How Villains Are Made

Capítulo 23

Aleksander decidido a ponerle fin a la vida de Mal, junta sus manos para formar el corte, que en instantes se desvanece, dando sin saberlo la ventaja a Mal de lanzarse sobre el suelo para protegerse de su ataque. El invocador comienza a quejarse del dolor de la herida en su mano y mantiene su vista firme en el rastreador mientras lentamente se aproxima una vez más hacia él. Mal se da la vuelta rápidamente y le dispara a Aleksander cuatro veces alejándolo unos pasos.

—He sobrevivido por siglos, ¿de verdad creías que tú podrías matarme?

—No tengo que matarte, Oscuro. Tu pasado lo hará por mi

Aleksander siente un gran peso sobre el a sus espaldas, lo que causa que caiga sobre la arena y que el Volcra tenga la oportunidad de atacarlo de frente. El invocador comienza a sentir sobre su cuerpo la presión de las garras de la creatura sobre él, en su rostro el ardor de unos rasguños que ha causado la creatura y con el olfato logra percibir el olor de carne putrefacta del hocico del Volcra. En medio del ataque de aquella creatura, Aleksander logra escuchar el grito desgarrador de Aiyana llamando su nombre y su voz de la invocadora se va alejando conforme Zoya hace avanzar el esquife. El Volcra detiene su ataque del invocador en cuanto la creatura cruza su mirada con él y aquel olor putrefacto desaparece y Aleksander comienza a percibir el olor a lilas a su al rededor. El invocador logra percibir que aquella peligrosa creatura también ha percibido el olor de las lilas, porque antes de perder el conocimiento, el Volcra lo libera de la presión de sus garras y el peso de la creatura se desvanece.

Cuando Aleksander recupera el conocimiento se encuentra aún sobre la arena, pero esta vez los Volcra no lo rodean sino unas grandes criaturas de sombra que lo protegen de aquellas salvajes criaturas. Las heridas de su cuerpo comienzan a causarle un profundo dolor y a pesar de ello, el invocador de sombras logra ponerse de pie para caminar y con cada paso aquellas creaturas de sombra lo siguen. Aleksander finalmente logra salir del interior de la sombra cayendo con fuerza sobre la arena, pues en el instate que salió de la sombra aquellas creaturas se desvanecieron o al menos eso pensó Kirigan. Una vez mas de pie a sus espaldas logra volver a sentir su presencia.

—Síganme.

Las creaturas se vuelven a formar el doble de grandes de lo que eran en el interior de la sombra y caminan detrás de Aleksander protegiéndolo, hasta llegar al interior del bosque. En él se encuentra una gran casa algo antigua, pero perfectamente bien oculta y en la cual hay un pequeño grupo de Grisha que no solo son fieles a él y Aiyana, sino también a su amigo leal Nasir Meir. El dueño de aquella propiedad para que en caso de ser necesarios ambos invocadores pudieran esconderse u ocultar a alguien importante para ellos.

Los Grisha se aproximan de prisa hacia el dispuestos a atenderlo, un par de sanadores asisten directamente a su ayuda una vez que se encuentra en el interior de la propiedad. A pesar del gran trabajo de los sanadores las únicas heridas que no pudieron eliminar de todo fueron las de su rostro, quedando así cicatrices en aquel perfecto y hermoso rostro.

La obscuridad de la noche cubre ya el cielo de Ravka cuando Aleksander vuelve a despertar, pues el esfuerzo de caminar y la pérdida de sangre lo habían debilitado dejándolo dormido; una vez más consciente y que recuerda todo lo que ha ocurrido el primer pensamiento que viene a su cabeza es Baghra. Con algo de torpeza se logra poner de pie, sin dudar mucho así cuando sus piernas pierden fuerza y cae de rollas contra el piso; en aquel mismo instante en que cae la puerta de la habitación se abre y Aleksander reconoce el rostro de la hacedora que corre inmediatamente a apoyarlo para levantarse y recostarlo nuevamente sobre la cama.

—Debes mantenerte en reposo, Aleksander. Perdiste mucha sangre y el esfuerzo de caminar hasta aquí fueron suficiente para dejarte débil, necesitas reposar al menos unos días.