No se lo voy a dejar (I)

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Aunque fuera increíble, impensado, Beatriz Pinzon Solano se encontraba en el mismo sitio, en la misma situación y prácticamente con la misma compañía que Armando Mendoza hace tan solo unos meses atrás.

¿Es que acaso esa oficina tenía un hechizo de atormentar a los despechados? ¿A los males de amores?

La sangre corría furiosa y caliente por sus venas cada vez que la escena de Armando llevándose a Alejandra al hotel venía a su mente, y eso sumado a que las muchachas todo el día habían traído chismes, intentando que ella supiera cosas sobre la ruptura con Marcela. Eso aún la tenía mal. Si el habis roto su compromiso con Marcela para siempre significaba que lo de Alejandra era serio. Eso la perturbaba aún mas porque si el estaba con la doctora al menos ella tenía la certeza que el no la amaba y no la quería...pero con Alejandra? No...no había ningún tipo de certeza en ello.

¿Acaso el la había olvidado? ¿La había superado apesar de todas esas semanas en las que intentó arduamente recuperarla?

No...el nunca la amo.

Pero...¿tan rápido se había quitado todos sus besos y las huellas que había dejado en su cuerpo esas noches donde se habían amado? ¿O acaso tampoco habían significado nada para el cuando para ella había sido lo más maravilloso que había experimentado en la vida?

Betty había despachado a todas las muchachas, no quería saber nada con nadie, quería estar sola y pensar en todas sus desgracias; en como estaba deseando con tanta fuerza correr detrás de un hombre que nunca la había querido, en como deseaba quitar las manos extranjeras de el cuerpo con el que se habia fundido hace tiempo.

Es que, aunque quisiera olvidarlo, aún lo sentía suyo.

Solo suyo.

Aura María había sabido escabullirse nuevamente en presidencia, con una botella de vodka y dos vasos de plástico. A diferencia de hace unos minutos, ella no la echó, le tenía gran aprecio a la recepcionista. La muchacha en silencio, compadeciendose del mal de amores de su amiga, le sirvió un poco del líquido ardiente dejándoselo frente a ella en ese escritorio color madera que aún sentía perteneciente al hombre que estaba rumbo a un hotel con una bella mujer. Betty observo el vaso un momento, luego miro a su fiel compañera, solto un suspiro largo para luego tomar aquel plastico y beberse el contenido de un trago, sin pensarlo. El líquido quemó su garganta e hizo que sus ojos se cristalizaran un poco, sin embargo ni siquiera ese ardor era remotamente similar al que sentía en su corazón. Aura María la observo con angustia, estaba sufriendo y le afligia de sobremanera no poder ayudar a su presidenta, aunque no lo dijera en voz alta estaba deseando volarse para donde los amantes, devolver a la fuerza a su país a esa mujer que estaba atormentando el corazón y la mente de su amiga...y de paso darle algunos zumbos a ese hombre tan desgraciado.

- ay, Betty...mire como esta, mire como la tiene. Esto no está bien, mijita -nego con la cabeza- Usted tiene que tomar una decisión

- ¿una decisión, Aura María? ¿De qué? -ella la observo con enojo, con irritacion- El ya eligió, se fue con ella, hasta acabo con la relación que tenía con doña Marcela... -suspiro con fuerza, mirando sus pálidas manos- además, yo nunca signifique nada para el...Y tampoco me interesa

Murmuro intentando tener algo de falsa dignidad. Su corazón se estaba derrumbando por el y aún así le dolía terriblemente pronunciar esas palabras porque si las decía en voz alta, se sentía real.

El nunca la quiso.

- pero usted no fue la que me dijo que el intento por mucho tiempo a que lo escuchara, que lo perdonara? Usted no fue la que le dijo que la dejara en paz? Que tal si el aun la quiere y ella se lo está robando?

What If... (YSBLF Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora