Moriria por ti

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Cerre lo ojos mientras algunas lagrimas rebeldes se escapaban de mis ojos. Aún me encontraba en presidencia, inmóvil en el lugar donde siempre encontraba al único hombre que amé en la vida.
Hace tan solo unos minutos Mariana había aparecido en la oficina para informarme que don Armando estaba a punto de abordar el vuelo disque a Europa. No me sorprendió pues ahí vivía su hermana, Camila, quien nunca pude conocer y tan solo la oí nombrar unas dos o tres veces en todo este largo tiempo en la empresa.
Apenas Mariana salió de mi oficina, todo el mural de fortaleza que me había puesto se me cayó al suelo. De repente me encontraba inmóvil con lágrimas rebeldes escapándose de mis ojos, viendo el escritorio de el hombre que estaba a punto de abordar un vuelo al otro lado del mundo solo para complacerme, para dejarme terminar la presidencia.
Después de la amenaza de Daniel fue inevitable el permanecer al frente ya que con el doctor fuera de juego yo era la única persona que podía frenar a ese tipo de la disolución de la compañía, y a pesar de todo el dolor que me habían causado, le debía mucho a Ecomoda como para botarla así como así. Después de que nos enteraramos de que efectivamente don Armando se iba del país, doña Marcela estaba hecha una fiera intentando buscar pelea cada vez que podía por lo que decidí quedarme en presidencia hasta que se le pasara.

Y ahora me encontraba allí, como alma en pena llorando por el hombre que más daño me había hecho pero que de igual manera más amé. Miles de pensamientos me inundaron, el solo pensar que no volvería a verlo afuera de mi casa parqueado en la entrada o por los pasillos de ecomoda me mataba...es que directamente no lo volveria a ver nunca más. Nunca más volveria a sentir su mirada intensa cada vez que aparecía en una habitación ni oiria mi nombre salir de los labios que conocía tanto o más que a mi misma. Cada vez que lo pensaba, más incapaz me sentia de poder siquiera trabajar sin el cerca...ambos eramos como una especie de equipo, inclusive aún cuando no nos dirigimos la palabra.

De repente sentí un dolor inexplicable en el pecho, como si hubiera pasado algo terrible.

Duele.

Dios mío.

A los minutos comenzó un alboroto en las afueras de la oficina, una gritadera horrible. Me levanté de mi silla y caminé hacia afuera. Todas las modelos estaban hechas un mar de lágrimas, Hugo estaba alteradisimo y las muchachas estaban conmocionadas al punto del llanto. No entendía nada.

B: ¿qué pasa? ¿Que es lo que esta pasando, muchachas?

S: ay, Betty...don Armando...

Sin que Sandra pudiera terminar de decir algo más, sentí un empujón y una fuerte bofetada que hizo que mis gafas cayeran al suelo, sin romperse. Me tomé la mejilla que me ardía mientras me volteaba a ver quien fue.

Doña Marcela

M: culpa suya! -grito alterada mientras Patricia la sostenía para que no se me tirara encima- culpa suya Armando esta luchando por su vida! -las lágrimas brotaban incontrolables de sus ojos, estaba muy alterada- si a Armando le sucede algo yo le juro, estupida, le juro que la va a pagar! Usted fue su verdugo! Usted!

Patricia la tomó con más fuerza jalandola hacia la puerta del ascensor.

P: Marce, déjala, deja a esta mujer y vamos a ver como esta. Por favor, controlate, Marce

Me quedé inmóvil sin entender absolutamente nada mientras Marcela siguió soltando más insultos hasta que las puertas del ascensor se cerraron. Aura María me alcanzó las gafas y me las puse. Ahora todas estaban asustadas y llorosas.

What If... (YSBLF Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora