Meses.
Muchos meses.
La cantidad de tiempo que estuvo al lado de Indharus era incontable. De hecho, podría decirse que ya había pasado casi un año entero teniendo bajo su cuidado a ese dichoso niñito.
La rutina que mantenía meses atrás se había esfumado por completo. El cuidar de Indharus consumía su poco tiempo libre, pero le daba igual; las mañanas iniciaban tranquilas en la Relajatetera, donde él, por su parte, se dedicaba a prepararle un pequeño entrenamiento al portador de visión Pyro. Correr por toda la Relajatetera en su compañía, mientras se contaban anécdotas —bueno, donde Indharus hablaba a montones de cualquier cosa que había aprendido en los libros o chismes del mundo mortal que no sabía cómo diablos los escuchaba—. Después de eso, el pequeño se lavaba, se preparaba para un pequeño repaso del arco y la flecha, y así salía con Xiao hacia el exterior.
Desde el día donde el pelirrojo logró escabullirse de la Relajatetera, no había día donde Xiao lo dejara encerrado. Después de todo, era un niño. Merecía recreación luego de estar tanto tiempo esforzándose en sus entrenamientos. Asimismo, el pelirrojo se había fortalecido —aunque a veces cometía uno que otro error que lo ponía en apuros—, no tendría que andar tan preocupado.... pero tampoco como para dejarlo de lado de forma descarada.
Cuidar un niño había cambiado su vida.
—¡Señor Xiaoooo...! —Sí, a pesar de los meses juntos, seguía llamándolo "Señor". Ya, tenía sus años, pero tampoco tenía apariencia de alguien viejo. De hecho, parecía de menos de veinte años. —Las flores de seda crecieron, ¡mucho! Ahora podremos hacer más mantitas para mi amiguito.
Algo más qué añadir era el hecho de que habían adoptado —mejor dicho, qué Indharus había adoptado— a un Slime Anemo. Sí, nunca pensó que terminaría teniendo a uno de esos seres elementales como mascota.
Impensable, pero se hizo realidad.
Xiao asintió ante lo que dijo Indharus, quien parecía más contento que de lo usual.
—¿Sucede algo?
—¡Sí! —dijo él de repente, más exaltado que de costumbre. —Hoy en la noche es el Rito de la Linterna. Según lo que leí, el cielo se llena de luces amarillas, donde los humanos dejan volar sus deseos.
En efecto, así ocurría.
Cada nuevo año en Liyue ocurría aquello. Allí, cuando lanzaban las linternas, dejaban salir sus deseos. Además, era una forma de dejar el pasado y darle bienvenida a lo nuevo. También era una forma de brindarle un "Adiós" a los fallecidos. Más que todo, los mortales usaban esas fechas para honrar a los adeptus caídos y, de alguna u otra forma, guiar a las almas en pena a casa.
No era tan fanático de celebrar dicha conmemoración y fiesta tradicional de Liyue. De hecho, prefería mantenerse alejado de todo tipo de celebración mortal.
ESTÁS LEYENDO
lycoris radiata | xiao - genshin impact. ✔️
FanficLYCORIS RADIATA | Xiao, el Guardián Yaksha, vive su vida de forma calmada a excepción de los momentos en donde tiene que salir a patrullar y pelear contra los demonios qué golpean Liyue desde tiempos de antaño. Él, un ser nacido por y para la guerra...