En el desfile me perdonaste

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Un desfile, empresarios extranjeros, reportajes, camarógrafos, modelos, familia...la presidenta y el ex presidente...una venezolana y el fantasma de un frances.

Beatriz observaba como el hombre que más la había dañado en la vida se paseaba por todo el evento con Alejandra que se encontraba muy bella, esa mujer era divina y cualquier hombre en esa sala se volteaba a verla...y ella iba del brazo de lo que una vez fue suyo, aunque haya sido fingido, lo fue.
Los celos y las inseguridades la envolvieron con fuerza. Los fantasmas la atacaron: se sentía fea en comparación de ella, se sentía celosa por la proximidad que tenia Armando, se sentía fuera de lugar en ese sitio.
Su corazón solo pudo latir cuando pudo ver las expresiones de su verdugo al enterarse de Cartagena y de Michelle, es que ella lo había notado pero no le había puesto mucha atención, no cuando cinco minutos después le hacían un reportaje de su relación con la señorita Sing.

Ella no lo sabía, pero a la única mujer que no podía dejar de ver Armando era a su Betty. Porque aún era suya.
Su cabello, su ropa, sus zapatos, sus nervios, su inseguridad, su felicidad...todo en ella era perfecta a sus ojos y desde el momento en que había llegado al evento se moría por tocarla, por besarla, por hacerle sentir lo feliz que lo hacía verla en el lugar en el que estaba ahora, por decirle cuanto la amaba.
Pero se controló, todo el tiempo, hasta que escucho de un francés.
Los detalles eran pocos y estaban haciendo estragos en su mente y corazón. Tenia miles de preguntas: ¿quién era ese tipo? ¿Como lo conoció? ¿Que tan cercanos fueron? ¿Por qué diablos le mandaba saludos con Catalina?
El solo pensar que otro hombre posaba los ojos en ella lo hacía querer vomitar...o ponerse a bebé como un loco y buscar peleas, pedirle explicaciones, comportarse como un neurótico...pero no podía hacer nada de eso, había perdido ese derecho hace mucho. Simplemente se limitó a controlar sus sentimientos y centrarse lo más posible en Alejandra.

¡Ja!

No podría engañar a nadie. No podía dejar de ver a Beatriz.

Todo el mundo estaba envueltos en conversaciones, en entrevistas, en negocios mientras que la presidente y el ex presidente de Ecomoda compartían miradas furtivas durante toda la noche. Ojos cargados de celos, de intensidad, de anhelo, de amor. Ojos incrédulos que no podían creer que les devolvieran la mirada de igual forma.

¿Por qué Beatriz lo miraba de esa forma si lo odiaba?

¿Por qué Armando la observaba de esa manera si llevaba a Alejandra a su lado y en cualquier momento podría llegar Marcela?

¿Por qué me mira a mi?

Llegaba la hora de presentar la colección. Betty se había ido a los camerinos con Hugo, se estaba tardando y Armando se preocupó. El conocia más que a nadie como era ese tipo y también conocía lo sensible que era Beatriz hacia ciertas formas, quería evitarle un mal momento por lo que dejo con Calderon a Alejandra y fue a los camerinos. No llego a entrar siquiera que se había topado a Betty en el pasillo. Justo como había sospechado, las inseguridades la atacaron y le pidió que el se presentara.
El corazón de Armando latía con fuerza viendo como de repente y sin anticiparlo volvía a tener a su Betty, a su mujer frente a sus ojos, inclusive le había dicho "doctor" de una manera que lo había hecho estremecer, casi pudo sentirla como antes, cuando ella lo queria.
De alguna manera eso hizo que actuara como actúo y le dijo todo lo orgulloso que se encontraba de ella, que se merecía todo esto, que debía de salir y tomar lo que es suyo. Hizo dos pasos, quedando peligrosamente cerca de ella y la tomó por los brazos. El contacto piel con piel los hizo estremecer, era una sensación que no habían tenido el placer de tener hace mucho tiempo.

La posesividad, la pasión, la intimidad hicieron su jugada.

Beatriz se acercó a el, envolviendolo con los brazos por la cintura en un íntimo abrazo que había necesitado desde hace mucho tiempo. Necesitaba su masculinidad, su protección, su cercanía. Aspiro la loción que conocia muy bien y que enloquecia sus hormonas.
Por su lado, Armando se sintió desmayar. No podía creer que Beatriz Pinzon Solano estuviera en sus brazos ahora.

What If... (YSBLF Version)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora