🔥CAPITULO 15🔥

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SIN EDITAR.

😈<<{Astrid}>>😈

Llegamos a la casa en silencio, uno tenso y que me genera incomodidad.

¿Lo asusté? ¿Ya no me hablará? ¿Me tendrá miedo?

Bajamos del carro, Joss lo hace con movimientos automáticos como si se encontrará en una especie de trance.

Audrey: Lo rompiste mami.

Adler: Está asimilando lo que vio pequeños, no está roto.

Axel: ¿Y él?

Señala a Blaz que camina mirando el suelo, otro que está en shock.

¿Nunca vio matar a nadie tampoco? No creo, esconde algo, todos ellos lo hacen, la cantidad de hombres con armas que hay a su alrededor no es normal.

Estoy casi segura de que todos ellos incluyendo a Manfrid son parte importante de alguna mafia.

Entramos y sonrío al encontrar a mi madre en el sofá, no tanto porque está con Manfrid, pero me alegro de que sea feliz un poco por lo menos.

Y en cuanto a él, estaremos bien mientras no se acerque a mí o a mis hijos.

No sé si es buena o mala persona, pero no me arriesgaré.

Manfrid: Hola.

Aide: Pequeño Joss.

Joss: No soy pequeño, señora Aide —va hacia ella y la abraza— me alegro de verla se ve tan hermosa como siempre.

Manfrid: Cuidado niño es mía.

Me río, ¿Está celoso de Joss?

Aide: ¿De que te ríes hija?

Astrid: Me causa gracia que un hombre maduro tenga celos de mi chiquito.

Me giro cuando escucho la puerta abrirse y veo a mis ahora hermanastros entrar un poco alterados.

¿Pasaron a recoger a los otros?

Manfrid: No tengo celos de este niño, pero es mía.

Axel: No te preocupes abuelo, Joss es novio de mi mamá.

Abro los ojos grandes mientras mi corazón se detiene y mi respiración se vuelve irregular ante las palabras de mi hijo.

Abuelo.

No, no, no.

Él no es mi papá.

El suelo gira bajo mis pies mientras siento temblar a mis manos, mis pulmones no colaboran tomando aire y me arden al igual que mis ojos.

¡No!

¡No deben verme así!

No soy débil.

No soy débil.

Soy fuerte, soy fuerte, soy fuerte.

Soy…

Mis ojos chocan con los de Manfrid antes de que mis rodillas se doblen haciendo que caiga.

Lo veo acercarse corriendo a mí antes de tocar el suelo, escuchó gritos a mi alrededor, pero mi mirada no puede despegarse de la de Manfrid mientras lo veo sostener mi cabeza hablándome.

No sé lo que dice, no sé lo que pasa, pero mis párpados pesan al mismo tiempo que mis pulmones arden.

Mis ojos se despegan de los de Manfrid a la fuerza, ahora hay unos ojos mieles muy conocidos, muy lindos frente a mí.

Joss, me está hablando, pero no escucho lo que dice, todo a mi alrededor son ecos vacíos mientras mis pulmones intentan con desesperación tomar aire.

Siento algo líquido pasar por mis mejillas dejando un recorrido de agua, mi vista se nubla mientras un fuerte ardor en mi pecho hace que mi cabeza pierda el racionamiento.

De pronto me siento jalada por Joss y siento su boca en la mía.

¡Me está besando!

Cierro los ojos disfrutando de su sabor mientras su beso se vuelve más intenso, más rico, más nuestro.

Se separa de mí y abro mi boca tomando aire con fuerza cuando mis pulmones me lo permiten.

Joss: Joder, me asustaste.

Astrid: Me… besaste.

Joss: Funcionó fiera, estás respirando.

Siento una opresión en el pecho ante sus palabras, no llego a comprender por qué me duele que solo me haya besado para distraerme de mi ataque.

Evitó esos sentimientos junto con la mirada de Joss y me centro en la persona que aún sostiene mi cuerpo.

Manfrid: Perdón, no quería tocarte, pero no podía dejar que tu cabeza se golpeará.

No sé con exactitud qué le pasa a mi cabeza o a mi cuerpo, pero lo abrazó con fuerza tomándolo por sorpresa a él y a todos.

Astrid: Gracias.

Manfrid: No soy, ni seré tu padre, pero puedo ser el abuelo de tus hijos, la familia se elige pequeña guerrera.

La familia se elige, es verdad, no toda la sangre es buena.

Blaz: Ya sueltala tío, no es tuya.

Nos separamos de nuestro abrazo y giré mi rostro viendo a todos mirándome asustados.

Astrid: ¿A quien mate para que me miren así?

Me miran mal, ¿No es gracioso después de que si haya matado a alguien?

Aide: No escapas de todo con bromas mi niña, la gente tiene sentimientos y tú también aunque los evites.

Tonterías, yo no los evitó, solo… los pospongo por un tiempo indeterminado.

Astrid: Yo no hago eso.

Adler: Lo haces.

Miro al que ahora parece ser mi mejor aliado y mano amiga.

Astrid: ¿Verdad que no? Diles.

Manfrid: Ella no hace tal cosa, dejen de decir mentiras.

Les sonrío.

Joss: ¿Entonces podemos hablar?

Astrid: ¿Mañana?

Manfrid: Así no hay quien te defienda pequeña guerrera.

Me susurra.

Ruedo los ojos y me siento en el suelo saliendo de los brazos de Manfrid que aún me tenían.

Astrid: Bien, hablemos.

¿Qué puede salir mal?

Joss: A solas.

Astrid: ¿Por qué no aquí?

Joss: No creo que te guste que escuchen lo que diré.

Repito, ¿Qué puede salir mal? Es solo Joss, mi chiquito, nada puede salir mal con él.

Astrid. 1°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora