𝘛𝘪𝘨𝘩𝘵𝘳𝘰𝘱𝘦 (𝘑𝘢𝘴𝘱𝘦𝘳 𝘏𝘢𝘭𝘦).

Capítulo 26.

p.o.v ____ Pelletier.

Continué corriendo, aunque prácticamente sentía como si estuviera deslizándome, solamente iba de lado a lado, observando cada una de las minúsculas cosas que nos rodeaban, entonces me detuve de golpe.

Lentamente caminé hacia el árbol que estaba en mi derecha, entonces me agaché, mirando al tan peculiar caracol que se movía lentamente, dejando a su ves un gran rastro de baba, acerqué mi dedo índice a él y entonces lo toqué, eso hizo que se diera vuelta, fruncí mi ceño ante ello, arrepintiéndome de haberlo tocado en primer lugar.

-Lo siento...- susurré lo más bajo que pude, y entonces giré al instante, observando ahora un capullo de una mariposa, me arrastré hacia él con rapidez y me detuve, observando cómo la mariposa se movía, intentando salir del mismo.

Encima de mi cabeza refulgía una luminosidad cegadora, a pesar de lo cualtodavía era capaz de ver los bordes del sol, distinguiendo a su vez la forma de las nubes que se arrastraban con lentitud en el cielo, fué entonces que alcé lentamente mis manos al ver que aquella luminosidad cegadora se reflejaba en mi piel.

Fruncí el ceño pensando en que no recordaba haberme puesto ése suéter, entonces me enfoqué en mi piel, la que brillaba como si se tratara de pequeñas incrustaciones de vidrio que reflejaba la luz, era como si me hubiera pegado brillantina, miré entonces mi otra mano, una sonrisa comenzó a crecer en mi rostro.

Inhalé con fuerza, sabiendo bien que lo necesitaría, entonces fué que sentí algo raro dentro de mi pecho, no necesitaba más el aire, pero definitivamente me había gustado inhalar, ya que, un aroma tentador apareció, mi garganta ardió por ello, entonces a zancadas caminé hacia ahí, sintiendo la sed crecer en mí.

Dí un último salto, sintiendo cómo si lo hubiera hecho con suma gracia que pareció ser un efecto especial, observé así al causante, se trataba de un oso que parecía haber lastimado ya a un ciervo, sin saber cómo, un ronco gruñido salió de mi pecho, llamando la atención de ambos animales.

El oso entonces se levantó en dos patas, gruñéndome ahora de igual manera, no supe en qué momento, pero mis pies se movieron y entonces ataqué al oso con rapidez, apreté mis manos contra su pecho mientras lo sometía en el pasto y gruñí nuevamente, entonces clavé mis dientes en él, sintiendo cómo mi sed, y aquel hervor disminuían considerablemente.

Continué en mi labor, disfrutando del sabor de su sangre, hasta que un olor repulsivo me llegó, me separé del oso mientras relamía mis labios, mi ceño se frunció y un lobo apareció de un salto enfrente mío, antes de poder sonreírle, sentí cómo me tacleó y se colocó encima mío, cada una de sus patas se encontraron a cada lado de mi cabeza, entonces gruñó con fuerza.

Giré mi rostro mientras sentía su saliva salpicarme, hice una mueca de asco entonces, gracias a que eso solamente aumentaba aquel mal olor que ahora distinguía, en verdad que olían mal los metamorfos.

-¿Mack?- pregunté mientras volvía a verla, entonces me centré en sus ojos, los que seguían siendo negros, sonreí un poco antes de posar mis manos en cada lado de su rostro, me estiré un poco y dejé un beso en el puente de su nariz, para así abrazarla con fuerza, un jadeo salió de ella, por ello la solté con miedo -Perdón- susurré, ella negó antes de quitarse de encima mío.

Se sentó a un lado sin dejar de mirarme, para así señalar el oso con su cabeza, asentí entonces, sabiendo bien que debía alimentarme.

-Lo haré rápido, ¿Sí?- pregunté con calma mientras me giraba hacia el oso, el que respiraba entrecortadamente -Quédate cerca de todas formas, podría...- me detuve al pensar bien ahora en lo que me había convertido.