POV ASLAN.
—¡¿Cómo es posible que no sepan nada del cirujano que nos atendió?! ¡¿acaso alguien puede desaparecer sin dejar rastros?! ¡Necesito hablar con el director! —grité fuera de si.
—Le repetimos que el director no se encuentra en estos momentos, lamentamos no poder hacer nada por usted, señor Kurt —repitió nuevamente su secretaria.
—¿Y los documentos y los videos que pedí?, necesito verlos, cámaras...lo que sea, cualquier cosa puede ayudarme.
Me miró con pena y negó.
—Lo siento, pero todos los archivos de ese día fueron extraviados y las cámaras estaban en mantenimiento, así que no hay nada que pueda ayudarlo.
Empecé a reírme de lo ridículo que era la situación. Era obvio que todo había sido manipulado y el que el director no quisiera darme la cara, significaba que estaba involucrado en esto. Algo había sucedido y tenía que saber el qué, no pararía hasta dar con la respuesta a esta encrucijada.
—¿Le parezco un hombre al que le pueda mentir? —inquirí, señalándome.
—No señor.
—¡¿Entonces por qué lo haces? Uff —golpeé el escritorio de la impotencia—. ¡Llevas años trabajando aquí, sabes algo...debes de haber visto algo! ¡eres un ser inconsciente!
—Pardon, Pardon señorita —me retiraron de un jalón y me llevó hasta el otro lado del pasillo—. ¡Amigo! ¡Basta!, tómalo con calma...¿Qué estás haciendo?, ¿Qué es este escándalo?
—¡Se casará con ese Onur! —grité como respuesta, saberlo me estaba consumiendo por dentro—. ¿Quién sabe que le hizo para que aceptara tal cosa?, ¿la secuestró y por eso no había venido hacia mí? ¿Qué? Zel no se casaría, no se casaría.
—¿Por qué no se casaría?, ¿por qué no se casaría, Aslan? —cuestionó mirándome fijamente—. Pasaron tantos años y nunca trató de comunicarse contigo. ¿no entiendo por qué estas sorprendido? —inhalé hondo tratando de calmarme, pero no podía—. ¿Y cómo sabes que la secuestró? Tal vez haya aceptado por su propia cuenta.
—Solo lo sé hermano, lo sé porque lo vi —agarré su camisa desesperado—. ¡Lo vi en su mirada, aunque arda de odio contra mí! ¡vi amor en su corazón, aunque este ardiendo de venganza! ¡vi su alma pura a pesar del hielo que la recorre! ¡No me quiere fuera de su vida!..¡lo vi! ¡Zel no se casaría! ¡ella no se casaría! ¡no se casaría!
Empuñé mis manos y golpeé la pared, descargando toda la impotencia y frustración que estaba sintiendo al no entender lo que sucedía. Salí rápidamente con la respiración agitada, el nudo en mi garganta había crecido e impedía el paso del aire en esta.
—¡Hermano!, ¿estas bien? —llegó hasta mi lado y me ayudo a caminar.
—Lo siento, kemal...lo siento, yo solo...
—Entiendo, no te preocupes... llegaremos al fondo de esto, pero...
—¿Pero, ¿qué? —fruncí mi ceño.
—Tu abuelo está detrás de esto y muy posiblemente también el abuelo de Zel, ya sabes cómo son esos viejos ocultando secretos, es obvio que ellos tramaron todo esto, incluso sea la razón por la que mantuvieron tu accidente en privado y yo me haya enterado tres días después —tenía tanta razón en lo que decía—. ¿estás dispuesto a ir en contra de tu familia?
La pregunta era demasiado seria e importante, pero yo estaba dispuesto hacer lo que sea para saber que había ocurrido en esos tres días en que estuve inconsciente.
—Estoy dispuesto a ir en contra de quien sea por recuperar a mi esposa y saber quién nos hizo esto y porqué —dije firme, sin ningún ápice de duda.
—Entonces empezaré desde hoy a investigar, cualquier cosa que sepa te lo diré, también te pido lo mismo —asentí.
Kemal era como mi hermano, éramos amigos desde el colegio y confiaba ciegamente en él, así que sabía todo de mí y yo todo él, me conocía muy bien, tan bien que a veces me aterraba.
[...]
Antes de ir hablar con el abuelo tenía que hablar con Zeynep, ahora entendía la repentina enfermedad, sabía que Zel estaría en la inauguración y evito que nos viéramos, tenía que saber la razón.
Abrí la puerta sin siquiera tocar y Azize estaba con ella.
—Azize, necesito que salgas, debo hablar con Zeynep —ordené.
—Taman (de acuerdo) —respondió rápidamente.
Esperé a que saliera para hablar.
—Es hermoso que te tomes el tiempo de venir a ver como sigue tu amada esposa, mi Aslan.
—Zeynep —nombré enojado—. ¿por qué razón... trataste de evitar que me encontrara con Zel en la inauguración? Sabía que algo estaba sucediendo y no pude entender.
—Aslan, ¿Qué estás diciendo? —fingió estar sorprendida.
—Zeynep —amenacé en tono bajo, haciéndole saber que no estaba de humor para sus mentiras.
—Sí, sabía que Zel iría a la inauguración, me enteré ese día que estaba viva —confesó preocupada—. No te dije por miedo, entiéndeme. Tu ex esposa está viva, temí por mi matrimonio y que Zel quisiera venir a dañar todo lo que tenemos.
—Zel no dañaría absolutamente nada —aclaré—. ¿Qué dañaría?
—Sí dañaría, nuestro matrimonio.
—¿Qué matrimonio Zeynep? —señalé, acercándome hasta ella quien se encontraba recostada en el respaldar—. Recuerda que al ser estar viva, hace que nuestro matrimonio sea invalido...falso, ahora escucha... desde este momento estamos separados...¿escuchaste bien? Separados.
La miré por ultima vez y salí de su habitación, más tarde llamaría para que recogieran mis cosas y las llevaran a la mansión donde viví con mi Zel, mandaría a limpiarla y que estuviera lo mas pronto posible, sé que Zel y yo muy pronto estaríamos nuevamente juntos...mi corazón me lo decía y le haría caso.
Estaba bajando por las escaleras cuando vi a mi abuelo esperándome al final.
—¡¿Qué es lo que estas haciendo?! —gritó en cuanto me vio—. ¡¿por qué fuiste hacer un escándalo en la clínica?! ¡¿esa es la educación que te di?!
Terminé de bajar y en cuánto estuvimos cara a cara respondí.
—¿Qué hiciste tú? —susurré entre dientes—. Me separaste del amor de mi vida y te sigues parando delante de mí, llamándome nieto y pidiendo que confíe en ti... ¿Quién eres? ¡¿Cómo te atreviste a mentirme?!
—Entiendo que dudes de mí, pero tengo una explicación...¿Cómo podría causarte ese dolor?, imposible mi león, jamás lo haría aun cuando Zel no me agradara...
—Admites que no te agradaba, ¿ahora lo hace ya que es parte de una gran familia? —inquirí.
—Cuando la ambulancia llegó al lugar de los hechos, no encontraron a Zel...solo estaba el chofer muerto y tú... no había rastro de ella y nadie sabía la razón, así que callé a todos y te vendí esta mentira que tantos años ha compartido contigo.
—¡¿Entiendes que le lloraba a una tumba vacía cuando mi esposa seguía viva?! —grité, alejándome de él. No quería respirar su mismo aire.
ESTÁS LEYENDO
CORAZÓN DE HIELO
Teen FictionLa mayoría de niñas sueñan con tener en un futuro la familia perfecta, muchas no lo logran y otras tienen el privilegio y suerte de conseguirlo. Ese era el caso de Zel Yildiz. Jamás imaginó que conocería al hombre de sus sueños, pero ahí estaba. El...