Capitulo 15

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15 - No insistas

Megan Simonetti

—¿Te parece que esto me queda bien?—Le pregunté a Vanesa que me miraba atentamente desde la cama.

—No está mal, pero pareces monja Meg—Comento indiferente.

La puerta de mí habítacion se abrió un poco, me gire y vi a Nate con su cabeza asomada.

—¿Están hablando de sus novios? O puedo quedarme—Bromeo mirando a mí amiga.

—Quedate Heath, da igual. Tengo que irme con Amadeo—Dijo mí amiga.

—¿Con Amadeo? No me habías dicho nada—La acuse con los ojos entrecerrados.

—No siempre vas a saberlo todo de mí.

—Que mala eres.

—Nos vemos luego.

Vanesa salió de la habitación con una sonrisa, Nate se sentó en el lugar que ella había desocupado. Él inspeccionó la habitación atentamente.

—Pense que tendrías fotos mías—Se quejó.

—¿Quien te crees que eres?¿Brad Pitt?—Lo mire con una ceja enarcada.

—Soy mejor que él—Aseguro.

—Ya quisieras—Sonreí.

—¿Puedes dejar de insultarme Meredith?

Abrí la boca indignada, ¿Acababa de llamarme Meredith?

—Quien es esa tal Meredith idiota ¿La maestra de tu hermana? Por qué juro que te mató—Me acerque a él pegándole en broma, pero el me agarró las manos y me acerco a él.

—Es mí otra novia.

—¿Novia? No sabía que tenías siquiera una novia—Sonrei desafiante.

—Asi que quieres jugar a eso—Dijo con los ojos entrecerrados.

—Yo solo digo la verdad, Nathaniel Heath—Lo mire de la misma forma.

—No me mires así que me matas de ternura—Sobrio divertido.

—¡Yo no soy tierna!—Me queje.

—Habra que comprobarlo.

—Y como se supone que...

Mí oración quedó por la mitad cuando sentí los labios de Nate sobre los míos. Tarde en reaccionar pero cuando lo hice no pude parar.
Nuestros labios encajaban perfectamente como piezas de rompecabezas.

Los suyos se movían sobre los míos con una precisión sorprendente, no recuerdo mí primer beso pero sabía que toda mí vida hubiera preferido que mí primer beso fuera con Nate.
En realidad era mí deseo de niña, que Nate me bese era un sueño constante que tenía al dormir.

Recuerdo que todos sabían lo que sentía por él, menos el mismo Nate Heath, era un idiota. Si el supiera cuánto lo había deseado por toda mí vida y cuanto lo quería, nunca se habría ido. Pensaba que era un juego de niños, pero era más que eso.

Él se separó lentamente y esbozó una sonrisita traviesa.

—Es verdad, no eres tan tierna como pareces.

—Eres un idiota—Sonreí.

Me senté juntó a él en la cama y recordé algo que había querido hablar con él.

—Sabes... Falta poco para tu cumpleaños y yo quería...

—No me gustan las fiestas... Y lo sabes muy bien—Aclaro.

—Pero es que será divertido, puedes invitar a tus amigos y estaremos todos juntos.

—Cómo será divertido si no voy a podre besarte en los rincones porque va a haber gente en todas partes. Prefiero un día solos, los dos.

—Claro, por qué mí hermano se olvidará de tu cumpleaños Nate.

—Da igual Megan, no te molestes pero no me gusta hacer grandes fiestas, estar con ustedes y mí familia me basta.

—Y con Vanesa—Aclare.

—Y con Vanesa—Acepto—Tambien con Juliet si quieres.

Mí sonrisa despareció al escuchar ese nombre y todo ánimo de fiesta también.

—¿Que sucede?—Pregunto Nate extrañado.

—Nada, no te preocupes—Asegure.

Juego con mis dedos nerviosa.

—Megan—Lo mire—Puedes contarme lo que sea.

—Lo sé—Asegure con una sonrisa forzada—Solo estoy cansada, además ya debes volver a tu casa, tus padres te deben estar esperando y Bianca también.

—Quiero quedarme contigo.

—Otro día.

—Megan...

—No importa Nate, no insistas.

Nate suspiro y se levantó de la cama, y sin decir nada, salió de la habitación.

¿Por qué tenia que arruinarlo todo siempre?

No podía hablar de lo sucedido, lo que había pasado no era simple para mí, marco algo en mí vida y de ninguna manera podía dejar que las cosas se desmoronen ahora, no para mí, no para él.

No saben lo cerca que está la verdad detrás de todo el misterio de nuestra querida Megan.

















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