22 - La fiesta
Megan Simonetti
Termine de colocarme el vestido bajo la atenta mirada de Nate.
—¿Y que tal?¿Te gusta?—Le pregunté con una sonrisa.
—Estas hermosa Megan—Me sonrió dándome un pequeño beso en los labios.
—Estoy feliz de haber venido, ahora que lo pienso puedo vigilante para que no te veas con ninguna otra.
—Nunca habrá ninguna otra Megan.
—Si, eso lo dicen todos.
—No nos metas a todos en el mismo pozo, yo te quiero a ti y a nadie más.
Sonreí cuando escuché golpes en la puerta de la habitación, Nate salió por la terraza hacia su habitación yo me acomode el cabello a los costados y abrí la puerta encontrándome con Gabriele.
—¿Estás lista para irnos? Valeria fue a buscar a Nate—Hablo Gabriele.
—Claro—Dije y agarre mí cartera con mí novio antes de salir de la habitación.
Unos minutos después Nate ya estaba con nosotros, nos saludamos con total naturalidad como si hace dos segundos no hubiéramos estado los dos en la misma habitación.
—¿A dónde iremos?—Pregunto Valeria retocando se el labial en el espejo del ascensor.
—A la fiesta de las que le hablé—Contesto Nate—Son unos amigos de papá y tienen unos hijos que nos invitaron.
—Osea también tus amigos—Deduje.
—No todos los que conozco son mis amigos Megan.
—Pense que eras más sociable—Bromee.
—Mas que tú seguro.
—Idiota.
—Pesada.
Puse los ojos en blanco disimuladamente, amaba que peleamos delante de mí hermano y él lo tomara como algo absolutamente normal, me hacía sentir que estaba bien que estemos juntos y no que no ahí nada de malo en que nos queremos de verdad.
Un taxi nos llevo hacía la fraternidad donde se haría la fiesta, no era muy lejos del hotel, pero nuestros autos habían quedado en casa, ya que vinimos en avión. Cuándo entramos me prendí del brazo de Vanesa para no perderme, entre las luces de colores led, el olor a tabaco y el alcohol sentía que no podía respirar. Seguimos a Nate que caminaba seguir como si conociera todo el lugar, suponía que sabía dónde estábamos y no me equivoque cuando en un momento en el que me despiste lo vi abrazado a un chico un poco más bajo que el de ojos marrones y rubio.
—Hola Chat, te presentó a mis amigos Gabriele, su hermana Megan y la mejor amiga de Megan Vanesa.
—Un gusto conocerlos, especialmente a ti Megan que Nate me ha hablado mucho de ti.
—¿Y que de mí no has hablado traidor?—Le dijo mí hermano bromeando.
—Claro que sí, no lo recuerdas nada más.
—¿Quieren tomar algo?—Pregunto Chat.
—Yo no tomo alcohol—Recorde.
—Perfecto, a la aburrida tráeme una cola, y después dos chupitos y tu Vanesa?—Hablo Gabriele.
—Una cerveza.
—Ya hos traigo todo.
Chat se fue hacia la barra y nosotros nos quedamos hablando de cualquier cosa. Estaba hablando con Vanesa cuando vi a una chica acercarse a Nate. Era morena de ojos oscuros y cabello rizado, un poco más alts que yo, flaca y con la cintura marcada, tenía el cabello recogido en una coleta y una sonrisa perfecta.
Se acercó a Nate y lo abrazó como si se conocieran de toda la vida, cosa que sospechaba. El no le siguió el abrazo pero tampoco la aparto, no quería darle mucha importancia hasta que escuche su nombre.
—Ey, hola Madison—La saludo mí hermano.
Madison.
Ya había escuchado ese nombre en las conversaciones de mí hermano con Nate cuando era más pequeña, supe que salía con él pero no estaba completamente segura.
—Hola Gabi ¿Cómo estás? Hace mucho no nos vemos ¿Que los trae por aquí? Pensé que estarías en Francia—Lo último se lo dijo a Nate.
Nate estaba incómodo, se le notaba en la manera de mirar a la tal Madison, me dedico una mirada fugaz y supe que debía intervenir.
—Hola—Salude con una sonrisa, no muy real.
—Em... Hola—Me saludo Madison confundida por mí presencia.
—Madison ella es mí hermana, Megan—Le explico mí hermano.
—A tu eres la famosa niña Megan, me han hablado mucho de ti y de tus travesuras.
Me hablaba como si fuera una niña, bueno para ella lo era pero supuse que sería alguna manera de burlarse, aún que no iba a caer en su juego.
—Si me han hablado de ti también, eres la ex de Nate—Recorde algo que mí hermano me había contado—Valeria ¿Sierto?
Lo dije con una sonrisa triunfadora. La cara de la morena se puso de todos los colores posibles, mí comentario la había tomado por sorpresa y también le había molestado. Nate abrió los ojos como platos y me apretó la muñeca disimuladamente.
—No, soy Madison—Aclaro la chica.
—Ay perdona Madison, es que se me confunden los nombres.
—Si, seguro.
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Un paraíso de estrellas
RomanceMegan solo quiere tener una vida normal, nunca se ha enamorado, excepto una vez hace demasiado tiempo atrás, antes de que su vida se convirtiera en un huracán de problemas constantes. Pero ese amor que ella creía que estaba tan lejos física como men...