuantas lágrimas salieron de mis ojos. - Ven aquí. - y me dio un abrazo. - Eres demasiado buena. Ellos se merecen a alguien como tú. - Me iba diciendo. No me esperaba eso de él. - Tienen suerte de tenerte ¿sabes? - yo me separé de él.

Siempre Juntos [El Señor De Los Anillos «Legolas»]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora