Capitulo 10

1.2K 52 2
                                    

10 - Días tristes

Megan Simonetti

Ya había pasado una semana desde la fiesta que no termino de la mejor manera. Hoy se cumple una semana desde el primer día del castigó de mí madre y yo ya tenía planes.

Pero esta vez eran diferentes ya que me acompañarían los amigos monster, yo no estaba muy de acuerdo con ésto, pero era la única manera para que mí madre me deje ir.

Cuándo baje de mí habítacion, las mismas personas del otro día estaban allí con mí hermano y Nathaniel. Ningúno me miró, tampoco me importó. Estos días no estaba de buen humor y me dedicaba a ignorar a las personas. Y si era alguien que se preocupaba demasiado lo único que hacía era responderle con monosílabos.

Pasé de ellos y me fuí al patio trasero para tomar aire y sentí como alguien siguió mis pasos. No necesite darme la vuelta para saber que Nate estaba detrás de mí. Estos días era el que más se había preocupado por mí y se lo agradecia.

—Pensaba que seguías dormida—Dijo llegando a mí lado.

—No solo duermo Nathaniel—Aclare.

—¿Estás lista para la fiesta de está noche?—Me preguntó.

—Si, supongo.

—¿Tienes ganas de ir o no?

—Claro, por qué no lo haría.

—Estos días has estado rara y no puedes decir que es mentira por qué lo sabes demasiado bien ¿Que sucede?

—Nada Nathaniel, deja de preocuparte por cosas insignificantes.

—Tu no eres insignificante Megan.

—Tendria que serlo, al menos para ti.

—¿Qué?

—Que lo único que consigues preocupándote por mí es que cada vez me apegue más a ti. Lo que pasó el otro día Nathaniel, dijiste que me besarías, lo del hostel como si fuera algo normal, algo que no tiene importancia. Para mí si la tiene. No sé que hallas hecho o no en Francia pero para mí no es cualquier cosa algo que pase contigo. Lo único que hago desde que volví a verte es pensar en ti. No sales un puto segundo de mí cabeza, y cuando me hablas bonito o me tratas cariñosamente me da la sensación que tengo una oportunidad, cuando se que no es así.

—Megan...

—Y siempre vuelvo a lo mismo...

—¿A qué te refieres?

—Puedo sentir cosas por ti ahora pero también soy solo una niña... Parada frente a un niño, pidiendole que ame.

—No sabía que te sentías así Megan... Nunca hablas conmigo de esta manera.

—No importa Nate, solo... Necesito estar sola.

Me di la vuelta y me fuí otra vez a la casa, y me encerré en mí habítacion.

...

—Vale, osea qué le has dicho a Nate que te gusta—Deducio Vanesa.

—En parte sí—Supuse.

—¿Y eso que tiene de malo?

—No se Vanesa, tal vez que es mayor y el mejor amigo de mí hermano ¿Te parece poco de verdad?

—Ay Megan, acéptalo, que sea mayor te importa menos que cualquier otra cosa en tu vida.

Un paraíso de estrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora