Capítulo 30

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Nasir se encuentra en la habitación donde esta Baghra y además se encuentran presentes David y Vadim trabajando. El inferni ha decidido que aquel lugar es el mejor dado que es bastante callado y bastante bueno para concentrarse en su búsqueda en uno de los diarios, además de que le da la oportunidad de vigilar de cerca a David, ya que, aunque no sabe por qué hay algo que no lo hace sentirse confiado en el joven Durast.

—¿Porque pierdes tu tiempo buscando en ese maldito diario? —bufa con hostilidad Baghra— No encontraras ahí nada.

—Lo sé, pero Aiyana cree que puede encontrar algo. Así que, si ella necesita mi ayuda, tendrá mi ayuda tengamos éxito o no.

—Cambiaste, pero no del todo. Me alegra ver que sigues siendo ese chico que siempre quiere ayudar...

—Oye me estas asustando —la observa con los ojos muy abiertos— ¿Estás tratando de manipularme o es porque eres vieja y decidiste que ya no me trataras tan mal como en el pasado?

—Jamás te trate mal.

—Bueno no tal mal como mi padre, pero por la forma en que me trataste por mucho tiempo me hace verte como una bruja y... aunque no quiera y me pese decirlo también eres como la madre que jamás tuve y ya me callo.

—Solo una última cosa.

—¿Sí?

—Esa Kefta te sienta muy bien.

—¡Oh! Gracias Es porque soy una persona atractiva, así que hago lucir como nadie mi hermosa Kefta y además el negro con el rojo escarlata son una excelente combinación. Aiyana tuvo razón cuando dijo que me gustaría.

—Lo único que no cambio es tu alto narcisismo, muchacho.

Por un largo rato más Nasir al igual que David permaneció sumergido en el diario de Morozova esperando poder hallar algo, aunque a diferencia del hacedor, el joven inferni finalmente logro comprender que en realidad Morozova fue un verdadero genio, pues sus secretos los oculto bastante bien entre líneas.

—¡Oh, mierda! —captura la atención de los presentes—. ¡Eres grande Nasir! ¡Eres un maldito geni...!

La puerta de aquella habitación se abre de golpe, apareciendo Aleksander sumamente molesto y tras de el unos instantes después aparece Aiyana y por la expresión de su rostro de la invocadora, el Inferni deduce que ambos han estado peleando de nuevo.

—¡Aleksander!

—¡Dime dónde encontrar al Ave de Fuego! —exclama Aleksander, mientras se dirige de manera amenazadora hasta su madre e ignorando por completo a Aiyana quien trata de detenerlo.

—Ya te dije que, si quieres usar eso como ventaja para que la santa venga a ti no dire nada, niño estúpido.

—Es la pieza que necesita.

—¡No sé nada del Ave de fuego ya se los dije muchas veces! Pero lo que, si se es que, si Alina lo encuentra antes que ustedes, será una fuerza temible. Si les ofrece protección los Grisha la seguirán. Le temerán y quieres que te teman a ti, hijo.

—El miedo es un aliado poderoso.

—Tienes miedo, Aleksander. Como cuando era niño.

Aiyana y Nasir mantienen su vista fija en Aleksander, pues este se ha se apartado de donde se encuentra su madre para aproximarse a la mesa de trabajo de David, aunque ellos no logran observar lo que el hacedor si, que fue tomar unas pequeñas tijeras de trabajo.

—Ya no necesito que incendies aldeas por mi madre —el invocador de nuevo se encuentra a unos pasos cerca de su madre—. De hecho, hay una sola cosa que necesito de ti —Aleksander toma con fuerza uno de los brazos de su madre, atrayéndola hacia el—. Tus huesos.

How Villains Are MadeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora